02. Sin salirse del círculo

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¡No podía creer que Brenda estuviera teniendo sexo en mi escritorio!... ¡Y con el conserje!... ¡Y donde dejo mi laptop!

— ¿Qué creen que hacen? —pregunté lo más tranquilamente que pude.

La profesora de matemáticas pareció reaccionar y le dejó de lamer el pecho. Cuando sentí que mi desayuno estaba a punto de salirse, me incliné en la puerta y puse mi puño en mi boca.

— Berries, lamento que hayas tenido que presenciar la despedida de Willy —se disculpó Brenda mientras se bajaba la falda y se arreglaba el cabello.

— ¡Tiene como 20 años más que tú! —le reproché a ella mientras intentaba erguirme.

— Aun tiene lo suyo —se defendió ella y volteó a ver a Willy—. Entre 29 y 44 no hay tanta diferencia ¿Cierto?

Willy asintió y se subió el pantalón de forma apenada.

— ¿Dijiste despedida? —le pregunté a Brenda con la respiración entrecortada.

La profesora de matemáticas asintió lentamente y se sacó el labial corrido.

— Adiós, chicas —Willy pasó por nuestro lado y me tuve que correr para que saliera por la puerta.

— ¿Qué crees que hacías? —abrió la boca pero la interrumpí de inmediato—. Olvídalo, ya lo sé... ¿Pero en la sala de clases de los pequeños?

— Faltan 5 minutos para que toquen la campana —se encogió de hombros.

Tomé el libro que tenia en las manos más fuerte y se lo entregué a Brenda con una mueca de asco. Muchos de los estudiantes ya estaban afuera.

La verdad es que en mi último año de secundaria fue más fácil. Megan se unió a nuestro grupo (April la obligó) y bueno... vi crecer la pancita con Troy dentro. Zack (el chico malo que dejó embarazada a la ex-zorra) desapareció al momento en que Megan pronunció ''Estoy...''. Jasper (mi mejor amigo-compañero de puesto que me quería dar duro contra el muro) lo persiguió y bueno... digamos que Troy es su ultimo y único hijo. 

— Entonces la próxima clase lo reviso —tomé mis cosas del escritorio.

Como respuesta recibí un cansado y algo tedioso sí. Dejé salir a los chicos antes y tomé un poco de café pero casi lo escupo porque estaba helado. Hice una mueca de desagrado y ordené mis libros para poder meterlos en mi bolso y salir sin problemas. Puse el bolso en mi hombro y traté de caminar bien sin caerme de cara por el peso. Unas chicas salieron antes de mí y, no porque fuera metiche, escuché su conversación.

— Creo que deberíamos ir a ver —dijo la castaña—. Dicen que está muy bueno.

— Siempre dicen eso y luego son gordos y feos —contestó la otra chica.

Rodé los ojos y sonreí. De seguro estaban pensando en los chicos nuevos de este año. Mis clases se hicieron cortas pero muy agotadoras. Lo malo de todo, es que la resaca de la noche anterior aun no se había pasado y tuve que pedirles a los de último año que pintaran un circulo sin salirse del borde.

Fue poco profesional de mi parte, pero si ellos sintieran lo que siento;  resaca, cansancio y sueño harían lo mismo.

Apenas llegué a la sala de profesores me dejé caer pesadamente en el sofá que había, solté mi cabello y lo desordené. El sueño me estaba ganando y, como no veía una maquina de café por ningún lado, dejé caer mi cabeza en mi bolso y mi cabello cayó sobre esta. Oí como la puerta se abría y alguien entraba a la habitación.

—Mierda, no hay café —dijo una voz masculina.

Reí suavemente con la cara aún en mi bolso.

¿Dónde dejé mi Orgullo? | [ORGULLO #2]Where stories live. Discover now