Si solo fuera Josie -Hosie 2

Libro 2 capítulo 6

La princesa heredera al trono de Inglaterra soltó una risilla baja cuando Perseo, emocionado a causa del reencuentro, comenzó a golpearle, desde su posición dentro del corral, el pecho con su hocico. En consecuencia la chica le acarició la cabeza, escuchándolo relinchar en medio de aquel viejo establo en el que se encontraban.

Josette, que yacía de pie a su lado, le tendió al animal una manzana con el propósito de calmar la euforia de este; algo que muy poco logró a pesar del esfuerzo.

Luego de la oportuna aparición de Hope en el jardín, y a pesar de que la castaña le advirtió de descansar para tener una exitosa recuperación, la heredera del rey Niklaus no dio el brazo a torcer diciendo que no volvería al interior de la corte hasta comprobar el buen estado de su animal; razón por la cual Josie la acompañó hasta el establo de la propiedad.

- ¿Te ha tratado mal, bebé? -Hope se burló con los brazos envueltos en la cabeza del caballo mientras, con gran libertad, se tomaba el tiempo de sacar la lengua a la castaña- Es una bruja, te entiendo completamente -Asintió, en modo de acuerdo, cuando el animal resopló como si realmente estuvieran teniendo una conversación.

Josette pestañeó de forma pesada y sus manos terminaron por descansar sobre sus caderas adoptando así una postura que varios expertos considerarían propia de la indignación. Todo porque había, a pesar de haber estado encerrada la mayor parte de su estadía, cuidado del caballo en todo momento; no existía día en el que no hubiera recordado a Maya Machado alimentar a este.

- ¿Le ruego me disculpen? Es una atrocidad aquello que afirman -Josette se cruzó de brazos, frunciendo el ceño con incredulidad. El caballo era todo un traidor, y estaba bien claro quien de las dos era su preferida- Se lo que estás haciendo, no funcionará -Amenazó a Perseo con un ligero piquete en la nariz del animal.

El caballo soltó un bufido pesado, como si la estuviera desafiando sin pena alguna, y Hope rodó los ojos con diversión.

- ¿De verdad estás peleando con un animal? -La futura reina de Inglaterra, en una protesta burlesca, cuestionó a la joven mientras arrastraba su mano derecha por sobre su abdomen para con ello aplacar la incomodidad en el sitio.

No pudo, pese a creer que podría lograrlo dado el caso, recordar las palabras del médico de la corte; esas palabras que le advertían de tener cuidado de no contraer una nueva infección ya que dudaba que pudiera saliera de aquella considerando el frágil estado de salud en el que la princesa se encontraba luego de la intervención que este había tenido que hacer de urgencia.

- Está haciendo todo esto para llamar tu atención, ¿no lo ves? -La primogénita del rey francés se quejó remarcando lo obvio, ligeramente sorprendida de que Hope no pudiera darse cuenta de la verdad.

- ¿No hace usted exactamente lo mismo? -Hope, fingiendo desinterés como si solo estuviera hablando del clima, preguntó obteniendo como respuesta un ligero manotazo en su hombro- Vale, bien -Se dio por vencida, soltando una carcajada a medida levantaba sus manos en clara señal de rendición- Existe lugar para ambos en mi corazón, me temo que pelean una batalla innecesaria -

- Estás de broma, ¿verdad? -Josette, removiéndose con incomodidad, cuestionó posando sus ojos en el pálido rostro de su amante.

La princesa de Gales no parecía estar bromeando, y en consecuencia a ello los orbes marrones de la Delfina estaban impacientemente pegados a los de Hope en busca de algo que jamás se atrevería a pedir en voz alta. No era que lo necesitaba oír para poder vivir pero era cierto que en estos tiempos de oscuridad, donde Josette sentía que había perdido todo, aquello era algo que podría transmitirle cierta paz.