5- Ella calmada

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—Esto es vergonzoso! ¡bájame por favor!

Ella se sentía incomoda por las ropas que llevaba ya que sentía que no la cubrían lo suficiente.

—Quédate quieta maldición.

—¿Siempre tienes que hablarme así?

—¿Siempre tienes que ser tan terca?

—Puedo caminar por mí misma.

—Lo sé. intento ayudarte solo por esta ocasión.

Ella se quedó muda, era inútil seguir reclamándole.

Entonces en silencio terminaron de bajar las escaleras

El la llevo a un lado del barco y recién allí la bajo, el piso de césped la impresiono, nunca antes había estado en un barco tan particular como ese.

Ella quiso caminar un poco, pero tal vez por el movimiento del barco, quizás el tiempo que llevaba en cama o el simple hecho de ser algo torpe tropezó. Zoro se encontraba frente a ella así que fácilmente pudo atraparla.

—¿Estas seguras que deberías estar aquí afuera?

—Yo solo me tropecé, es todo.

En ese momento ella se dio cuenta que su mano tocaba su pecho

Ella se quedó mirándolo a los ojos, al igual que el a ella con mucha seriedad.

Ninguno de los dos reaccionaba, ella bajo la mirada ver esa cicatriz. Esa la cual atraviesa su cuerpo.

—Dicen que esta cicatriz la obtuviste peleando contra Mihawk

Zoro no respondió, pero ella comenzó a tocar la cicatriz

—Su espada es muy hermosa y elegante, es increíble que alguien como él la tenga, de solo pensarlo yo....

Ella volvió a cruzar miradas con Zoro. El cual solo observaba como ella lo tocaba con tal confianza mientras hablaba tranquilamente.

Ella se sintió avergonzada al darse cuenta de lo que estaba haciendo.

Y tras alejarse de Zoro el viento comenzó a soplar haciendo que ella sintiera fría.

—¿Quieres volver?

—Estoy bien si tienes frío puedes irte.

—Lo decía por si tu tenías frío.

—Puedo soportarlo.

Zoro la miro fastidiado

—Está bien, Maníaca de las katanas, aquí te quedas.

—¿Maniaca?, hey espera a donde crees que vas?

—A entrenar!

—¿A esta hora?

—Yo entreno cuando quiero.

—Espera!! ¡Llévame contigo por favor!

—He?? ¿Y qué harías tu allí?

—Solo quiero saber cómo entrenan otros Espadachines.

Zoro se quedó observándola, sin saber cómo decirle que no, mientras ella miraba con entusiasmo.

Bien aquí estamos, tuvo que cargarla hasta allí. Pero a ella parecía no importarle en ese momento.

—Es impresionante no solo el barco, si no cada habitación es limpia y bien cuidada.

—Acaso no son así en la marina?

—Para nada. Trato de hacer que todos sean más cuidadosos, pero estoy lejos de conseguirlo.

—Donde entrenas?

—Bueno no siempre lo hago en el mismo lugar, pero definitivamente de tener un lugar así donde entrenar a la hora que quiera seguramente podría superarme.

—Seguro serás un gran espadachín.

—Ya soy un gran espadachín

—¿Eso crees? ¿Qué me dices de la pelea que tuvimos?

—Eso fue hace mucho tiempo, con las habilidades de ahora seguro podría vencerte.

—Podrías, puede ser, pero aún no lo has hecho.

—Acaso te diviertes burlándote de mí?

—No pongas esa cara. Jajajaja

Ella se sonrojo al verlo reírse tan abiertamente, y también rio no podía creer que estuvieran hablando tan tranquilamente como si fueran amigos.

En ese momento él le pregunto por la espada que había conseguido y por la cual resultó tan herida.

Ella comenzó a hablar y parecía no terminar.

—Disculpa, yo, creo que te termine aburriendo.

—Descuida, suelo disfrutar del tema.

Ella desvió su mirada hacia el otro lado, su corazón había comenzado a latir con fuerza, y no podía contener los nervios.

—He? ¿Sucede algo?

—Si estoy bien, dijo con una voz temblorosa.

—Si te sientes mal, será mejor que te regrese. Dijo mientras se agachaba un poco para levantarla en sus brazos.

—Zoro yo... gracias.

—He? ¿De qué hablas?

—Por haberme salvado y traído hasta aquí, nadie más tenía idea de donde estaba, y para cuando me hubieran encontrado probablemente habría sido tarde, por eso gracias.

—No necesito tu agradecimiento. Vamos déjame cargarte.

En ese momento la levanto en sus brazos y se la llevo hacia donde ella se quedaba.

Entro a su habitación, por alguna razón Tashigui se había mantenido en silencio.
Él se inclinó para dejarla en su cama cuidadosamente.
Pero por alguna razón al tenerla cerca no pudo evitar mirarla a los ojos, al igual que ella.

Zoro se sorprendió, pero ninguno de los dos apartaba su mirada, ella poso su mano en su rostro.

—Tashigi?

























(Zoro y Tashigi) One piece [Limón]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora