Capítulo 6

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Ella odiaba a su padre. Si así se podía llegar a llamar una vez más.

Lo veía siempre en casa a altas horas de la noche solo para gastar e irse con la amante una vez a la semana.

Lo había visto amenazar con suicidarse con su hermana llorosa en una esquina. Sabía que si ellas no estuviera el habría pegado a su madre.

Escuchaba decir a sus tías, por parte paterna, cada vez que iba a la casa de su abuela cómo él les decía que no le daban de comer.

Él no estaba inválido. Podía hacerlo solo. ¡Incluso ella sabía cocinar! Aunque esté en su cuarto los escuchaba pelear a ambos. Y a él rechazando la comida yendo directamente a dormir sin probar bocado.

Si se despertaba temprano lo podía ver en el sofá tomándose aquella bebida energética o el paquete de tabaco en apenas media hora.

Él no comía en la noche, pero en la mañana arrasaba como una parte de la compra de su madre.

Ella no lo deseaba en casa y se lo hacía ver ignorándolo, tirándole vasos de agua mientras dormía o peleando con el.

Y estaba orgullosa de decir que en una de sus peleas le había logrado llevar al hospital con una bajada de tensión con apenas doce años.

Aunque en ese momento pensó que era una chiquilla mimada pues la pelea había empezado por el simple hecho de que no quería llevar a ambas niñas a ver un paso que salía temprano y que le encantaba en aquel momento ver recoger y después volver para comer papas fritas; una pequeña tradición que tenían con aquel paso.

Se controlaba muy bien, pero sabía que si le levantaba la mano a su hermana ella ya no respondía por sus demonios.

Era capaz de matarlo solo por hacerle algo. El instintoprotector de la hermana mayor. 

Él intentaba hacerse la víctima y llamar la atención. Pero ella sabía actuar desde las sombras. Toda su vida se resumía en eso.

Ser una sombra.

Rota tras la sonrisaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora