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Rubius se adentró a la oficina acompañado de Nieves, ambos tomaron asiento al frente del escritorio del abogado, en muchos momentos, el rubio intentó evadir ver el cuerpo e incluso la cara del pelinegro.

-¿Te sientes bien Doblas?- preguntó Samuel luego de notar que el menor se la pasaba viendo hacia el suelo.

-Sí, solo estoy cansado... Continua por favor.

El mayor asintió mientras se disponía a seguir explicando el acuerdo con el cerdo acosador para poder terminar el asunto cuanto antes.

- Y así es como dando este monto de dinero que a ti no te afecta en tu patrimonio podremos asegurar que su boca permanezca cerrada y en caso de no ser así tendría que pagarte una compensación por romper el acuerdo- Declaró mientras finalizaba su discurso- ¿Os parece bien?, ¿Estáis de acuerdo?

- ¿De verdad tengo que darle dinero a ese imbécil? Joder...

El móvil de la pelirroja sonó, al principio la muchacha rechazó la llamada hasta que fueron incesantes... Dando una leve disculpa, salió de la oficina apurada por contestar el teléfono.

En cuanto la chica dejó la sala, el ambiente se tornó un tanto pesado e incómodo para ambos... Estaba claro que no tenían una gran relación más allá de la profesional y que no estaban dispuestos a hacerse mejores amigos.

Rubén creía que mientras menos hablase con el abogado, mejor... Mientras que Samuel no tenía interés alguna en pronunciar palabra.

El silencio reinó en la oficina por unos grandes segundos, segundos enternos... Segundos que bastaron para que unos ojos avellanas se cruzaran felizmente con unos morados.

El cruce fue tan breve como un suspiro, apenas un milisegundo pero aquello bastó para que los recuerdos de sus mentes pensando en la otra persona durante un proceso tan íntimo, privado y personal como el celo atravesara sus mentes fuertemente.

-¿Llegaste seguro a casa?- Pese a que Samuel se había propuesto a no estar sólo con él y no hablarle con motivos no profesionales... Quiso cortar con aquella incomodidad que les invadía- ya sabes... Ese día, el del celo.

-Oh...- las mejillas del rubio se tornaron de un rosa muy leve, casi imperceptible... Si no fuese que aquello no pasó desapercibido para ciertos ojos- Por suerte llegué a tiempo, es la primera vez que sucede algo como aquello... Por lo general tenemos esos temas bien controlados... Ya sabes, no queremos que termine siendo...

Samuel asintió pese a que el menor no terminó aquella oración, sabía perfectamente a lo que el omega se refería.

"NO QUEREMOS QUE TERMINE SIENDO ABUSADO" La problemática de los Alfa atacando a omegas era cada vez más visible y mayor... En las épocas de celos todos los omegas se veían en un grave peligro, es por ello que Rubén tomaba altas dosis de supresores para que su celo no se acercase pero aún así, no podía luchar en contra de su naturaleza.

Lamentablemente era la realidad de los Omega, los que no estaban marcados, como el joven rubio, la pasaban fatal sin una pareja y sobre todo, sufrían de muchos efectos secundarios a causa de aquellas píldoras, algunas incluso llegaban a acortar la vida de los mismos.

Por ello, Omegas intentaban encontrar rápidamente a su pareja puesto que no querían meterse hormonas de más en el cuerpo, no sabiendo que eran nocivas.

- Entiendo, descuida... - continuó el mayor con conversación- Ese día sentí tus feromonas- Apenas pronunció aquello quiso volver el tiempo...

Rubén se quedó callado unos segundos mirando al Alfa fijamente... Avergonzado hasta la médula.

- Yo... Lo lamento- Samuel negó, se fue de lengua...

-Tranquilo... Miel y rosas

-¿Cómo?

-Ese es el aroma que desprenden tus feromonas... Miel junto con Rosas... Es bastante peculiar, nunca había sentido unas así-  Otra vez la había cagado al ver la cara del menor- No es como si hubiese sentido muchas feromonas... Quiero decir, si he sentido algunas pero tampoco tantas, ya sabes...

- Ah... -Contestó el rubio confundido- Nunca nadie me había dicho a que olía... ¿Tú a que hueles? Sí es que se puede saber.

-Por lo que sé a Moras con chocolate... La verdad no tengo ni idea, me lo dijeron hace mucho.

- ASÍ QUE ERAS TÚ - Aquel grito asustó levemente a Samuel- En la comisaría sentí ese aroma pero pensé que era alguien comiendo eso... Me dieron tremendos antojos...

-¿Qué?- preguntó el pelinegro sin terminar de comprender

-Espera...- El rubio ató cabos- Si ese día soltaste feromonas... ¿También tuviste tu celo?

-Ehm- el mayor carraspeo  mientras sus mejillas tomaban un leve color...

La puerta de la habitación se abrió dejando entrar a Nieves una vez más, la muchacha pelirroja parecía molesta, guardó su móvil y se sentó al lado del rubio.

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Jij

DESTINED - Karmaland #Lazos2Where stories live. Discover now