𝖦𝖾𝗇𝗌𝗁𝗂𝗇 𝖨𝗆𝗉𝖺𝖼𝗍 -ʀᴇᴀᴄᴄɪᴏɴᴇs, ᴇsᴄᴇɴᴀʀɪᴏs, ᴏɴᴇ-sʜᴏᴛs, ᴇᴛᴄ-

one-shot: x i a o

Hace muchos años atrás, existieron varias deidades. Desde demonios y yakshas, hasta Arcontes y Dioses menores.

De entre ellos, los Arcontes eran los más poderosos. Habiendo siete de ellos, cada uno con elementos diferentes: Anemo, Cryo, Pyro, Dendro, Electro, Hydro y Geo. Pero hubo una guerra entre ellos...

El Arconte de Geo, más conocido como Morax o Rex Lapis, era encargado de cuidar a Liyue. Así qué haciendo un pacto con Cinco Yakshas, acordaron mutuamente protegerla. Sin embargo, los Yakshas al ir venciendo a los monstruos y demonios, fueron afectados por la energía oscura, también conocida como karma. Se mataron entre ellos, u otros terminaron con su vida; pero uno desapareció. El Yaksha restante fue conocido como "El Cazador de Demonios" y protege Liyue desde las sombras. Aunque debe de lidiar con unas voces en su cabeza, incitándolo a matar y dejarse arrastrar como con sus compañeros pasados...

—¡Paimon tiene hambre! —se quejó flotando a un lado del rubio y la castaña—. ¡¿Por qué Aether y _____________ no se apuran?!

Mi compañero suspiró mientras por mi sien resbalaba una gotita— Tranquila Paimon —dije a la par en que sacaba una sunsettia de mi mochila. La extendí hacia ella y la aceptó gustosa—. Falta poco para que lleguemos a la Posada Wangshu. Una vez ahí, podrás comer todo lo que quieras.

—¿Todo lo que quiera? —cuestionó terminándose la fruta. Asentí sonriente—. ¡Paimon piensa que debemos darnos prisa!

—De acuerdo —respondí sonriendo, cuando por dentro solo quería tirarme al suelo y descansar un poco.

Días atrás habíamos emprendido camino desde Mondstadt a Liyue. Venti, o Barbatos como el Arconte de Anemo, nos había dicho que en un evento se presentaría el Arconte Geo. Tal vez de esa manera podríamos ayudar a Aether a encontrar a su hermana.

—Muchas gracias, _____________ —me dijo el rubio recargando una mano en mi hombro.

—¿Eh? ¿Por qué? —ladeé mi cabeza confundida.

—Por todo —me sonrió, o eso intentó, ya que salió como una mueca—. Si no hubieras llegado aquella vez con Dvalin, quién sabe cómo hubiéramos terminado. Aparte —vio a Paimon jugando con una mariposa—, es increíble que puedas mantener tranquila a Paimon. Tienes un sentido maternal muy útil.

—Sí bueno —bajé la vista—, ser una diosa menor me ha dejado vivir varias experiencias.

—_____________...

—¡Andando! —gritó Paimon atravesándose entre nuestra plática.

Aether volvió a suspirar mientras yo reía levemente— Andando, Paimon —ella entrelazó nuestras manos flotando a mi lado.

[...]

—¡Finalmente aquí! —festejó dando vueltas. Vio a su alrededor—. ¡¿Y la comida?!