Escucha mi advertencia

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"Escucha mi advertencia" Le dijo el zorro Wei Ying a su mejor amigo, al leopardo de las nieves, Jiang Cheng "No toques las astas de un dragón, representan su poder, representan su esencia" Se lamió una pata sonriendo "Pueden ser peligrosas" Sin embargo, el modo en que lo dijo no sonó como una advertencia, en cambio eso sólo encendió una llama de curiosidad en el corazón del leopardo.

~¿Qué podría pasar si lo tocaba?~ Pensó, mirando con desconcierto antes de que el zorro saliera corriendo rumbo a la espesura de la montaña sin darle oportunidad de preguntar.

La curiosidad sólo se sentó en el corazón del leopardo, por lo que sabía normalmente los dragones estaban muy lejos en el cielo y lamentablemente él sólo conocía a un dragón que era el amigo de juegos del zorro, aunque por alguna razón ese dragón de nombre Lan Wangji no le agradaba, dejar a esos dos cuando estaban juntos para Jiang Cheng era lo mejor.

Así entonces movido por la curiosidad subió a la montaña cercana en busca de conocer a otro dragón que le dijera porque no era bueno tocar las astas.

Cada día contemplaba el vuelo de los dragones que con gracia se movían en el viento, a uno lo reconoció de inmediato, era Lan Wangji ~¡Ugh!~ pensaba y apartaba la vista hasta que calculaba que ya se había marchado, ese dragón simplemente le desagradaba.

En ocasiones el joven leopardo tuvo suerte pues a veces el dragón Lan viajaba con un dragón similar a él, se contentaba con ver al otro dragón subir la montaña más allá de las nubes, se maravillaba cuando a veces en medio de los fuertes vientos estos parecían desafiar la fuerza de empuje que los vientos ofrecían subiendo o bajando con gracia por las montañas, a Jiang Cheng ver a los dragones subir o bajar las montañas era motivo para levantarle los ánimos.

Algunas veces, cuando la suerte estuvo completamente de su lado, podría encontrarse con la escena de muchos dragones subiendo y bajando de la montaña, esos días volvía a su hogar feliz y extasiado, los dragones ahora ya le gustaban más que otras cosas.

Un día cuando miraba el cielo esperando a los dragones esperanzado, vio como viajaban sólo uno de los dragones blancos, gracias a que siempre le prestaba atención lo reconoció de inmediato y se sorprendió al notar que Lan Wangji no viajaba con él.

Su corazón gustoso no perdió la oportunidad de adorar la elegancia sin igual de los movimientos de aquel dragón blanco.

Aunque inesperadamente el dragón se desvió de su camino acercándose al leopardo de las nieves hasta donde se encontraba escondido en lo alto de un risco.

El dragón haciendo gala de sus agiles movimientos voló tan cerca de Jiang Cheng como podía mientras que el leopardo estaba maravillado por como el dragón lo rodeaba con la enormidad de su cuerpo agitando su cola con emoción, se le ocurrió entonces la idea de tocarlo, lentamente se puso en sus patas traseras acercando lentamente sus mullidas patas delanteras, sin embargo, esa acción hizo que el dragón se alejase rápidamente de él haciendo que el leopardo cayera al suelo por la sorpresa.

Ese rechazo no lo desalentó, por el contrario, gritó fascinado, el dragón giró la enorme cabeza para verlo, allí abajo el leopardo blanco gritaba y saltaba completamente gustoso por aquel encuentro, ese día Jiang Cheng fue más feliz que otros días.

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Pero el tiempo pasa y, sin otra opción, a mediados del otoño el leopardo no asistió a sus habituales visitas de rutina, debido a que el invierno estaba próximo debía guardar algunas últimas provisiones que en el inverno se volverían escazas, para hacerlo el leopardo debía adoptar su semiforme apariencia que era más práctica para cargar objetos, esa apariencia dejaba a la vista la apariencia de un hombre joven agraciado con ropajes color violetas, blancos y grises que combinaban muy bien con su apuesta y formidable apariencia, conservando sobre su cabeza sus peludas orejas y su larga cola blanca llena de manchas negras que se balanceaba con alegría cada vez que encontraba las provisiones necesarias.

Escucha mi advertenciaWhere stories live. Discover now