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Minho entró en el piso de la escuela, correspondiente a la clase de Jisung. Estaba sonriente, pero con su estómago desgarrándose de hambre. Ignorando eso, estaba feliz por ver a su Jisunggie, ya que solo le había mandado mensaje de buenos días, sabiendo que el menor estaría ocupado en los descansos, a causa del estudio.
Se apoyó en la pared que estaba en frente y sacó su celular, quedaba cinco minutos de espera. Por la ventana de la puerta, tenia vista directa hasta el asiento de Jisung y sonrió al verlo fruncir su ceño y anotar algo en su cuaderno.
Era divertido. Ver a Jisung así era divertido, porque cuando él sabía que Lee lo estaba mirando, trataba de no hacer ningún gesto, pero cuando lo miraba de forma de repente, sin que el menor se diese cuenta, su rostro lucía tan natural; sus expresiones, sus muecas, todo era tan lindo de apreciar. A prendió de eso por Yujin, ella lucía siempre natural y Minho no se cansaba de verla.
Yujin...
Lo miró unos minutos más y voylvio sacar su celular, dándose cuenta de que ya había pasado al menos unos quince minutos. Odiaba esperar, mucho más cuando tenía hambre. Abrió unos mensajes que tenía que responder de Changbin y algunos de Seungmin, quienes los invitaban a él y a Jisung a una pequeña reunión en la casa de Seo, el viernes por la noche. Él solo contesto que lo hablaría con el menor y que luego avisaría.
Agradecía de tener un lindo grupo de amigos, el cual comenzó de una manera inesperada; su querido mejor amigo Changbin, salió de la nada un día en la biblioteca con que tenia novio y ese se trataba de Seungmin.
En ese tiempo, el circulo de amigos de Minho no era muy grande; Hyunjin, Changbin y Chan, conformaban su vida social, claro, además de Yujin. Luego de que dieran la noticia, los amigos de Seungmin; Jeongin, Yongbok (o Félix) y Jisung, se habían integrado muy bien.
No sabría decir sí desde un comienzo le gustaba Jisung, pero sabía que él sí gustaba del menor, y se podría decir, que usó eso en su máxima expresión al terminar con Yujin y tratar de olvidarla. Claro que eso terminó en lo inesperado: se había enamorado de nuevo.
Al fijarse en la hora, largó un suspiro al darse cuenta que ya pasaron más de veinte minutos y el hambre estaba acabando con él. Al escuchar el crujido de la puerta abriéndose, festejó internamente y guardó el celular al sentir una pequeña presencia delante de él, una muy sonriente y que no tardó en contagiarle la alegría.
—Hola, bonito —pincho su nariz para luego dejar un beso en ella.
—Pensé que no vendrías... —el menor tomó la mano de su novio y se dirigieron a la salida—. Que estarias ocupado, como me dijiste anoche.
—Era una sorpresa, Jisunggie —lo vió sonrojarse y agachar su cabeza con timidez—. Aunque me hiciste esperar algunos minutos...
—Lo siento por eso, Min. Estamos dando nuevo tema en matemática y se extendió la explicación del profesor, lo siento.
—No te preocupes. ¿Sabes algo? estuve pensando en que Yujin jamas me hacía esperar. Quizá debas darme bien tu horarios, bebé —la mención de su ex novia hizo dar un revoltijo en la pancita de Jisung—. Ella era tan puntual...
—Pero yo no soy ella... —susurró. Paró abruptamente la caminata y soltó su mano.
—¿Pasa algo? —preguntó con su ceño fruncido, algo preocupado al ver el rostro pálido del menor.
—O-Olvidé mi cuaderno adentro, iré a buscarlo.
Salió corriendo nuevamente hacia la escuela y se encerró en el baño, agradeciendo que no haya nadie. Se metió dentro de un cubículo y se desplomó en el suelo. Abrazó sus piernas con sus cortos bracitos y escondió su rostro en ellas. Lloró.
Lloró una vez más.
Por Lee Minho.
Por Yujin.
—¡Yo no soy ella! —gritó en desesperación.
Sus pulmones rogaban por algo de aire, pero su llanto no se lo permitía. Se vió a sí mismo muriendo por falta de aire, por culpa de Minho.
¿Por qué? ¿por qué tenía que compararlo? ¿por qué tenía que nombrarla a cada rato? ¿por qué tenía que mencionar lo desastroso que era en su relación?
¿Por que ella tenia que ser perfecta?
Rogaba que el dia en el que Minho la olvidara, llegase. Quizá así, por fin el podría ser feliz sin ser comparado.
Quiza así, podía ser el mismo.
—No soy ella...
Volvió a susurrar, sintiendo las ganas de vomitar aproximarse.
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