Capítulo 11.

14.8K 863 54
                                    

Se me hacía imposible intentar olvidar la reciente escena con Callum, intentaba hacer mis deberes pero mi subconsciente volvía hasta el momento en que lo sentí tan cerca que casi éramos uno, su respiración tan cálida y su miembro tan erecto fueron la combinación perfecta para que mi mente no dejase de pensar en aquello. Tomaba el lápiz y lo soltaba, repetía el mismo acto una y otra vez sin lograr concentrarme por completo, que fastidio es por una parte intentar olvidar algo y por otro lado intentar hacer mis deberes para el día de mañana, para mi suerte Callum no ha vuelto a la habitación en toda la tarde y espero que no lo haga hasta mañana, ya que moriría de vergüenza al ver su cara. Finalmente había logrado avanzar más de lo que esperaba en mis tareas, lo que quiere decir que podré acostarme más temprano de lo normal, sé que para un adolescente universitario como yo no es normal estudiar toda la tarde y luego dormir sin hacer nada más pero esa es mi realidad, hago mis deberes toda la santa tarde para luego irme a la cama y comenzar un nuevo día.

Ámbar me esperaba con un café en la misma banca donde nos juntábamos antes de entrar a clases, se me hizo extraño el hecho de que estuviese junto a Fredd a pesar de estar recién conociéndolo. Lo más probable es que esta chica sea igual de confiada que yo con la gente que me sonríe y se hace la amistosa, por otra parte puede ser un gran defecto confiar muy rápido en las personas por que nunca las terminaremos de conocer al cien por cien y es en ese momento cuando te clavan la cuchilla por la espalda.

—Buenos días vaquero, ¿Qué tal tu noche?— Preguntó Ámbar cuando llegué a su lado y encendí un cigarrillo.

—Llena de deberes pero me gusta, siento que hacer mis tareas me ayudan a dormir— No puedo creer lo jodido que esté con los deberes, están carcomiendo mi cerebro poco a poco.

— Siento que sobre—explotan nuestras neuronas, ya quiero que sea mañana por la noche e ir a la casa alfa para relajarnos un poco— Dijo Fredd aplaudiendo con entusiasmo como es de costumbre, será una mala manía de la que me tendré que acostumbrar.

—¡Sí! creo que las fiestas de ese lugar son la distorsión materializada— Ámbar me quitó el cigarro y se lo terminó de fumar.

—Yo fui a una hace unos días, son entretenidas y hay alcohol por doquier— Rasqué mi cara nervioso, no quería que hicieran preguntas sobre esa noche ni mucho menos con quien fui.

—Si es así como dices entonces las personas con suerte podían hablar, ¿O no?—Me miró Ámbar, sus palabras me recordaron de inmediato cuando tuve que traer hasta el campus a Callum, quien no podía mover ni su propio cuerpo.

—Eh sí— Respondí dubitativo— Espero que nosotros no quedemos así— Sonreí nervioso, quedar colado hasta no poder caminar era una de las reglas que tenía Callum.

—Ay Damm no seas así, unas cuantas copas no le hará mal a nadie— Dijo Fredd mientras me guiñaba el ojo.

—Me preocupa que nos pase algo, ya saben, no tenemos idea de las personas que entraran a esa fiesta— Hice una mueca, no podía permitirles que quedaran como tuba y Dios sabe qué pasaría después

—Los tres ya somos mayores de edad y sabemos cómo cuidarnos, no tienes por qué preocuparte tanto por nosotros— Fredd me estrechó entre sus brazos— Aparte yo me se defender muy bien, mamá siempre me dijo que debía pegar una patada en la entre piernas del hombre que me intente acosar y luego salir corriendo.

—¡Apoyo en eso a Freddy!— Se rio Ámbar y yo la seguí, me divertían.

Me gustaba la idea de asistir junto a mis amigos pero la preocupación seguía en mente al igual que los recuerdos del día anterior, Callum y el baño me tenían completamente perturbado junto con un poco de vergüenza. Entré a la clase de Química Orgánica en la cual no coincidíamos con Fredd por lo tanto estaba solo, no hablaba con ningún otro compañero porque eran todos demasiado bajo perfil, no se dirigían ni la mirada cuando estábamos en clases y para mí eso era un detalle indiferente. Las horas de clase pasaron demasiado rápido y ya me encontraba sentado en el patio de la facultad con un cigarro en la mano, he pensado seriamente en algún día llegar a dejar el cigarrillo pero la tentación es mucho más fuerte por lo cual debo volver a fumar. Saqué uno de mis libros de materia para comenzar a destacar cosas relevantes, con éste método se me hacía mucho más fácil hacer los deberes.

Limerence.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora