Naruto...
Sasuke no podía dejar de pensar en él.
Alegría, tristeza, culpabilidad... Demasiados sentimientos lo embargaban cuando pensaba en esa hermosa luz de ojos azules.
Se sentía extremadamente mal por ser el causante de todo lo ocurrido, y al mismo tiempo era una sensación maravillosa saber que su recién descubierto amor era correspondido... ¿verdad?
Sin embargo, no apareció en el mundo luminoso de las últimas tres veces, sino en una habitación de techos infinitamente altos y paredes con aspecto metálico. La luz del ambiente era púrpura.
—Uchiha.
Una voz grave y gutural retumbó por todo el lugar. Sasuke miró decaído a la gran criatura que se encontraba tras los gruesos barrotes de la jaula frente a sí.
—Kyu-... —entonces recordó— ... Kurama...
—Tú no puedes llamarme así. No tienes derecho a hacerlo mocoso —el pelinegro asintió, dándole la razón.
Se formó un silencio incómodo, la tensión se podría cortar con una espada.
—¿Por qué estoy aquí? —preguntó finalmente Sasuke.
—Aunque no lo creas yo le apreciaba mucho —dijo el bijuu, sin contestar a la pregunta y rebajando su propio orgullo al admitir lo dicho.
—Lo siento —respondió el otro, agachando la cabeza levemente.
—¿Por qué? —se rio ligeramente— En mucho tiempo él ha sido la única persona que me trató como a un igual, a pesar de ser quien más sufría por mi existencia.
—Me refiero a que... lo siento por... ser yo quien... —no lo dejó terminar.
—Él decidió que tu vida le importaba más que la suya propia, y yo respetaré su decisión por muy estúpida que fuera.
¡Plic!
Sasuke no supo cómo responder.
—Estás aquí por dos razones —el kyubi cambió de postura, tumbándose mientras sus nueve colas se balanceaban casi amenazadoramente de un lado a otro—. La primera se debe a que quiero contarte algo y esta será la última vez que nos veamos.
—¿Por qué? —inquirió Sasuke, más por curiosidad que por verdadera preocupación.
—Porque no quiero tener que volver a verte —respondió simplemente—. Que ahora seas mi jinchūriki no quiere decir que nos tengamos que hablar. Solo hago esto porque lo último que me pidió Naruto fue cuidar de ti, recuerda que en cualquier momento podría matarte.
Su expresión se volvió más seria, si es que eso era posible.
—De ahora en adelante no pienso prestarte mi poder ni te apoyaré en las peleas. Solo te ayudaré en situaciones límite, y únicamente para prevenir tu muerte, no curaré tus heridas —su mirada se volvió aún más intimidante cuando sonrió siniestramente—. Vuelve a intentar suicidarte y lo detendré, pero esta versión de ti que tienes en tu mente —lo señaló—, la desmembraré poco a poco hasta que verdaderamente te sientas morir. Pero eso no dañará tu cuerpo físico, por lo que no faltaré a mi promesa.
Sasuke habría sentido un escalofrío en cualquier otra situación, pero ahora mismo le importaba poco lo que a él le pasara, lo primordial era el rubio.
Siempre debería haberlo sido.
—¿Qué es lo que querías contarme? —dijo sin responder a la amenaza.
—El cachorro empezó a sentir cosas por ti desde la misión en el País de las Olas.
—¿Qué...? —vale, eso sí que no se lo esperaba.
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Sellado
FanfictionCuando Sasuke y Naruto están tirados en el Valle del Fin y ya han resuelto sus problemas, Naruto cae en la cuenta de que si él muere, Kurama también, pero él no va a permitir eso, y en vista de que tampoco Sasuke tardará mucho en irse, solo se le oc...