Capítulo XIII(13)

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El sol se colaba por la ventana
ligeramente iluminando el rostro de cierta chica.Como Helios había dicho,no durmió en toda la noche.A su lado estaba él con el torso desnudo y las sábanas por la cintura,descansando tranquilamente.Se levantó de su lado en silencio y se acercó a la ventana.La claridad del día le daba paz al menos por un segundo.Recogió su ropa interior del suelo y entró en ella. Se puso a buscar entre cajones y ropas las llaves de la habitación, dado que el príncipe la había cerrado la noche anterior.Las encontró en un bolso de tela junto a una daga de empuñadura escarlata.

Sostuvo el objeto en las manos.Lo pasó de una mano a otra midiendo su peso con habilidad.Se imaginó lo que podría hacer con ella.Podría librarse de su mayor problema al menos,aunque no pudiera librase de todos.La idea le sacó una sonrisa tímida y breve,era emocionante pensar que lograría librase de Helios con tal facilidad.Le cubriría la boca para que no gritara y ya,sería su final.El final de toda su tristeza,de su odio.

Escuchó que se movía y se apresuró a llegar a su posición y ubicar la daga en la diestra esperando penetrar la piel.Se había sentado a horcadas sobre él. Sus ojos se abrieron con pereza y al primer intento de alzar los brazos los descubrió inmovilizados por las piernas de ella.Frunció el ceño alarmado.

-¿Qué haces?

-Adknefit «Matarte»- contestó Rose en su lengua natal.

-Se ve bien que aprovechas las oportunidades, pero déjame aclararte una cosa.Si me matas no saldrás viva de este castillo,ni de este reino.

-No me importa.Habré librado al mundo de la escoria que eres.

-Ajá,supongamos que sales de Arcladius viva.¿A dónde irás?Con tu pueblo,supongo.¿Crees que mi padre dejará pasar mi asesinato sin más? Te matará a ti y a todo el que intente protegerte.Será una masacre para los jhaterys.

Eso pareció sorprenderla a grandes escalas.Hizo que sus manos temblaran.

-¿Cómo...?

Su vacilación permitió a Helios liberar uno de sus brazos.

-Reconozco esto de aquí -dijo él bordeando con el dedo índice un tatuaje sobre las costillas de ella en forma de sol.

-Gretdza «Maldición»

-Otra vez con esa lengua.Bien,ahora...¿te quitas de encima?Tengo que vestirme.

La chica obedeció a regañadientes y se quedó en una esquina de la habitación mientras él se adentraba en el cuarto de baño sin una sola prenda encima.Se quedó aún más devastada por la impotencia.

**************

En la mansión de los Delwir las cosas estaban revueltas.La enfermedad de Agatha había empeorado considerablemente,pasando de ser una simple gripe a una pulmonía muy peligrosa.Sus padres estaban más que preocupados,no cabían entre esas cuatro paredes.No dejaban ni por un segundo la habitación de su hija,temiendo que en su ausencia pudiera pasarle algo.Aunque no querían admitirlo,temían por su vida.

Esa misma tarde se suponía que Agatha debía asistir a la fiesta de cumpleaños de la marquesa Berzemant,quien para ella fue siempre como una segunda madre.A ese evento estaban invitados todos los miembros de la familia real.Ellos asistieron con completa disposición y pasaron un buen rato.Rose había sido obligada a asistir por Helios,y eso no le proporcionaba un ánimo muy agradable.Su estancia se resumió en estar sentada en un rincón del salón de baile justo al lado de las mesas del banquete.En cambio el resto bailó y se regocijó.Quién diría que sería ella quien señalara lo que nadie parecía haber notado:

-¿Agatha Delwir no fue invitada?

-Por supuesto,es como una hija para mi -respondió la marquesa sentada al lado de la joven.

-Ella parece una buena persona.

-Sin duda lo es.Una chica maravillosa.¿Tú de dónde vienes?

-De muy lejos.El rey me acogió tras la muerte de mi padre.

-Oh,eso es lamentable.¿Por qué no bailas un rato con algún joven?Estoy segura de que cualquiera de ellos estaría más que encantado de compartir contigo.

-No suelo socializar demasiado.Tampoco bailo en pareja,prefiero disfrutar sola.

-Ah,disfrutas la libertad.Lo entiendo. Me recuerdas a mi cuando tenía tu edad.

-¿En serio?-cuestionó la morena con agrado en los ojos- No creo que usted haya pasado por las mismas cosas que yo.

-No,tal vez no,pero no quiere decir que mi vida haya sido poco interesante.Tampoco me gustaba revolotear como una paloma alrededor de los hombres,ni que ellos se me acercaran demasiado. Quería ser libre,explorar cosas nuevas,devorar el mundo.

-¿Y qué pasó?

-Lo inevitable.Me enamoré de Tred.Mi libertad se tornó compartida,nuestra.Cambié radicalmente. De pronto estaba socializando con medio reino y no me había dado cuenta.

-En mi cultura el matrimonio no es como aquí, hay libertad para hombres y mujeres por igual.

-Los jhaterys tienen muchas creencias.

Rose no tuvo tiempo de asombrarse.Se giró en el asiento con sorpresa a punto de comenzar un interrogatorio que fue interrumpido por la llegada de Daphne y Helios.

-Marquesa,la felicito por este evento tan maravilloso -alegó la castaña.

-Gracias, querida -asintió la señora sonriendo.

-Por cierto,no he visto a Agatha.

-¿No te has enterado?La pobre ha estado enferma en estos días. Tiene gripe.

-Sí,hablamos hace no mucho.La verdad es que no se veía tan mal como para no poder venir.

-Bueno,si estás tan interesada puedo darte su dirección.

-Me encantaría.

Unas horas después Daphne,Helios y Rose se presentaron en la mansión Delwir.El lugar era muy hermoso y no tan elegante como otras mansiones locales. Lo que más resaltaba era la abundante vegetación.Enredaderas de arcenia,la flor nacional,cubrían todo el frente de la edificación dejando libres las ventanas de cristal y la puerta del balcón. Un largo camino de piedras coloridas llevaba hasta la entrada principal.

Fueron recibidos por el mayordomo con peculiar tristeza. Se miraron unos a otros mientras avanzaban del vestíbulo hacia los amplios pasillos donde se ubicaban las habitaciones.Erdem Delwir salía de la habitación de Agatha con singular agotamiento en el rostro,secándose el sudor de la frente con un pañuelo de tela muy fina.Notó a los visitantes y se halló sorprendido.

-Alteza -pronunció en un suspiro sin soltar el picaporte.

-Lord Delwir.¿Ocurre algo?Lo veo excesivamente cansado -habló Helios.

-Sí,realmente lo estoy.Llevo días sin dormir.¿Quienes son las damas?

-Daphne Voldemir,mi prometida,y Roxane Zilideon,amiga de la familia -presentó a ambas chicas el rubio.

Ellas compartieron una mirada de comprensión mutua.Se preguntaban cómo podía el príncipe ser tan canalla en su hogar y tan caballero fuera de él. Les daba mucha rabia verlo comportarse con tanta hipocresía.

-¿Vienen a ver a mi hija?-cuestionó Lord Delwir y abrió la puerta que acababa de cerrar.

-Sí,nos gustaría -afirmó Daphne.

Al poner un pie dentro de la habitación se quedaron mudos.

La esclava de Arcladius Venn(Sangre Rota#1)(Pausada)Where stories live. Discover now