| III |

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─ Los personajes no me pertenecen son pertenencia de Kafka Asagiri
─ Capítulos lentos.
─ En este mundo no existen las habilidades.
─ Temática escolar.
─ Poemas y narración completamente mías y originales.

─ Poemas y narración completamente mías y originales

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La situación en la que se encontraba el pequeño pelirrojo de apenas diecisiete años era por lejos extraña y peculiar, el se encontraba con su uniforme escolar clásico sentado en un café de lo más elegante donde veía señoras de mayor edad con vestidos salidos de alguna gala y hombres con traje.

Y alli estaba el esperando a que el castaño volviera del baño, ¿como llegaste a ese lugar Chūya?

Luego de esa nota tan "romántica" el pelirrojo se escondió en un baño para que no se cruce ni de casualidad con Dazai pero sus intentos quedan en la nada cuando el último nombrado llega dando un portazo haciéndole imposible huir ya que; sin permitirle hablar lo tomo del brazo y lo arrastro fuera del Instituto cual depredador se lleva a su presa.

Y Chūya se sentía tan avergonzado que la opción de huir o tirarse encima de un coche para detener el recorrido se le hizo imposible dedicándose a pensar a donde sería llevado.

─ Hey a donde vamos? Sabes que esto cuenta como secuestro? ─no iría a huir pero al menos moriria luchando.

─ No es un secuestro si tu aceptas venir conmigo Chūya. ─y con un gesto engreído señaló con la mirada a la mano libre de Chūya haciéndole saber que ya no era arrastrado y el mismo lo seguía.

Y Dazai hubiera esperado un sonrojo o nerviosismo común en los jóvenes como el pero la respuesta del chico fue una risa grave. ─ No me respondiste a donde me estas llevando y no me llames con mi nombre de pila ni siquiera te conozco.

─ Oh eso es cruel, soy tu chico de miel verdad? ─una sonrisa coqueta se escapó de sus labios con naturalidad y está vez si hubo reacción en Chūya ya que chasqueo su lengua y miro a otro lado mordiendose el labio, una imagen hipnotizante para el castaño enamorado que se embalsamaba con el panorama y se cuestionaba si eso era nerviosismo o furia contenida para no romperle la cara en ese instante.

Lo que seguía del camino fue en un silencio cómodo, mientras Dazai observaba con aquellos ojos gatunos al pelirrojo este miraba al suelo teorizando a que lugar sería llevado como único entretenimiento.

Y llegó a la conclusión que sería llevado debajo de un puente y lo violaria o lo degollaria para luego vender sus órganos, ambas muy factibles para el pelirrojo que afirmaba mentalmente como un echo pero aún así seguía caminando como si aquella afirmación haya sido más una aceptación de su muerte tortuosa.

Volviendo a la actualidad aquel chico estaba por lejos asombrado y maravillado ya que su expectativa buena era ser llevado a un basurero.

─ Lo siento ya volví.─anunció si regreso el castaño con una sonrisa.

Dazai pidió postres y dos cafés, y cuando Chūya ojeo la carta casi se desplomaba al ver los precios, costando una tarta más de lo que el gastaba en un mes y al comenzar a pensar como el castaño podía pagar tales cosas su boca hablo primero y su mente pensó después.

─ Así que eres un niño de papi eh....?

─ Dazai Osamu, y respondiendote, no, no soy un niño de papi, de echo no tengo papi así que mi tío prefiere pagarme cantidades altas de dinero para compensar su ausencia. ─todo dicho con sus ojos semi cerrados y su intachable sonrisa hicieron que Chūya se achique en su lugar. ─ Oh y ni se te ocurra decir "lo lamento" chuchu, mejor háblame de ti poeta dotado.

Y ahora el menor de altura no sabía si esconderse por su error al comienzo, por el nuevo apodo, o por llamarlo poeta dotado por lo que optó sólo a atragantarse con un postre de treinta dólares.

E inesperadamente lograron llevar una charla al menos normal como compañeros.

Chūya tomaba su café junto a una tarta de fresa y Dazai la misma bebida junto a un pastel de chocolate amargo.

Y algo inesperado interrumpió su charla.

─ Hola jovenes, ustedes fueron los que pidieron tostadas?─cuestionó una joven camarera pero en vez de esperar respuesta puso la orden en la mesa sin darle tiempo a los jóvenes a negarse debido a algún error en la organización del lugar.

Todo esto en una milésima de segundo terminó en un acto caótico donde Dazai quizo devolver las tostadas de forma inconciente manchando sus manos con algún dulce viscoso y la mesera sorprendida por el accionar rápido tiro la bandeja encima del castaño, el pelirrojo trato de socorrerlo y ayudarlo a limpiarse.

Posteriormente la mesera también ayudo con pañuelos y toallas pidiendo disculpas reiteradas veces aunque le dijeran que todo estaba bien y fue una confusión.

─ Que rayos es esto?─preguntaba con hastío el castaño tratando de sacarse aquella cosa de su brazo, tenia manchadas ambas manos y una parte del antebrazo sin hacer excepcional sus ropas superiores.

Y Chūya de forma inconciente o quizás a modo de averiguar una respuesta a quella incógnita ─sin pensar en el proceso─ sostuvo la mano de Dazai y comenzó a examinarlas para saber que era.

Al no entender que era ya que el azúcar impalpable llenaba la sustancia metió el dedo anular del castaño a sus labios para saborear aquello y así descifrar que era.

─ Oh, es miel. ─dijo con naturalidad que pronto sería borrada al subir la mirada y encontrarse a un Dazai mirándolo intensamente con los labios entreabiertos, aquella imagen y la repentina caída a lo que acababa de hacer llegaron de pronto como una corriente eléctrica en su columna.

Inmediatamente se disculpó y evitó la escena cliché donde salía corriendo avergonzado así que sólo se sentó nuevamente y sorbio lo más rápido que pudo su café.

Dazai habrá entendido que el ambiente se puso incómodo e inmediatamente pidió la cuenta al mozo.

Luego de pagar el castaño acompaño al pelirrojo unas cuantas calles a su casa, hasta que finalmente llegaron al punto de despedida.

─ Adiós Osamu gracias por la comida espero recompensartelo pronto. ─dijo en forma de saludo acompañada con la clásica reverencia.

─ Baybay Chuchu, gracias a ti por cumplir tus promesas.

Dijo ya de espaldas despidiendolo, aquello último haciendo referencia al poema de Chūya.

Y este último se fue echando humos de verdadera vergüenza que ahora podía mostrar sin esconderla, definitivamente no iba a volver a salir con el atrevido castaño.






































Hoy no hubo poema pero si interacciones omg.

poemas en el aire | soukokuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora