Capítulo 1

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La molesta alarma de _______ resonó en su habitación, poniéndola inmediatamente de mal humor. De mala gana, arrastró sus pies fuera de la cama y se vistió para ir a la escuela.

Eligió una falda de mezclilla algo corta y una camiseta negra con estampado bastante sencilla. Sus zapatillas negras Converse se veían increíblemente nuevas. Y, a pesar de que su outfit no era extravagante y tampoco estaba usando ropa de marca, le quedaba espectacular.

Una vez lista, salió de su habitación y se encontró con su hermano sin camiseta en el pasillo. Los dos se miraron de modo desafiante y corrieron al mismo tiempo para competir por quién entraba al baño primero.

—¡Maldita sea, Soobin! ¿Por qué siempre tienes que entrar primero? —se quejó ella golpeando la puerta con frustración.

—¡Eres muy lenta! —respondió él desde adentro.

—¡Eso no es cierto! Tus piernas son más largas que las mías, siempre llegas más rápido.

Algo molesta, _______ dirigió sus pies de vuelta a su habitación para juntar sus cosas en su costoso bolso. No le gustaba perder, aunque fuera por la más mínima estupidez, perder era sinónimo de debilidad en su propio diccionario.

Y ella ya había sido débil por mucho tiempo...

Dos manos aparecieron bruscamente frente a los ojos de _______, que estaba escribiendo tranquilamente en su cuaderno lo que el maestro había escrito en la pizarra. El estruendo de aquellas manos en su escritorio logró sobresaltarla.

—Buenos días, _______ —saludó un chico con una falsa sonrisa.

—Ho-ola... —saludó ella bajando la cabeza con timidez.

—¿Qué estás haciendo? —preguntó él tomando el cuaderno de la chica y escaneando lo que decía.

—Es la t-tarea de ciencias naturales —explicó _______ en un murmullo.

—¿Esta...? —aquel chico señaló una hoja y la arrancó con brusquedad—. Oh, pero qué torpe soy.

El chico tiró el cuaderno al suelo y soltó una carcajada.

—Lamento que tendrás que hacer tu tarea de vuelta. Oh, y si no te molesta, podrías hacer la mía también —dijo él entregándole su propio cuaderno.

—¿Por qué haría eso? —preguntó ella atreviéndose a mirarlo a los ojos.

La mirada de aquel niño siempre lograba darle escalofríos a cualquiera, y su expresión seria lograba darle un toque de inocencia muy extraño para un chico de tan solo doce años.

—Lo harás... Estoy seguro que sí —respondió él acercándose lentamente a ella.

—¡Ni siquiera tenemos la misma letra! —se quejó ella con expresión de pánico.

—Entonces harás que tu letra se parezca a la mía —aseguró él con la misma sonrisa escalofriante de antes.

Ante aquel lejano recuerdo, _______ no pudo evitar dejar de guardar sus cosas, como si su propia mente le estuviese sacando su capacidad de concentración.

—¿Es ésta tu mochila, _____? —preguntó el niño, al que comenzó a apodar “diabólico”, con una sonrisa.

—¡Sí, así es! ¡Ya suéltala! —pidió _______ mirándolo preocupada.

PRETTY SAVAGE ✦ YANG JUNGWON Y TÚWhere stories live. Discover now