Limerence.

Capítulo 5.

Claramente me había puesto nervioso, la piel de gallina se hacía presente junto al temblor de las piernas y yo lo único que atiné a hacer fue poner cara de pocos amigos al momento de mirarlo directo a los ojos.

— ¿Qué quieres?— Dije de malas ganas.

—Pues está claro, hablar contigo...— ¿Acaso no entiende que no quiero dirigirle la palabra?

—No me interesa hablar contigo, Callum. Voy atrasado así que si me permites...—En mi intento de marcharme me agarra del brazo, tiene mucha fuerza, más de lo que me imaginaba. Me atrajo hacia él sin quitarme los ojos de encima, nuestras miradas se encontraban cada cinco minutos y el nerviosismo no se iba. — Eres extraño, me hace pensar que el inadaptado aquí es otro—Hice una mueca.

—Lo sé, sé que soy extraño pero no quiere decir que sea mala persona— ¿Que trama?

—Sinceramente me da igual, no planeo que seas buena persona conmigo. No me interesa en lo absoluto— Gruñí, era verdad.

—Al parecer la mala persona es otra— Sonrió a medias, casi me desmayo al ver lo lindo que era sonriendo.

—Cállate, no me conoces por lo tanto no puedes decir esas cosas— Me crucé de brazos.

—Entonces me gustaría conocerte— Sonríe finalmente.

—Ni loco, Kim te mataría si nota que estás cerca de un inadaptado.

— ¿A quién mierda le importa la opinión de Kim? al menos a mí no. — Suspiró— Podríamos salir mañana, conozco un lugar bastante entretenido y que hacen las mejores margaritas del sector— ¿Me está invitando a salir?

—Yo...—Las palabras no lograban salir— Yo creo que sí, es decir, podríamos salir. No conozco mucho por aquí cerca —Tragué saliva, mariposas en el estómago nuevamente.

Para mi mala suerte, la armonía que finalmente había conseguido en los últimos segundos se fue. La nueva compañía dejó de ser agradable desde que vi su fea cabellera rubia acercarse poco a poco hasta nuestra ubicación.

—Hola bonito—Dijo Kim besando en la boca a Callum mientras me miraba con ira. — Recuerda que hoy me iré a dormir contigo... espero a que al inadaptado no le molesten mis gemidos— Sonrió burlona, que desagradable es.

— Kim, relájate un poco, sé que te hago pedir más pero no es necesario que todo el mundo lo sepa— Noté como se ponía roja mientras Callum me miraba.

—Será mejor que me marche, esto se está poniendo muy engorroso—Mis pies se comenzaban a mover pero me devolví y me planté frente a Kim— Por cierto Kim, cada vez tienes más olor a zorra. Te recomiendo que te bañes más seguido—Le lancé un beso y me marché. Hubiese pagado lo que fuese para ver la cara de Callum cuando le disparé las palabras a Kim, lo más probable es que por dentro quiera matarme pero me da lo mismo, últimamente no ha demostrado mucho interés en ella. Caminé hasta la banca más cercana y saqué mi móvil, marqué rápidamente el número de Ámbar ya que le quería recordar nuestra salida de hoy, dijo que me llevaría al centro comercial y yo necesitaba conocer lugares fuera del campus.

— ¿Diga?—Atendió.

—Hey Ámbar, soy yo, ¿La propuesta continúa en pie?— Me mordí el labio inferior.

— ¡Pues claro que sí!, pasaré por tu habitación cuando estés listo, ¿Te parece?— Me preguntó animada.

—Claro que sí, fantástico. —Sonreí y corté.

Necesitaba apurarme para lograr arreglarme lo más decente que pueda, tenía que dar una buena impresión dentro del centro comercial, siempre me ha gustado aparentar y obviamente sé que no es una muy buena virtud pero no me interesaba, me gusta mi manera de ser y nadie me hará cambiar nunca. Subí las escaleras infernales trotando, llegué hasta la puerta de mi cuarto y sin prestar atención me comencé a quitar los pantalones, luego continuar con la playera y finalmente los calcetines. Sentí una pequeña tos y en dos segundos tenía toda la sangre en la cabeza, creo que he pasado la peor vergüenza de mi vida, tomé una frazada que había sobre mi cama y me tapé desde el torso hasta la punta de los pies.

—Al parecer no sabes compartir habitación— Callum hizo una mueca y se puso de pie, el nerviosismo se agrandaba poco a poco, sin ropa me sentía completamente vulnerable a todo acto seductor.

—Yo... yo ya me iba no te preocupes— Amarré la frazada a mi cuerpo y busqué unas cuantas prendas lo más rápido que pude, saqué mi ropa interior y cuando estaba a punto de salir la frazada se atasca con la cama y cae al suelo dejando mi esbelto cuerpo al descubierto. Mis ojos fueron directamente hacia los de Callum, este negaba con la cabeza con una sonrisa pícara entre los labios.

—Deberías practicar tus métodos de escape conejito—Me tiritó un ojo y me coloqué más rojo de lo que estaba, ¿Me había llamado conejito?, que mierda le pasa. —Y creo que esto te pertenece—Con el dedo índice sostenía mi bóxer, se me tiene que haber caído cuando se salió la frazada. Qué vergüenza Damien.

—Dame eso, idiota—Me mordí el labio y le intenté quitar el bóxer pero fue más ágil, de un momento a otro me tenía contra la pared, tan cerca, tan juntos que su respiración se hacía mía. Sentía como sus latidos se complementaban con los míos, tragué saliva y giré la cara, sus manos levantaron mis brazos para quedar más juntos, método que funcionó para no poder escapar. —Pe—pero que haces...—Lo miré, tenía una mirada tan dura y molesta que me intimidaba demasiado, no sabía si estaba alegro o enojado, su fuerte voz provocó un temblor en mi interior.

—Esto—Respondió seco y juntó sus labios con los míos, fue un beso tan profundo y apasionado, dulce pero a la misma vez amargo. Su cuerpo hacía presión sobre el mío que estaba apoyado contra la pared, era tan perfecto el momento que no deseaba separarme por nada, su respiración se hacía cada vez más rápida. Su lengua buscaba la mía hasta que la encontró sin mucha dificultad, nos separamos por un momento y me miró, sin decir nada se lamió los labios y salió de la habitación dejándome en ascuas, me sobé las muñecas que era en donde me tenía agarrado y suspiré, sentía como las lágrimas del nerviosismo y desesperación querían salir pero no se lo permití, soy fuerte. Éste hombre sí que está loco, completamente loco, dijo una vocecita en mi cabeza.

Continué con lo que estaba haciendo antes de que Callum interviniera de esa manera, me lamía una y otra vez los labios sin dejar de pensar en lo que había pasado hace unos minutos atrás, me coloqué unos vaqueros junto a una camisa de franela sobre una playera, me puse las Vans rojas que tanto me gustaban, me miré en el espejo de la habitación y me bañé en mi perfume favorito "212 Men" de Carolina Herrera. Cuando estaba listo alguien llamó a la puerta "Debe ser Ámbar" pensé y fui a abrir.

— ¿Me tardé mucho?— Me preguntó haciendo una pequeña mueca.

—En lo absoluto, ya estoy listo. ¿Vamos?— Sonreí y salí cerrando la puerta.

***

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ATTE: WINTER.