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El calor invadió aquel departamento, la temperatura no hacía más que subir a lo loco... Las feromonas nos tardaron en inundar todo el lugar logrando volverlos más desesperados el uno por el otro...

Las prendas poco a poco comenzaron a caer al suelo, un gemido abandonó los labios de Ruben en cuanto Samuel besó el cuello del rubio...

El menor terminó recostado sobre el sofá mientras que con sus piernas atraía al pelinegro... Los ojos de Vegetta cambiaron de un color morado a uno dorado, eso significaba que las feromonas de Rubius estaban volviéndolo a su estado en celo...

Las grandes manos de Samuel se pasearon por todo el torso del rubio frenando en las caderas del omega, aquel tacto se sentía caliente y adictivo al mismo tiempo. Ambos querían sentir más, tocar más, probar el cuerpo ajeno...

La espalda del rubio se arqueo de placer al sentir la lengua del pelinegro jugando en sus partes bajas, se encontraba con una de sus manos en el cabello negro del alfa y con la otra tapaba los gemidos que querían salir escandalosamente.

-Quiero escucharte- Los ojos dorados le miraron y el cuerpo de Ruben tuvo un espasmo de placer- Déjame escucharte- Ordenó con la voz ronca...

Cumpliendo las órdenes de su alfa, el omega aceptó lo comandado dejando escapar aquellos sonidos lascivos y placenteros, estaba a punto de correrse por el oral cuando el mayor frenó súbitamente.

-¿Qué pasa?- preguntó el rubio medio frustrado por no haber alcanzado su momento...

El timbre del departamento sonando como loco contestó su respuesta... Pronto el ringtone de su móvil indicó que alguien le estaba llamando, era obvio que se trataba de la pelirroja Nieves.

-Joder... - Murmuró más frustrado...

Se levantó del sofá desnudo ante la mirada voraz del Alfa, tomó el celular y contestó intentando no mirar al mayor evitando así morir de vergüenza...

-Abre la puerta, joder- se notaba impaciente detrás del altavoz- ¿Rubius?

-Ehhh... Yo... - Nuevamente los brazos de Samuel se dispersaron alrededor de la cintura del menor mientras respiraba en su oreja- Nieves... Llegas en un jodido mal momento...

-¿Qué?- la incredulidad en su voz era palpable- RUBÉN DOBLAS, O ME ABRES LA PUTA PUERTA O LA ABRO YO

-dame 1 minuto, por favor- el rubio recordó que su mánager tenía un juego de llaves y lo que amenazaba podía pasar...

La llamada se cortó mientras corría a ponerse los pantalones, el pelinegro tomó asiento en el sofá mientras le seguía con la mirada...

Rubén le abrió la puerta de la verja a Nieves  para que pudiese subir... También se sentó junto al alfa sólo que éste lo agarró por la cintura...

El cuerpo del menor se alzó en el aire, cayendo encima de las piernas del pelinegro... Los brazos de Samuel volvieron a apresarlo, los ojos morados seguían sin volver, brillando en un bello dorado.

La puerta principal del departamento se abrió dejando ver a una pelirroja bajita en estatura, al principio Nieves no reaccionó ante aquella escena hasta que de pronto se paralizó mirando quieta el panorama...

-¿Qué...? Doblas sal de ahí- ante aquella frase, Samuel miró seriamente a la muchacha en un tono de advertencia

Era todo demasiado extraño para los tres presentes pero tanto el omega como el alfa no podían dejarse ir, simplemente aquello no podía pasar.

-¿Qué es lo que está sucediendo?- preguntó Nieves con clara preocupación

- No lo sé - Rubius suspiró - lo único que puedo decir es que sentí que se me variaba el alma, pude respirar cuando lo tuve a él en mi puerta...

Samuel seguía mirando con advertencia a Nieves mientras se desconocía, no entendía el por qué estaba actuando de una forma tan autoritaria sobre el menor, tampoco comprendía la necesidad de aferrarse al omega.

-Rubén debes de alejarte de Samuel, tiene los ojos dorados... Eso significa que está en celo, llamaré a un médico- la pelirroja se pasó una mano por el cabello frustrada mientras hacia varias llamadas por el móvil

[...]

Con mucha paciencia habían logrado que el alfa dejase libre a Rubius mientras un médico le daba supresores al mayor...

Una vez todos estuvieron calmados el profesional de la salud aprovechó para analizar la situación... Tanto el alfa como el Omega tuvieron que explicar lo sucedido, el sentir las feromonas del otro desde el momento cero hasta los sueños, incluso el sentimiento de "voy a morir si no estoy con él"

Tras un largo silencio, en el cual la incomodidad y la incertidumbre reinaron por su presencia el doctor en la sala habló

- Si no estoy mal, se trata de el síndrome del "hilo rojo" es extremadamente raro y sólo le pasa a al tres porciento de la población alfa-omega...

-¿Tiene cura doctor?- preguntó Nieves preocupada

- No - El silencio volvió a la sala... - No tiene cura porque es un pacto formado en vidas pasadas... Ustedes dos - señaló a Rubén y a Samuel- son almas destinadas.

-¿Es esto malo?- Ésta vez fue el pelinegro quién realizó la pregunta

-Realmente no es malo pero ustedes no podrán separarse por mucho tiempo sin una marca de por medio...

-¿Qué pasa si no... Si no me marca?- Doblas pronunció palabra

-Nada más que el sentimiento de vacío extremo, tristeza y extremo sueño... Pueden vivir sin la marca pero deben de permanecer juntos por lo menos doce horas al día... - el doctor les miro seriamente- Mi recomendación es la marca, con ella podrán estar más tiempo alejados sin problemas además de que no sufrirán celos tan estemos.

-Muchas gracias... - Todos se despidieron del  señor y al cerrarse la puerta, Nieves les miró con seriedad

-¿Qué planean hacer? - Rubius miró los ojos morados del alfa y luego a sus manos.

-Marcame- pronunció cerrando los ojos para evitar verle por vergüenza

-Doblas... - La inseguridad era el factor clave en la voz de Vegetta- No quiero hacerlo a menos de que estés realmente seguro... Yo lo estoy, no sé por qué, pero lo estoy...

-Estoy seguro- Ésta vez ambos se miraron a los ojos mutuamente- No te conozco mucho pero ya escuchaste... Estamos destinados.

[...]

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UwU

DESTINED - Karmaland #Lazos2Where stories live. Discover now