Capítulo XVII (17)

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Cuando el baño terminó, la reina sacó a Rose de la bañera envuelta en una sábana fina y la dejó acostada en la cama.Las lágrimas caían por el relato que acababa de hacer.El dolor de cada suceso no había pasado aún, y dudaba que algún día fuera a desaparecer.Se sentó a los pies de la cama calmando su llanto.

-Que sepa que nada va a justificar a Helios ante mi.Sin embargo comprendo todo lo que me ha dicho,y admiro su fortaleza también. No digo "lo siento", porque no es lástima ni compasión lo que siento por usted.-la morena le habló apoyándose en un brazo para sentarse.

-Y yo admiro tu ética y tu convicción. Eres la mujer más fuerte y decidida que ha llegado a este castillo por lo mismo que yo,después de mi.Gracias por escucharme.-dijo la otra mujer,se levantó y se fue sin más.

Cuando bajaba las escaleras Daphne las subía. Al ver que la joven se detenía, se detuvo también.Un momento de silencio se prolongó entre las dos,y de miradas sin sentido.Daphne tenía asco y vergüenza ajena en los ojos,y la reina se preguntaba por qué, pero no formularía la pregunta.Cuando una mujer no habla es porque las palabras no valen la pena.

Al final siguió con su camino hacia el primer piso y no le dió importancia al silencio de su figura nuera.Tenía que ocuparse de mandar a buscar el vestido de bodas a tiempo para la ceremonia.Sería un evento grandioso,tal como lo fue el casamiento de su primer hijo.Una parte de ella se sentía feliz porque veía una nueva oportunidad para Helios,y quería que esa unión lo cambiara de alguna forma.Que Daphne fuese capaz de moldearlo a su parecer;y que él, cansado de luchar,se dejara guiar por ella.

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El día de la boda había llegado ya,y todos se preocupaban por ello menos los novios.Helios se había ido a cazar temprano sin más preocupaciones y Daphne se disponía para su misterioso encuentro tras los jardines del palacio.Era ya la tercera vez que lo hacía,pero amenazaba con ser la última.

-No te cases,entrégame tu libertad a mi.-suplicó su amante secreto contra sus labios,intentando por segunda vez retener su amor.

-Pídeme otra cosa,porque eso no puedo cumplirlo.Si no me caso todos se preguntarán por qué, pero sobre todo mi padre querrá indagar en mis razones.No tardará en saber lo nuestro y no quiero.-las manos de ella se posaron en el jovial rostro y juguetearon con los cabellos.

-Pediré tu mano,haré lo que tenga que hacer para conseguirte libre,Daphne.Tú eres todo mi mundo,lo que yo más quiero.No te alejes de mi.Sé que no quieres casarte,que quieres quedarte en mis brazos por siempre.

-Sí quiero.Es lo que más quiero,pero no es posible.Ya hemos tentado a la suerte por tanto tiempo...Con Helios jamás sentiré las cosas que tú me haces sentir,quédate seguro de eso.Te amo a ti nada más.

-Si me amas huye conmigo.

-No.No arriesgues lo que queda de tu vida por mi,no lo soporto.Confórmate con mi amor,si es que también me amas.

***************

El palacio se llenó de invitados de varios reinos.Se servían tragos ligeros en el vestíbulo para todos los presentes, y los reyes recibían a los nobles con toda cordialidad.La mayoría de los sirvientes estaban muy ocupados con los tragos,los adornos y los bocadillos para después de la ceremonia;pero la minoría no paraba de hablar sobre el desinterés del novio en los preparativos y su poca calidez con los invitados.

Helios efectivamente no estaba en el vestíbulo, sino en la habitación que parecía ser su preferida.Observaba cuidadosamente cómo dos criadas ayudaban a vestir a Rosane.Le ponían un vestido de cuero fino y seda,con varias tonalidades difuminadas de morado oscuro.Las mangas iniciaban casi a medio brazo y concluían con una entrada para el dedo medio.El área del pecho bajaba por el medio,formando la parte inferior de un cuadrado,sin el lado de arriba.Detalles plateados en forma de rasguños viajaban desde los costados hacia el centro pero sin tocarse.El resto era seda que caía despreocupadamente hasta los pies y por las caderas en las mangas.Sin joyas,solo unos delicados aretes plateados en forma de aros pequeños.Los zapatos del mismo color con un tacón discreto, sin ser perceptibles por sobre las telas;y el cabello recogido en un rodete con varios bucles y perlas diminutas entre cada uno,dejando dos flequillos caer.

Las sirvientas dejaron la habitación una vez terminada su tarea.

-Debo admitir que amenazas con opacar a la novia,mi querida Rose.-dijo el príncipe y se levantó de su silla para admirar más de cerca.

-Ella no es luz para ser opacada por nadie,y yo no soy tu querida.-habló ella con menos rudeza que la normal,cosa que él notó.

-Vaya,vaya,parece que mis castigos están haciendo efecto. Casi suenas civilizada.-rió Helios acariciando la dorada piel del rostro femenino.

-¿No deberías estar abajo?

-Yo estoy donde me da la gana,morena.Dime una cosa,¿es cierto lo que dicen de tu gente?¿Duermen en tiendas y le rezan al sol?¿De qué se alimentan en el desierto?

-Duermo en la arena y le rezo al sol.Y devoro fieras venenosas del desierto,así que te sugiero tengas mucho cuidado.

Él se sorió de costado y agarró a la chica de las caderas para pegarla más a él. Aspiró el perfume de su cuello y se enloqueció al instante,como si fuera una droga para su organismo.Comenzó a besarlo y acariciar la espalda que había dañado.

-Me apetece un aperitivo antes de mi boda.-susurró con lascivia.

-Ssinêt «déjame»-ella también le susurró al oído y luego lo empujó.

El joven la agarró por el cuello y la estampó contra la pared de un movimiento.

-No importa lo que hagas,siempre te deseo igual.Así te opongas o no,me perteneces.Y ya puedo decirte claramente que si no te comportas los jhaterys van a recibir una visita de mi ejército.

-El ejército de tu padre, querrás decir.Tú no tienes nada que te pertenezca,por eso me deseas tanto.Tienes ansias de poder,pero jamás tocarás un trono en tu vida porque quieres ser libre de hacer lo que te de la gana.Esa ira que recoges deberías centrarla en el esgrima,no en ti mismo.

-Tú no sabes nada sobre mi.

-Sé más de lo que tú crees.Tu primer error fue subestimarme.

-Piensas demasiado para mi gusto.Cállate.

-Incluso si te postulas para rey la gente no querrá a un esclavista desgraciado como tú, lleno de machismo,amante de la sangre y el dolor ajeno.Siempre serás una mancha oscura en la historia de este reino.

Una bofetada detuvo las palabras que estaban por salir,y aún así el príncipe se apoderó de lo que era suyo.

La esclava de Arcladius Venn(Sangre Rota#1)(Pausada)Where stories live. Discover now