Capítulo Nueve.

756 93 9
                                    

El clima estaba bastante lindo, no hacía mucho calor pero tampoco mucho frío. Aunque habían algunas pequeñas ráfagas de viento frío, que hacía entender que ya casi estaban en invierno.

El chico te había pasado a buscar y almorzaron ramen en una pequeña tiendita, ahora se encontraban caminando en un parque.

—te puedo ayudar a matar a ese jefe, en la noche sigamos jugando— te sonrió, le estabas contando que necesitabas matar a un jefe para subir de nivel a un personaje.

—gracias, si necesitas ayuda en algo también puedes pedirme— ahora tú le sonreiste.

—ahora que lo pienso, si necesito algo de ayuda— a continuación te contó que debía explorar una parte para buscar ciertas plantitas.

—¿Para que las plantitas?— preguntaste, ya que él solo era dos niveles más que tú.

—una exploradora te pide que la ayudes a buscar estás plantas para no se que cosa y te pide como treinta la loca— reíste un poco y seguiste escuchando sobre aquella misión.

—¿Uh?— murmuraste bien bajo, haciendo que no te escuché.

Mientras él hablaba, lo miraste detenidamente notando que Chifuyu tenía más ojeras de lo normal y que parecía estar cansado, pensaste que era por haber dormido mal o muy poco, también supusiste que estaba cansado por el trabajo que había tenido hoy.

—¿quieres que nos sentemos?— preguntaste parando de caminar, él solo asintió.

Cómo ya estaban agarrados de la mano, solo jalaste de la suya y lo guíaste a qué ambos se sienten en una banca que estaba cerca.

Se sentó pegado a ti y apoyo su cabeza en tu hombro cerrando los ojos, definitivamente estaba cansado.

Acariciaste un poco su pelo y lo abrazaste por los hombros.

—si me hubieras dicho que estabas cansado, cancelabamos esto o nos hubiéramos quedado en casa— le reclamaste un poco.

—no, quería verte y pasear contigo, además tú también querias— escuchaste su voz muy cerca de tu cuello, sacandote un escalofrío.

—con solo estar contigo, ya estoy bien— dijiste algo bajo mientras te sonrojabas un poco, sentiste que te habías sincerado mucho.

Sentiste como él también se sonrojaba, ya que su cara parecía estar caliente.

—vamos un rato a la playa... y luego si quieres pasamos por casa— murmuró tomando una de tus manos.

—bien— respondiste simple.

Ahora era él quien jalaba tu mano y te guiaba a su moto.

[...]

El clima en la playa estaba algo caluroso, debía ser porque ahí si pegaba con fuerza el sol.

Se habían sacado sus zapatillas y medias dejándolas en el pequeño compartimiento que tenía la moto del chico, luego ambos se arremangaron sus pantalones, solo para poder caminar en la orillas del mar y no mojarse.

Caminaban en silencio, apreciando de la compañía del otro y de la vista.

Miraste un poco para arriba y viste lo lindo que se veía el sol con el cielo y el mar de fondo, sonreiste ante la hermosa vista.

—mira fuyu, se ve lindo— giraste un poco la cabeza para verlo, ya que estaba como a unos tres pasos atrás tuyo.

Chifuyu al mirarte sintió que tenía la mejor vista de casi toda su vida.
Tu sonriendo y brillando un poco por el sol, el cielo bien celeste que pegaba de contraste y el sonido del mar que era muy relajante.

El chico del boliche || Chifuyu Matsuno.Where stories live. Discover now