Solo estoy de paso

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La punta de la jabalina de atlas venía hacia Percy como una guadaña. Alzo a contracorriente para cortar por la mitad el astil del arma de atlas, pero entonces sintió que su brazo se le doblaba. Su espada pesaba de repente una tonelada.
Percy recordó la advertencia de Ares en la playa de Los Ángeles hace ya mucho tiempo

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Ares: Esa espada te fallara cuando más la necesites.

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Percy: Ahora no-Suplico en silencio-

Pero no le sirvió de nada. Aunque trato de esquivarla, la jabalina le dio en un costado y lo mando a volar por los aires como un muñeco de trapo. Encajo un costalazo tremendo; la cabeza le daba vueltas. Levantó la vista y vio que había caído a los pies de Artemisa, que seguía tensa bajo el peso del cielo.

Artemisa:¡Corre, chico!-jadeo-. ¡Corre!

Atlas se aproximaba sin prisas. Percy había perdido la espada. Se le había resbalado y había caído por el borde del precipicio. Volvería a parecer en su bolsillo tal vez en unos segundos, pero entonces ya estaría muerto. Luke y Thalía combatían como demonios mientras relámpagos chisporroteaban a su alrededor. Annabeth estaba en el suelo, forcejeando desesperadamente con sus ligaduras.

Atlas: Muere pequeño héroe-alzo su jabalina para traspasarlo-

Zoë:¡No!

En un abrir y cerrar de ojos se incrustaron varias flechas en la axila del titán, justo en la articulación de su armadura.

Atlas:¡Argggg!-se volteo a su hija-

Checando con su mano su bolsillo y notó que ya tenía a contracorriente en el bolsillo. Pero, incluso con su espada, sabía que no podía combatir contra Atlas. Entonces le recorrió un escalofrío. Recordó las palabras de la profecía: « A la maldición del titan uno resistirá» No: el ya no podría albergar esperanzas de acabar con Atlas, pero había alguien que sí tenía una posibilidad.

Percy: El cielo, déjamelo a mí

Artemisa: No, chico-tenia una frente perlada de un sudor metálico como el mercurio-. No sabes lo que dices. ¡Te aplastaría!

Percy: ¡Annabeth lo sostuvo!

Artemisa:. Y ha sobrevivido por los pelos. Ella con el temple de una auténtica cazadora. Tú no resistirás tanto.

Percy: Igualmente voy a morir, ¡Déjame a mi el peso del cielo!

No aguardo a qué respondiera. Saco a contracorriente y corto sus cadenas. Luego se situó a su lado y se preparó para resistir con una rodilla en el suelo. Alzó las manos y tocó las nubes frías y espesas. Por un momento sostuvieron el cielo junto el peso.  Era lo más pesado que había aguantado en su vida, como sí mil camiones lo estuvieran aplastando. Pensó que iba a desmayarse de dolor, pero respiro hondo.

Percy:(SOY capas de HACERLO)

Entonces Artemisa se zafó de la carga y Percy la sostuvo sólo.

Más tarde, cada músculo de Percy se sentía como si se volviera fuego. Era como si sus huesos se estuvieran derritiendo y ¿Reformando? Quería gritar pero no tenía fuerzas ni para abrir la boca. Empezó a ceder poco a poco. El peso del cielo lo aplastaría. ¡Resiste!, escucho una voz en su pensamientos, ¡No te rinda! Empezó a concentrarse en la respiración. Si lograba sostenerlo unos segundos más... Pensó en Bianca que había dado su vida para que ellos llegarán allí. Si ella había sido capaz de semejante sacrificio, el tendría que que serlo, de sostener ese peso.

Solo soy un visitante pero mi misión es salvarlasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora