Capítulo 39

10 2 0
                                    

—¿Qué mierda hiciste?

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

—¿Qué mierda hiciste?

Intento abrir mis ojos, pero todo mi cuerpo se siente lánguido y quiero agarrarme de esa voz y no soltarla, necesito salir de aquí y escapar de él.

—Sácala de aquí.

Sus pasos son suaves cuando se dirigen a mí y cuando me toma por las piernas, gruño por lo bajo.

—Todo estará bien —dice amablemente poniendo mi cabeza en su pecho —y las calles son tuyas.

—¿Artemio? —pregunto con la garganta completamente seca y me cuesta pasar saliva —. Paradise...la dispararon...y no sé si está bien.

Abro mis ojos en el momento justo que veo a HoleBlack delante de mi padre con una pistola apuntándolo directamente en la cabeza. Nuestras miradas se encuentran y niego con la cabeza. Si lo mata no solucionará nada porque todo es un desastre en este momento y Jordan siempre tiene un as bajo la maga como por ejemplo ahora, que lo está mirando impasible, él nunca es así, cuando lo apuntan, él actúa, sí que tiene algo planeado contra él y no puedo permitir que lo mate también, HoleBlack es alguien que me puede ayudar con esto y lo necesito vivo.

—Vamos. —Sigue caminando.

—Necesitas detenerlo...si lo mata no hará que todo mejore, al contrario, tienes que sacarlo —digo haciendo que se detenga en la entrada.

—¿Sabes lo que ese hombre ha ocasionado? Ha destruido todo lo que hemos hecho y tan solo ha estado en California unas horas, ¿Qué se espera de él cuando este viviendo aquí?

—Lo solucionare, se los prometo, tan solo detenlo.

Cierra los ojos y mira a otro lado, pero me hace caso y me deja en el suelo para correr hacia la casa. Me apoyo en la muralla esperando no escuchar disparos e implorando que HoleBlack no sea tan irracional.

Todo está patas arriba y no sé cómo solucionarlo.

Respiro pausadamente cuando una jaqueca me azota la cabeza. Lo que me han inyectado no se ha ido completamente de mi sistema y siento que en cualquier momento me desmayare. Pongo mi mano en el costado de mi cintura doblándome hacia adelante intentando que el dolor de cabeza se me vaya. Escucho pasos acercándose y me incorporo al ver a los hermanos Amatore sanos y salvo, y sin sangre en sus manos.

—Te dije que te la llevaras al auto —le escupe tomándome de las piernas como si fuera un saco de papas y descanso unos segundos en su pecho. —Llama a un médico y dile que venga a la casa.

—Estoy bien —digo intentando seguir despierta —, tan solo necesito descansar un poco y volver a mi departamento, todo esto es un desastre y necesito que ustedes vuelvan a Italia, si se quedan, Jordan hará todo para que se vayan, no puede haber más muerto.

Baja la cabeza y me mira.

La dureza de su mandíbula, la barba incipiente que rodea su barbilla, su nariz perfilada y sus ojos azules, hacen que me cuestione si HoleBlack sigue siendo mi enemigo o mi aliado.

Morfina (Adicción I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora