Capitulo 31

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Flashback...

Alejandro/Valentina - 12 años

"Llegando así, mil días antes de conocerte"

La niña de nueve años mira a la calle una vez más, con la esperanza de ver un Mercedes azul estacionar frente a la Biblioteca Pública de Boston. Después, suspira aburrida, infelizmente su padre no ha llegado a buscarla.

En su walkman suena "The lady in my life" y, aunque le gustaban las canciones de Michael Jackson, escuchar por tercera vez la misma cinta, con las mismas diez canciones del artista, ya la estaba irritando. La pequeña resopla, dándole una patada a lo lejos a una pequeña piedra, viendo cómo rodaba calle abajo. Si al menos la biblioteca siguiera abierta, podría quedarse ahí, caminando por los pasillos, esperando a que el tiempo pasara, pero, para su tristeza, era domingo, lo que significaba que a las doce en punto del mediodía, las puertas de la institución cerraban, haciendo salir a los visitantes. Ahora llevaba ya casi una hora esperando a su papá y a excepción de unos estudiantes que esperaban el bus de una excursión y de un muchacho sentado en el último escalón, no había casi nadie allí.

Cansada de esperar sola, y harta de la banda sonora, la pequeña decide acercarse al muchacho que parecía muy concentrado dibujando algo en el cuaderno. Sus padres siempre le habían aconsejado no hablar ni aceptar ayuda de extraños, así como llevar siempre un silbato en la mochila y usarlo en cualquier situación de riesgo, pero algo en su interior le decía que aquel muchacho era inofensivo y que era mejor estar acompañada por él, que estar sola en un sitio público, donde era tan vulnerable. Al llegar más cerca de él, Juliana estira el cuello y consigue ver el lápiz deslizándose por la hoja de papel, dando vida a un personaje que parecía ser una heroína moderna. El dibujo le recuerda mucho a los cómics de los X-men. La niña sonríe, pues siempre han sido sus cómics preferidos.

El muchacho se asusta al sentir a alguien acercarse silenciosamente por atrás y gira el rostro, permitiendo que la pequeña lo vea por primera vez. Ella se da cuenta de que él tiene rasgos suaves, ojos azules, algo melancólicos, cabellos castaños lisos y un poco largos. Juliana sonríe porque fue atrapada in fraganti, pero él no le sonríe. Aún así, la pequeña no se intimida.

-Hola... -dice, amistosa, saludando con una mano.

-Hola... -responde Alejandro, tímido, volviendo a mirar a la hoja en sus manos, dando a entender que no estaba muy interesado en tener compañía o, al menos, no parecía ser muy sociable.

El problema es que Juliana era bastante curiosa y ahora que había visto lo que estaba haciendo, no estaba dispuesta a ser ignorada.

-¿Qué estás dibujando? -pregunta, sin reparo.

-Una historia en viñetas -responde, breve, sin girarse.

-¿Lo has inventado tú? ¿Cómo se llama? -pregunta, sin dar tiempo para las respuestas.

Alejandro suspira notando que la niña no iba a dejarlo en paz. Le gustaba ir a la biblioteca porque ahí podía mantenerse distante de la curiosidad de sus padres y de sus hermanos, dando alas a la imaginación y creando su propio mundo, donde una muchacha combatía el crimen por las calles de Boston, trayendo la armonía y la justicia a una sociedad caótica. Pero, ahora, con la llegada de la pequeña fisgona, su tranquilidad estaba seriamente comprometida. El muchacho mira a su alrededor, por estar tan concentrado en su historia, no se había dado cuenta de que, además de él y de la pequeña entrometida, solo había un grupo de estudiantes frente a la biblioteca.

-¿No eres muy pequeña para estar sola por aquí? -pregunta, preocupado- ¿Dónde están tus padres?

-¡Tengo nueve años! Y tú, ¿cuántos tienes? -dice, empinando la nariz, como si fuera bastante capaz de cuidarse sola.

The Story of Valentina juliantina adaptWhere stories live. Discover now