El Templo Abandonado

240 24 0
                                    


Shi Qing Xuan se encontraba ayudando a repartir algunas sobras de comida al resto de sus "amigos" dentro de aquel templo abandonado que se encontraban. 

Esto estaba siendo un poco complicado de realizar ya que todos debían comer algo y probablemente lo que había no era suficiente. Otra vez.

-  ¡Está bien! No hay problema, pueden comerse mi parte. Yo puedo aguantar un poco más.

Fue lo que dijo al ver a un anciano con dos pequeños a su lado observando apenados cómo si temieran que fueran a morir en cualquier momento por la falta de alimento.

--Por favor, adelante.

Les dio una suave sonrisa esperando confiaran en él y cuando lo hicieron, se dio la vuelta soltando un pequeño suspiro para luego salir del templo un momento sentándose en las afueras con la intención de no ver hacia atrás. La idea era no sentir algún aroma que despertara el hambre en su organismo haciéndole pasar una mala noche otra vez.

--Tendré que esforzarme más mañana...

Aquellas palabras las susurró para si mismo viendo hacia el cielo admirando las estrellas que iluminaban esa hermosa noche, mientras el viento soplaba en una suave brisa dándole un sentimiento de paz inigualables.

Por su parte, He Xuan llevaba desde aquel fatídico día vigilando a Qingxuan en las sombras, sin decir nada sin si quiera que este notase su presencia. Sabía desde el fondo de su corazón que él había aceptado pagar el karma solo por la nobleza de su ser.

--Tsk

La calamidad le había restaurado otro abanico de su colección a QingXuan y moría de ganas de entregárselo, pero claramente no lo haría, no aun. 

--Tsk

Cierta noche, al verlo quejarse de hambre, otra vez, se acercó asumiendo que lo iba a despreciar o enojarse por lo que hhabia ocurrido hacia ya un año.

-- Qingxuan...

Dijo mirándolo desde la sombra, respirando profundo y tratando de no huir por la verguenza.

--Ten...

Le pasó una caja con el abanico y una canasta de baozis calientes. Si bien, el amaba la comida, su ex compañero la necesitaba mucho más en ese segundo.

--¿Podemos hablar?

Estaba tan sumido el joven Shi en sus pensamientos que no prestó mucha atención cuando escuchó a alguien llamar por su nombre y dio una respuesta vaga bajando la mirada de aquel hermoso cielo estrellado para ver en dirección a la persona que le había llamado.

--¿Mnh?

Al ver en esa dirección, tanto su cuerpo cómo su expresión se volvieron rígidos al instante. Sus ojos se abrieron y el brillo usual que mantenía hasta hace menos de dos segundos desapareció. Su rostro palideció y no fue capaz de argumentar palabra alguna, era cómo si la voz hubiera sido robada.

--. . .

Apenas reaccionó al momento de ver que algo le era lanzado a las manos y cuando lo vio, tragó saliva con dificultad. Una vez más levantó la mirada esperando que esto fuera un sueño o quizás una pesadilla y al volver la mirada, no hubiese nada, pero, aquella figura seguía ahí de pie cómo si esperara por una respuesta de su parte.

--T-Tú....

--Qingxuan... Sé que no quieres verme, es evidente. Pero, no podía dejar impune el karma ganado por tu hermano con quiénes fueron mi familia en la vida.

He Xuan tragó saliva y prosiguió

--Mi intención en primera instancia fue fingir ser tu amigo, y vengarme de tu hermano a través de ti. Sin embargo, con el tiempo me di cuenta que ya no era solo costumbre y poco a poco llegue al punto de sentir que aquella venganza no quería que te tocará, porque por más que tú vivieras en la ignorancia no era tu culpa.

He Xuan respiró profundo y siguió.

--Ese día te di tres oportunidades para que te fueras, pero, prefieste oír a Dianxia que a mí. Me dolió. Tsk, mucho. Tsk. Finalmente cuando tú hermano te ahorcó yo cambié todo por eliminarlo. No quería que te tocará un solo pelo...

He Xuan suspiró una vez más y se acercó lentamente al contrario, tomó su brazó y con un facil hechizo lo sanó.

--Qingxuan, lo siento, yo quería sacarte de todo.

El Abanico RotoWhere stories live. Discover now