Hilos unidos -Takashi Mitsuya-

Capitulo 11

-El tratamiento de su hermano a sido pagado.

¿Que? ¿Quien... Mitsuya? Si ha sido el... Mierda, le dije que no hacía falta. No necesito el dinero de nadie y menos lastima. Por lo menos no ha sido peor.

-Joder, gracias y...¿sabe quien lo ha pagado? -me llevo la mano a la frente y suspiro.

-Ha sido un usuario anónimo. Su hermano tiene que quedarse un tiempo más hasta que le hagamos la operación.

Mitsuya... ¿Eres tú el usuario anónimo?

-Bien, ¿cuando empezareis? -miro con atención.

-Mañana mismo si es posible.

-Genial. Ya nos veremos, doctor.

-Adiós, señorita Lara. -me despido con la mano y el hace una pequeña reverencia.

Entro a la habitación de mi hermano y me coloco en la misma posición que antes. Debo de ir a hablar con Mitsuya, le dije que no hacía falta.

-Ayato, tu tratamiento ya a sido pagado, el doctor dice que empezará mañana si es posible. ¿No estas contento? Cada vez estas más cerca de ir a Nueva York. De momento, recuperate y se fuerte.

Me acerco a su frente y dejo un beso, acaricio su cabello marrón y bajo ambas manos a sus mejillas. Luego, suspiro con una mezcla de alegría y molestia y me voy del Hospital.

Quiero ir a hablar con Mitsuya. Pero ya es temprano y, aparte, no se donde vive el. Pero, Hina seguro que lo sabe, menos mal que le pedí el número.

-¿Hina?

-¿Lara? ¿Sabes que hora es? -la escucho bostezar y me siento un poco mal.

-Perdona si te he despertado. No quería molestarte. -me rasco la mejilla.

-No tranquila, yo ya estaba despierta, es Takemichi el que duerme a pierna suelta. -se ríe levemente y yo también sonrío. -¿que querias?

-Solo me gustaría saber dónde vive Mitsuya. -entro al coche y me pregunto si he sido demasiado directa.

-Oh, claro, claro. -dice con una voz pícara y yo ruedo los ojos- Vive en la calle.....

-Bien, gracias Hina. Y perdona por molestar de nuevo.

-Tranquila y ahora recupera a tu hombre. -la escucho reír y antes de decir nada me cuelga.

Esta chica... En verdad, me cae genial.
Sonrío y arranco el coche hacia la calle que me ha dicho.

(...)

A simple vista, su casa, bueno, mansión, no pasa para nada desapercibida. Los dos pisos, la piscina y el jacuzzi, las luces, la gran valla que la rodea y seguro que más cosas que ahora no puedo ver, dan bastante el cante al estar alejada de la civilización.

Me acerco con el coche a la puerta del garaje y un guardaespaldas se acerca.

-Buenas noches.

-Buenas noches, señor.

-¿Podria decirme su identidad señorita?

-Takahashi, Lara Takahashi.

Le veo hablar por el pinganillo de su oreja y hace una señal para que abran la verja. Me sonríe y yo entro.

Si, de verdad, da el cante.

No voy a entrar en detalle porque me tomaría bastante tiempo describir todas las cosas aquí presentes. Por lo que llamo al timbre.

-¿Lara? -dice echándose a un lado y yo entro en la mansión.

-Escucha, voy a ir al grano, ¿fuiste tú quien pagó el tratamiento de mi hermano?

Me doy cuenta de que aún está vestido. No se que estaba haciendo antes de que llegara yo, pero no estaba dormido y eso, en parte me reconforta un poco. Esta guapísimo, como siempre.

-¿Y que si lo hice ? -frunce el cejo y se cruza de brazos.

-¡Pues que te dije claramente que no lo hicieras y lo has echo! -se que estoy gritando, pero estoy bastante molesta. - ¡No necesito tu dinero, tengo que conseguirlo por mi misma!

-¿¡Podrias dejar de lado tu tozudez y darme un gracias, como mínimo!?

-¡Me niego!

-¡¿Porque tanto empeño en conseguirlo por ti misma?!

-¡Porque necesito sentirme importante!

Abre sus ojos y me llevo la mano a la boca. Mis ojos empiezan a aguarse y empiezo a llorar. Había hablado demasiado, no quería que lo supiera.

Veo como se acerca y me rodea con sus brazos. Por más que me intento apartar de el, me atrae con más fuerza así que dejo de intentarlo.

-Escucha, puedes hablar conmigo de lo que necesites, Lara.

Su mano se coloca en mi pelo y yo me quedo estática cuando empieza a acariciarme el cabello.

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-¡Papa! -una pequeña yo, salta a los brazos de su padre.

-¡Lara...¿que te ha pasado!? -con un brazo agarrandome y el otro quitandome las lágrimas, yo empiezo a hablar.

-Esque... Hoy en la escuela... -sollozo y me quedo pillada en mis propias palabras.

Me aferro a mi papa y agarro su camiseta, estrujandola en mis puños.

-Escucha, puedes hablar conmigo de lo que necesites, Lara -su mano va a mi cabeza y empieza a acariciar mi cabello.

-En la escuela, me dijeron que no soy guapa, que nadie me quiere porque soy fea, me lo dicen siempre.

Chasquea su lengua y me separa lentamente de su camiseta.

-Lara, no debes escuchar que nadie ni nada interfiera en tu vida. Algún día, encontrarás a alguien que te quiera tanto como yo y Ayato, te queremos.

-Solo lo dices porque eres mi papá.

Me cruzo de brazos, haciendo puchero y el sonríe, aun acariciandome el cabello.

-No lo digo porque soy tu papá, lo digo porque eres trabajadora, hermosa y amable, eres una buena persona que cuida de lo que le importa. Sé que llegarás lejos en lo que te propongas.

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Me aferro a Mitsuya y lloro aún más, ese recuerdo no ayuda, ¿porque lo recuerdo precisamente ahora? Papa... Te extraño tanto.