Meredith y Joe son dos jóvenes que no se conocen, o eso es lo que ellos creen. Pronto, descubrirán que lo que realmente desconocen, es el lugar donde habitan y sus gentes. ¿Qué pasará, cuando se arriesguen a averiguar lo que se esconde detrás de lo...
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El coche y el chico
Meredith Wells
Estar sola en casa era mi pan de cada verano, y este no estaba siendo la excepción. Mis padres trabajaban hasta muy tarde, así que en mi casa la mayor parte del día éramos solo mi perro, South y yo. Como en cualquier tarde de julio hacía muchísimo calor, así que con un gesto de hastío, abrí Instagram; fue lo peor que pude hacer. Me topé con una publicación de una amiga mía del instituto, y al mirarla atentamente no me costó descubrir lo que sucedía; mi tan querido grupo de amigos había quedado para ir a la playa y ni siquiera se habían molestado en avisarme. No podía decir que era una sorpresa, la verdad es que no era la primera vez que hacían planes en los que no me incluían, pero como siempre, para mí era un jarro de agua fría darme cuenta de que no les importaba en lo más mínimo mis sentimientos o en general, mi presencia. Algo enfadada me vestí con unos jeans, unas playeras y una camisa blanca básica. Cogí una pequeña mochila para llevar mis pertenencias y salí de casa.
Si ellas no me avisaban para salir, saldría yo sola.
Decidí coger el metro y dirigirme al centro comercial más cercano. Compré algunas cosas en el supermercado para cenar esta noche y al pasarme por la tienda de mascotas cogí algo para South, como disculpa por haberlo dejado solo toda la tarde. Volví a la estación de metro para llegar a casa nuevamente e intenté darme prisa porque no quería que oscureciera demasiado.
Cuando empecé a subir las escaleras para salir de la parada, pasó algo realmente extraño: vi a un chico de pelo castaño montado en un skate huyendo de un coche gris. Como persona curiosa y algo entrometida que soy, empecé a seguir al chico.
Después de estar un buen rato corriendo detrás de él y de ese misterioso coche, me di por vencida. Los había perdido hacía ya unas manzanas, así que decidí dirigirme a la parada de metro más cercana. Ya no hacía calor, por el contrario, había empezado a refrescar bastante y tenía pinta de que llovería pronto. Al comenzar a caminar por esas calles vacías y sin vida, empecé a sentirme algo perdida. En realidad es que no tenía ni la menor idea de donde estaba, y por si no estuviera ya demasiado asustada, divisé de lejos ese mismo coche gris que anteriormente perseguía al chico del skate. Me quedé inmóvil al ver como se iba parando progresivamente hasta finalmente parar justo a mi lado. Mis huesos se helaron ante esa acción, dejándome completamente congelada, no sabía que hacer y el miedo invadió mi cuerpo cuando vi a una mujer rubia sosteniendo un cigarro salir de el asiento del copiloto.
—¿Estás perdida, cielo?—preguntó aquella mujer de cabellos rubios.
No sabía que contestar. La mujer parecía agradable, y pese a la poca luz, se podía apreciar que tenía una sonrisa de revista y una figura esbelta, me sentía completamente acorralada. En el momento en el que decidí intentar responder algo, escuché un petardo explotar muy cerca de mí, el cuál pronto se convirtió en humo. Ese fue seguido por otros tres, no veía nada, solo podía escuchar como aquella mujer gritaba repetidas veces un nombre: "Joe" y también alguna que otra palabrota dirigida a ese supuesto individuo. A parte de eso, también ordenó al que supongo que era el conductor, que me metiera dentro del coche, lo cual evidentemente, me alarmó. Cuando creí que no podía estar más confusa y asustada, una mano apareció en mi campo de visión agarrándome del brazo y sacándome de allí, dejando atrás ese coche gris.
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¡Hola!
Bueno, pues aquí habéis tenido el primer capítulo, espero que os haya gustado
