Capitulo 12

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Levanto mi visita viendo un hermoso cuadro. Oscuridad sin final, con miles de hadas brillando y a su lado, en lo alto, esta la Luna.

Escucho a Mitsuya acercarse y me pasa una chaqueta por los hombros, se sienta a mi lado, en el borde, y mete los pies en el agua de la piscina.

Ninguno dice nada por un tiempo, hasta que Mitsuya habla.

-Lara... Lo siento si te he echo pasar un mal momento.

-No es eso, es que... -levanta su mano y la lleva enfrente de mi, negando con la cabeza.

-Porfavor, no me interrumpas. -baja su mano y mira a sus pies- Yo tengo dos hermanas pequeñas.

Abro los ojos sorprendida, había escuchado rumores de ello pero no estaba 100% confirmado. No había rastro en ninguna página web de que tuviera dos hermanas.

-Mi padre nos separó desde que yo era adolescente y, desde entonces, soy incapaz de saber el tiempo que ha pasado desde que no las veo. -suspira- Creo, que puedo llegar a comprenderte un poco.

-Mitsuya...

-Por eso, quería pagarle el tratamiento a tu hermano. No quiero que pases por la misma soledad que yo estoy pasando. Así que, perdona si no querias que lo hiciera.

Agarro su mano más cercana a mi y levanta la vista hacia mi, sorprendido. Yo la coloco en mis muslos y le doy un corto apretón entre mis manos.

Frunzo mis labios y sonrío.

-Esta bien, si me lo hubieras dicho antes, no hubiera venido a molestar.

-No eres molestia Lara. -coloca su mano en mi cabeza y la desliza a mi mejilla. -Siempre tengo tiempo para ti.

Los papeles se invierten y la sorprendida soy yo. Me sonrojo pero no rompo el contacto visual. El se relame los labios y yo no puedo evitar no ver el movimiento.

-Ya es tarde, ¿te apetece quedarte a dormir aquí? -levanto la vista cuando veo que empieza a levantarse.

-N-no, yo... Bueno, si, pero... -aún estoy aturdida por el momento, pensaba que me iba a besar. Espera... ¿quiero que me bese?

-Tienes una habitación en el primer piso a la derecha, yo iré enseguida. -le veo sonreír levemente y me dirijo dentro de la casa.

Sigo las indicaciones y me encuentro con una habitación bastante grande y espaciosa. La decoración es moderna y algunos posters de grupos de música están en la pared.

También, una puerta que da al baño y que no me molesto en abrir.
Me tiro a la cama matrimonial y me hundo en ella. Wow, es muy blanda y calentita, que gusto. Levanto la vista y veo algunas luces encendidas de la ciudad.

-Ya estoy aquí.

Mitsuya entra a la habitación y se va directamente al baño de esta.

No digo nada y me quedo mirando más tiempo la ciudad. Deseo, que mi hermano pueda ver esto algún día.

Siento una caricia en mi hombro y me sobresalto.

-Perdona, no quería asustarte.

-Oh, Mitsuya, eres tú.

-Toma. -me extiende una camisa suya y unos pantalones cortos. -Ponte esto para dormir.

-Esto... Gracias. -agarro la ropa y me levanto de la cama- ¿puedo ir al baño?

-Claro, yo me cambiare aquí.

Me sonrie y yo a el. Camino al baño y cierto la puerta tras de mi. Suspiro apoyándome en ella, sonrío, por fin podré saber que champú usa para el pelo.

Entro a la ducha y me acerco a donde están todos los champús.

-Dios, este hombre usa de todo.

Agarro un bote de champú, luego otro, luego sigue una mascarilla y tres botes más. Pero también tiene acondicionador y miles de botes más.

Suspiro y lo dejo estar.

Me cambio y antes de salir me miro al espejo, la camisa me queda bastante grande, los pantalones que creo que son de boxeo casi ni se ven. Me hago una coleta y salgo.

Alcanzo a ver un poco de la espalda y como se mueven sus músculos.

Porfavor, ¿como se mantiene así?

Se acaba de poner la camiseta y se gira para verme. Me mira de abajo a arriba y también se recoje el cabello en un moño con algunos pelos sueltos.

-¿Quieres comer algo antes de dormir?

-No, estoy bien así.

-Bien.

Me meto a la cama y me acurruco, cierto los ojos y huelo el aroma de la manta. Siento un peso a mi lado y rápidamente abro los ojos.

-Mitsuya... ¿Que haces?

-¿No puedo dormir en mi habitación? -frunze el ceño y sonríe.

¿Este es su cuarto? Ahora que lo pienso, ¿voy a dormir con mi jefe? No, no puedo hacerlo.

-Lo siento, yo no debo estar aquí, eres mi jefe después de todo. -me estoy por levantar pero pasa su brazo por mi cintura y me atrae a el. Mi espalda choca contra su pecho y trago grueso.

-Lara... Deja de pensar y disfruta de la noche.

-Pero...

-¿No me oyes? Piensas demasiado Lara, dejate llevar por el ambiente y descansa.

Supongo que tiene razón, debo de dejar de pensar tanto. Esta bien, solo por esta noche, lo haré.

El se acurruca en mi y yo en el, me giro para sentir mejor su calor y le rodeo un poco la cintura, con ahora el abrazandome por los hombros.

Levanto mi cabeza y el abre sus ojos.

-Si te mueves tanto no puedo dormir.

Me coloco frente a el y dejo un suave beso en sus labios.

-¿Que... acabas de...?

-No pienses Mitsuya.

Hilos unidos -Takashi Mitsuya-Où les histoires vivent. Découvrez maintenant