⪼Capítulo 8⪻

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Dos semanas después.

Sus lentos pasos y el repiqueteo de las teclas de la laptop, eran los únicos sonidos que se escuchaban en la habitación.

—Canadá también ha sido sorprendente, el balance del año pasado fue fantástico, el crecimiento es evidente, y pronto gozarás de una jugosa ganancia, Louis. —Hizo silencio, dándole protagonismo nuevamente al repiqueteo de las teclas. —Como ya mencionamos, Los Ángeles y Dallas, han liderado los rankings de venta, dejándote una ganancia de dos millones de dólares cada una.

Louis caminó despacio por el delicado piso de parquet de la biblioteca, escuchando con atención la voz de su contador. Era el lugar de la casa destinado a esta clase de reuniones laborales, donde su abogado Thomas y su contador Matthew, le informaban la cantidad de dinero que atiborraban sus cuentas. Sus empresas funcionaban bien, las ganancias eran mayores cada semestre. Había sabido hacer bien su trabajo, al igual que contratar gente idónea para el mismo.

Tanto Thomas como Matthew, no sabían de la naturaleza de Louis, pero era claro que no tenía nada de normal trabajar hacía treinta años con un hombre que debería verse como ellos, de cincuenta y cinco, sin embargo, continuaba luciendo como alguien de veintitrés, como cuando lo conocieron. En realidad, eran hombres muy inteligentes y lo suponían, pero ninguno se había atrevido a satisfacer sus dudas. Louis les pagaba más que bien, por lo que no les quedaban ganas de objetar absolutamente nada.

Su fortuna continuaba incrementándose día a día, y eso era algo que debería tenerlo contento o al menos entretenido, tal vez, pensando en que gastarla. Sin embargo, se sentía ansioso y a por demás aburrido.

Después del cumpleaños emocionante que había tenido, nada destacable o interesante volvió a suceder. Nada relevante, nada que se relacione con melenas blancas u ojos esmeralda había sucedido en las últimas dos semanas, y eso lo tenía inquieto, absolutamente impaciente.

En estas dos semanas, había tenido el tiempo suficiente para darse cuenta de que estaba fascinado, más de la cuenta por ese lobito desfachatado, que se atrevió a cruzar los límites permitidos solo para demostrarle que no le tenía miedo.

—Louis, no me informaste sobre el retiro de dinero de Francia —reprochó Matthew, con el ceño fruncido, concentrado en los números de la pantalla de su laptop, ganándose la atención de su jefe.

El vampiro arrugó la frente, pensativo. —No hice ningún retiro de dinero... Hace dos años que no viajamos a Francia.

El mayor de cabello rubio perfectamente peinado hacia atrás, alzó las cejas unos segundos con una mezcla de confusión y sorpresa.

»¿Qué sucede? —preguntó al sentir sus alteradas emociones.

El contador frunció los labios, acomodándose el puente de las gafas. —Hubo un movimiento bastante importante en la cuenta del Boursorama Banque.

—¿Importante, cuanto? —preguntó con cautela.

—Medio millón de euros, fueron extraídos hace menos de un mes.

Louis llevó la mirada hacia Niall, quien había permanecido en silencio junto a Thomas.

—Eso es extraño —mencionó el irlandés. —Es una gran suma de dinero que necesita la autorización del titular de la cuenta, y Louis no fue consultado en ningún momento.

—¿Quién autorizó la extracción y quien retiró el dinero? —Cuestionó Louis, acercándose al contador.

Matthew se quitó los lentes y observó con seriedad al vampiro. —Fuiste tú, Louis.

—No, eso es imposible —negó con la cabeza—. Jamás autorizaría esa operación, únicamente Niall está autorizado para manejar mis cuentas, y tanto él como yo, no hemos pisado Francia en los últimos dos años.

Fire on Fire [Larry Stylinson]Where stories live. Discover now