Hayley no estaba preparada para ser madre. Como resultado, abandona a la niña antes de finalmente huir. La familia Mikaelson continúa buscando lo que han perdido, sin saber que la niña ya ha sido encontrado por la joven Loba Quileute, Leah Clearwert...
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꧁ FELICIDAD POR UNO Y TRISTEZA POR LOS DEMÁS ꧂
Leah no creía que fuera capaz de hacer esto... de sentirse así.
Aquí estaba ella con una niña, un bebé acunado con seguridad en sus brazos mientras trataba de arrullarlo para que se durmiera con la canción de cuna que su abuela solía cantarle.
Si alguien le hubiera dicho que esto era lo que ella estaría haciendo hace cuatro meses, se habría reído en tu cara. Tenía veintitrés años, había terminado la secundaria hace unos años, pero las cartas de admisión a la universidad estaban acumulando polvo en el ático de la casa que compartía con su madre, pero de alguna manera su vida se salió de control a medida que el camino sinuoso la llevaba. Le tomó ser madre, hace cuatro meses había decidido tomar esas cartas de la universidad y dejar la casa de Sue y seguir adelante con su vida lejos de allí, pero ahora tenía que repasar todos sus caminos.
Una madre, para una niña espectacular.
Durante un mes, buscó a la madre del bebé, y cuando no pudo encontrar nada ni ningún camino hacia su madre, le dijo a Charlie que no podía permitir que Hope fuera abandonada nuevamente, incluso si iba a un hogar de acogida. Por eso ahora luchaba por ser la madre adoptiva de Hope.
Por supuesto, Leah había buscado con la ayuda de Charlie, - que ahora era el marido de su madre - él había hecho una búsqueda de la madre desnaturalizada, pero era imposible ya que ni siquiera sabían por dónde empezar ya que ella no sabía qué su madre era como el bebé.
Podía recordar ese día con incredulidad.
¿Cómo puede alguien abandonar a un niño así?
¿En una carretera con el período en que alguien la lastima o algún animal se la come?
Podría ser una traficante de drogas o una prostituta que no quería tener hijos, o simplemente antinatural.
Empeoró aún más pensar si las cosas habían salido de otra manera. ¿Y si no hubiera ido a esa ronda ese día? ¿Y si no hubiera decidido detener sus rondas cuando llegó el momento de que Jacob ocupara su lugar? ¿Qué podría haber pasado?
Por supuesto, estaba agradecida por lo que le traía, pero no podía desear el destino de Hope para ningún otro niño. Sin embargo, todavía no podía negar que su vida fue bendecida por la luz que le trajo.
No sabía cómo era ni cómo había llegado a amar a Hope.
Quizás fue la primera sonrisa que le dio; o tal vez era la primera vez que ponía su mano alrededor de tu dedo; o tal vez cuando se acercó a Leah por primera vez y se acurrucó en sus brazos; o cuando balbuceaba "mami" y era el sonido más dulce que jamás había escuchado.
No estaba segura, pero sabía que ella no podía dejarla ir. Ahora sabía que ella haría cualquier cosa por la bebé, porque Hope ya la tenía envuelta alrededor de su dedo meñique. Le hizo preguntarse cómo su propia madre no podía haber visto lo especial que era Hope.
