Blue and Grey |VKook|

22

Todo había sido incómodo luego de la pequeña visita de WonHo. Sabía que debía hablar con él y de algún modo arreglar lo sucedido. No debía estar de esa manera, no con él. Después de todo, ha sido una de las pocas personas que ha estado con él desde hace mucho y nunca había sucedido nada extraño.

No debía siquiera dudar de él, pero algo lo dejaba inquieto y debían hablar.

Por su parte TaeHyung, no dijo nada más y sólo se encargó de seguir mimándolo. No lo dejaría, no después de todo lo sucedido ese día.

Ya era tarde y no pensaba irse de esa habitación.

—¿Te quedarás?

—No voy a dejarte solo. —Es lo único que responde y siente como JK se apega más sobre él.

No era incómodo, después de todo, amaba tenerlo entre sus brazos.

El tiempo pasaba y ya era tarde, JungKook estaba a punto de dormirse cuando sintió algo vibrar bajo él, eso lo sobresaltó.

—¿Qué fue... eso? —le dice mientras se separa y trata de verlo, estaba adormilado.

—Nada, duerme. —Y todo hubiera quedado ahí de no ser porque JK era terco y con una sola mirada le hizo saber que debía hablar—. Sólo es mi móvil.

—¿Tienes uno? —La sorpresa podía notarse—. ¿Por qué me vengo a enterar hasta ahora?

TaeHyung sólo se encoge de hombros. —Es algo irrelevante, no lo uso.

JungKook chasquea la lengua. —¿Sabes lo que nos hubiéramos ahorrado de saber eso? ¡Me hubiera sido más fácil comunicarme contigo!

El castaño sólo ríe nerviosamente. Y su móvil empieza a vibrar con intensidad.

—Creo que eso es una llamada. ¿No atenderás?

TaeHyung niega, saca el móvil del bolsillo y sólo cuelga.

—¿Por qué cuelgas? Debe ser importante...

—No, es de la escuela y estas no son horas de llamar.

Tenía razón, así que le sonríe y vuelve a acurrucarse en su pecho, escuchando los latidos un poco acelerados de su novio.

Novio...

Sonrió.

—Tienes que darme tu número, así podré acosarte cuando estés en la escuela.

Ambos ríen y medio charlan hasta que JungKook se duerme, TaeHyung lo hace varios minutos después.

Ambos necesitaban paz y tranquilidad.

♡♡♡

La mañana siguiente había llegado feroz y con un azabache un tanto de mal humor.

La noche anterior su hermano había recibido un ataque y ninguno de sus inútiles hombres pudo evitarlo. Y por Dios que eran muchos los que estaban a cargo de velar por el bienestar de su hermano.

Todos ellos se llevaron el reproche y enfado del pelinegro quien no tardó en hacerles saber que si había una próxima vez, las consecuencias serían graves para ellos. Su hermano es su única familia de sangre y lo cuidará hasta con su propia vida.

Sus hombres habían entendido y quizás quedado un tanto asustadizos por el tono usado. Ahora sólo les tocará redoblar esfuerzos y vigilancia.

Luego de eso se encerró en su despacho a buscar el maldito paradero de ese infeliz, si era cierto lo de la nota, eso quería decir que estaba en Seúl y muy cerca suyo.