Te descubri ( Kalego X Iruma)

CAPITULO 10

SALA DE PROFESORES

El estudiante corría hacia el baño más cercano para cambiarse un poco nervioso por la forma que lo obligó a ir a cambiarse, era extraño.

«Pude simplemente cambiarme en la agencia»

Pensaba el alumno entre molesto y nervioso, llego al baño y cerro la puerta de ingreso por si acaso, tenía un poco de miedo de ser descubierto.

Había un espejo grande allí, él se miro y recordó las palabras de su profesor.

«Te vistes tú o te visto yo»

-¡Cómo si fuera a permirlo!- grito al aire completamente rojo por la vergüenza y nerviosismo, si alguien lo escucha pensaría que está loco.

Se miro nuevamente y la ver su rosto se avergonzó más, no sabía que podía tener un rostro así de avergonzozo. Dio la espalda al espejo y empezó a cambiar torpemente pero lo más rápido que pudo. Un vez termino de vestirse se miro la espejo titubeando, allí estaba él, vestido como la famosa Irumi, se había acostumbrado a vestirse así hace mucho, aunque el miedo de que lo descubrieran seguía allí.

Ya paso una semana desde que se topó con Kalego en el apretamanos y como si tuviera una maldición, se descadenaron muchas cosas más, suspiró cansado y lentamente se acercó al espejo para después poner su mano en él.

Cerro los ojos y se vino a la mente la imagen de su profesor.

«Kalego-sensei»

Resonaba en la mente del menor, tal y como él lo llamaba.

«Espera, ¿Por qué estoy pensando en el?, Es él mí profesor ahora mí representante, es alguien que admiro ¿No?, Solo eso ¿Verdad?»

Sacudió su cabeza intentando quejar de pensar mucho en eso, no se atrevió a mirarse la espejo otra vez, solo se puso la capa que le cubría todo el cuerpo y apenas se podía ver su cara con eso. Debía irse, ya era tarde y seguro que su profesor le estaba esperando, teniendo eso en mente, salió del baño corriendo y dirigiendose a la sala de profesores ezforzandose por no pensar en nada relacionado con su profesor.

Ya estando cerca dejo de correr y camino despacio hacia la sala de profesores un poco cansado por correr, al llegar a la puerta iba entrar pero unos sonidos extraños lo detuvieron.

Eran unos jadeos constantes, Iruma se alertó un poco, pensó que tal vez su profesor se encontraba mal pero entonces escucho uno que otro gemido acompañado de los jadeos, no eran gemidos de dolor, eran más como de placer, eran lasivos.

Iruma se tapo la boca de la impresión al darse cuenta de lo que estaba ocurriendo allí a dentro, su profesor se estaba masturbando.

Los nervios de antes volvieron, no sabía que hacer, quedarse allí hasta que acabe o irse y regresar de un rato, no interrumpiria por nada del mundo. Por cada jadeo qué escuchaba se ponía más nervioso y rojo por vergüenza aunque no sabía de qué.

Se preguntaba por qué su profesor estaba haciendo eso en ese momento y en ese lugar. No podía soportar el sonido de los jadeos lasivos que se escuchaban, por ello decidió irse de allí.

Apenas estaba dando un paso para marcharse pero entonces escucho a tu profesor mencionandolo.

Iruma

Dos escalofríos le recorrió de la cabeza a lo pies, ya no podía moverse, las piernas no le respondían.

«¿Acaba de decir mí nombre?»