«La historia comenzará con un muerto.
¿Quién? Yo.
¿Él próximo? Tú.
¿Cómo salvarte? Únete a ellos. »
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Era una noche de abril cuando Olivia caminaba por las calles de Johnson y entonces...la secuestraron.
Olivia Cross era extraña.
Sacaba buenas n...
Les recomiendo que para tener una mejor experiencia a la hora de leer a partir de ahora reproduzcan la canción al mismo tiempo que Olivia :)
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26 de marzo de 2016.
Mis débiles pasos son lo único que se oyen en las calles de Johnson. A estas horas pocos salen.
No llores, no llores, no llores.
Me repito una y otra vez lo mismo, pero mis ojos comienzan a cristalizarse cuando me encuentro más cerca de mi hogar. Intento tragar el nudo que está formándose en mi garganta, pero no puedo.
Pienso las veces que he sentido este mismo temor.
No llores. Tu puedes Olivia. Sé fuerte.
Sé lo que va a pasar cuando ponga un pie en casa. Sé quién estará esperándome, sé que estará ebrio y sé que va a golpearme, a…tocarme y sé nadie se percatara de ello.
Recuerdos de mi madre invaden mi mente:
«Tenía siete años, estaba sentada en la mesa bebiendo un chocolate caliente que mi madre me había preparado.
Me encantaba.
Jugaba con mis cortas piernas — que aún no llegaban al suelo — mientras mi madre se sentaba a mi lado.
—¿Hoy tampoco vendrá papá? — cuestioné mientras limpiaba con la lengua mi bigote de chocolate.
Ella se tensó.
—No mi niña— me regaló una sonrisa triste mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de la oreja —. Está muy ocupado trabajando.
—Lo extraño mucho.
—Pronto lo verás.
—Mami — le dije —. ¿Cuándo venga si te portas mal volverá a castigarte?
—Mi niña — comenzó a hablar y pude ver como sus ojos se cristalizaron —. Van a ver momentos en tu vida donde pensarás que no merece la pena seguir viviendo — la miré confundida —. Cuando seas grandes lo entenderás — me regaló una de sus cálidas sonrisas antes de continuar —: Habrá momentos en los que te sientas sola, triste, insignificante. Momentos en los que pienses que no merece la pena sonreír, vivir o sentir. Momentos en los que solo quieras gritar y desaparecer —. Tomó mis mejillas en sus manos y nuestros ojos hicieron contacto —. Pero mi niña…tienes que ser fuerte. Tienes que qué superar y afrontar las cosas malas que te pesen. Porque al final de la tormenta siempre sale el sol.»
