Epílogo

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Una lágrima resbaló por su mejilla. Se sentía inservible e inútil, un hombre defectuoso.

Su vida había cambiado desde hace mucho tiempo, pero desde hace tres años cambió radicalmente para bien. Desde hace tres años había sido completamente feliz y por fin decidió buscar su propia felicidad, lo que deseaba, sin restricciones.

Tiró el objeto lejos de él y miró el atardecer por la ventana del lugar, el viento soplaba fuerte y él sólo quería llorar.

Hace tres años que se había separado de su hermano, dejándolo en Seúl, buscando su felicidad y también quizás a aquella persona que siempre ha estado presente en pensamientos.

Volvió por él.

Si le preguntan, JungKook nunca quiso verlo porque se sentía dolido, pero más que todo, no quería ver la tristeza en su rostro, al verle ahí tras un cristal, no quería ver su cara culposa por todo eso. No quería que la persona que ama lo viera con dolor y culpa. No, él nunca lo culpó y es más, lo entiende, porque él hubiera hecho lo mismo. JungKook hubiera actuado de forma similar si algo relacionaba a su única familia, en este caso, Jimin. Por eso, lo comprendía, sólo no quería que él lo viera con lástima y tristeza. No quería verlo sufrir.

Aunque nunca se imaginó que igual sufrió ante su rechazo.

Fue a por él y luego de hablar, aclarar y perdonar, empezaron como debería de haber sido desde un principio. Su relación creció y se fortaleció con comunicación y amor. Ya tres años tienen como prueba.

Vive con TaeHyung como una familia, su suegra vive con ellos, aunque en un principio fue temeroso el convivir, con el tiempo se volvieron cercanos y ahora es hasta como una figura materna para él. No incomoda su presencia y están viviendo en armonía.

—Amor... ¿todo bien?

Escucha a TaeHyung decir del otro lado de la puerta, cosa que lo trae a la realidad del lugar donde se encuentra y el porqué de estar ahí.

Tal parece que su pasado nunca lo dejará. Aunque hablaron con TaeHyung y dejaron todos aquellos problemas en el pasado, estando de acuerdo en no traer o tocar nada de esos días al recuerdo, nada. Aún así, tal parece nunca lo dejarían, porque en estos momentos lo comprobaba.

Salió de la habitación donde se había encerrado para contestar la llamada y se tiró a los brazos del contrario, apretándolo con fuerza mientras sollozaba. TaeHyung se asustó y lo separó limpiando sus lágrimas para luego hacerle que le mire y le hable. JungKook no lo hizo y sólo negó mientras lo volvía a abrazar y llorar con libertad. A TaeHyung le quedó claro aquella negación y no dijo más, claro que le dolía pero el amor que le tenía podía más y sólo se quedó ahí esperando que dejara de llorar.

La solicitud de adopción había sido negada. De nuevo.

Era doloroso para ambos. 

Habían consultado con un abogado e hicieron la solicitud hace ya un tiempo y la seguían rechazando por todo el historial que encontraron en JungKook, fue doloroso saber que por todo su pasado no era alguien apto para tener a un menor bajo su custodia. Y para JungKook fue impactante, puesto que él deseaba que alguien llevara su apellido, a quien pudiera llamar como su hijo.

—Todo está bien. —trata de consolar el castaño—. Sólo... No hay que rendirnos.

JungKook se separa y besa sus labios. —Lo lamento. —le dice—. Lamento no poder ser alguien normal, sin un feo pasado.

—Ey, ey.... No importa, yo sólo quiero verte feliz, lo resolveremos. Sólo... No te me entristezcas, amor.

El azabache le sonríe y él también lo hace. Llevaban mucho tiempo intentando, lo seguirían haciendo hasta que lo logren o busquen otra alternativa.

Blue and Grey |VKook|Where stories live. Discover now