Alma De Hielo Fuerza De Fuego [ Libro 1 ]

19 Espacios de Amor y Dones Revelados

Verónica

Elisa se colocó a mi lado, con la misma cara de sorpresa que yo; era una biblioteca, muy vieja por lo visto, tenía estantes improvisados, hechos de madera muy gastada, estaban colocados en las esquinas de la habitación, uno en la pared de enfrente, y otros más pequeños colgados en las paredes, - eso podría caerse en cualquier momento - las paredes estaban agrietadas, y muy sucias, con moho y agujeros, de donde salían pequeños insectos, al menos había una ventana de madera con rejillas, de donde salía un poco de luz solar, estaba ubicada en la pared lateral izquierda, junto a uno de los estantes; parece como si nadie hubiera venido aquí desde hace mucho...tiempo, habían enredaderas de telarañas en todo el techo, y más polvo de lo que imaginaba.

-Este lugar da asco- dijo Elisa con desagrado, un pequeño ratón salió de un agujero en la pared, haciendo que Elisa brincara y diera un grito muy agudo.

-Elisa... es solo un pequeño ratón, no tienes nada que temer-

-Sí, claro, solo un pequeño ratón- dijo con la voz temblorosa y aguda, como una chiquilla.

Varios libros y pergaminos estaban colocados en los estantes, y uno que otro objeto de decoración, nada muy interesante, había un mueble puesto en la pared que estaba a nuestra izquierda, muy gastado y sucio, los cojines pareciera que fueran un criadero de polillas y termitas, una mesita redonda estaba al lado y una pequeña chimenea con dos sillas de madera a los lados, estaba ubicada en la pared lateral derecha, era muy antigua, pero parecía funcionar a pesar de todo, la verdad es que el lugar no parecía una biblioteca; a simple vista cualquiera diría que lo es, pero si te fijabas bien, parecía más un pequeño refugio.

-No sé por qué razón este lugar me parece, que en algún momento fue...-

-Acogedor...- la interrumpo, con la misma idea en mi cabeza - este lugar, no solo parece una simple biblioteca - le dije con el corazón palpitándome, y sintiendo mis nervios acelerarse - siento... siento que alguien pudo haber estado aquí, hace tiempo, puedo notarlo -

-No me dijiste que tu abuela, en la historia que te contó ese pajarraco parlante, se seguía viendo con el príncipe misterioso, ¿y si era ella la que venía aquí? - mis recuerdos viajan a la historia que contó Hermes.

Suspiro intentando recordar - puede que Elisa tenga un buen punto, piensa Verónica -

"el príncipe y la princesa se vieron más seguido después de ese momento... Se enamoraron, pero ese amor causó la destrucción de Snowland."

-Recuerdo que él dijo, que la princesa y el príncipe, se vieron más seguido después de su primer encuentro, pero no creo que fuera aquí, ya que ellos estaban en el castillo, ambos-

-Pero... recuerda que ellos se separaron, cuando los padres de la prince- Elisa se calla y ríe levemente - lo siento, iba a decir "la princesa" como si no supiera que estamos hablando de tu abuela - ambas reímos por lo gracioso de la situación - como te decía, los padres de tu abuela, cuando supieron que ellos tenían un romance los separaron, no?-

"Tomo un tiempo, pero se logró la paz para el pueblo de Hotlanding, mientras, la princesa y el hijo del rey muerto, siguieron viéndose en secreto. El rey sospechaba que su hija le ocultaba algo, a veces desaparecía, siempre tenía prisa, entre otras cosas; así que contrató un guardia especial para que la vigilara"

-Sí, pero antes de que los padres de mi abuela lo supieran, ellos se veían en secreto- dije comprendiendo todo.

-Debía ser un lugar muy discreto, del que nadie supiera- Elisa toma su mentón, como si estuviera pensando.

-O... tal vez, un lugar al cual nadie fuera, este lugar no había sido visitado por nadie en muchos años, se nota por los cuerpos que están casi en el hueso, y también todas las áreas del lugar, que parecen que en cualquier momento fueran a colapsar, este lugar no ha sido perturbado por nadie en mucho tiempo. Ellos estuvieron aquí Elisa, puedo verlo, me dirás loca pero, puedo sentir e imaginarme a mi abuela aquí, junto a ese príncipe, ambos aquí, este debió ser su lugar, sus espacios de amor-