CAPITULO XVII

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Agustín.

Luego de tomar nuestras cosas de la habitación del hotel y llegar a aeropuerto noto a Ella distante con sus audífonos y la mirada perdida viendo a través de las ventanas, cuando entré a la habitación antes de llegar la encontré hecha un lío de nervios recogiendo sus cosas rápido para salir lo antes posible—me percato de su mirada apagada y ojos brillantes

Lágrimas recorren su rostro en silencio y no soy capaz de soportar verla un segundo más así—me siento a su lado y la atraigo a mi pecho envolviendo en mis brazos dejando un beso en su frente

—Ella...ya te he dicho que no tienes que cargar con todo ese dolor que llevas contigo, compártelo conmigo háblame no tengo intenciones de hacerte daño—la tomo del mentón conectando su mirada con la mía

—No pretendo darte otro golpe que te empuje más a la oscuridad en la que ya estás, primero me corto las venas a que eso pase—Y por primera vez en mucho tiempo me deja ver como las lágrimas recorren su hermoso rostro puro y dulce

Limpio las lágrimas que no paran de caer haciendo de su dolor el mío—le doy una sonrisa cálida y triste

—Rebelde mía...solo me queda decirte que lo que siento por ti es verdaderamente puro—tomo su rostro entre mis manos

—Decir "Me gustas" es muy simple y no abarca todo lo que siento por ti esa palabra se queda muy pequeña delante de ello —suelto una bocanada de aire tomando valor para lo que voy a decir

—Por favor ELLA solo dame una oportunidad, para mostrarte lo que es amar—me observa con ojos brillosos y llenos de curiosidad

Es demasiado hermosa para ser real y carajo no quiero que se vaya nunca de mi vida, no sé muy bien cómo lidiar con ella en ocasiones, pero lo intentaré, ella se merece lo mejor y yo estoy dispuesto a bajarle la luna si quiere

—Déjame ser tu amigo, tú confidente y compañero de aventuras—susurro sería de sus labios—Déjame estar contigo en las buenas en las malas, cuando se te ocurra alguna idea loca

—Déjame estar allí contigo disfrutando juntos...—finalizó sonriendo, ELLA me dedica una de las mejores sonrisas de esas que me encanta ver en su rostro

No dice nada solo se recuesta en mi pecho abrazándome fuerte justo a la altura de mi corazón y soy consciente de cómo este palpita rápidamente por mis nervios y emoción

Ella.

Dos días han pasado desde que llegamos del viaje, desde la declaración de Agustín no he salido de mucho de mi habitación, solo lo hago para comer o a la salada de videojuegos que no sabía que Agustín tenía, no lo he visto mucho pues está terminando y resolviendo algunas cosas para concretar de una buena vez la asociación con Bastián Richter

Observo una esquina del techo y me quedo viendo la cámara instalada por unos minutos—sé que me observa es un poco maniático a decir verdad ya ni privacidad se puede tener, escucho cuando los pasos entrando a la habitación y niego lentamente

Estoy la verdad muy cómoda tengo puesta una sudadera de Agustín que huele muchísimo a él y debo admitir que me encanta y su ropa interior, no es que no me guste mi ropa es que esta me resulta un poquito más cómoda y sinceramente no tengo ánimos para elegir que ponerme y se vea bien

Lo descubro mordiéndose el labio observándome y comiéndome con la mirada—se acerca a mí dejando un beso sobre mis labios a lo cual no respondo de mala gana ni con patadas solo me quedo inmóvil

Suelta un largo suspiro—Ella...Henderson Adams—me obliga a mirarlo—¿Qué pasa? —me observa

—Tú no eres así, que pasa dime que tienes—se sienta a mi lado—Habla conmigo

¡ HEY TU ! , Egocentrico, ¡Te quiero!  [ YA EN Amazon]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora