El Lisiado y el Mión

Capítulo 5: Él está divorciado

Xie Qingcheng no parecía tener intención de decirle nada más a He Yu y solo preguntó— ¿Xie Xue no te lo dijo?

—No.

—Entonces probablemente pensó que es un asunto privado.

He Yu se quedó callado por un momento.

—¿Tú y Li Ruoqiu no se llevaban bien?

Li Ruoqiu era el nombre de la ex esposa de Xie Qingcheng.

He Yu estaba muy impresionado con la mujer que se había casado con Xie Qingcheng, anteriormente había pensado que había algo malo en ella, ya que podía entrar en la tumba del matrimonio con un hombre patriarcal y frío como Xie Qingcheng.

En su mente, Xie Qingcheng parecía no tener ningún tipo de deseo y debería estar sentado en su escritorio vistiendo una pulcra bata blanca, con una voluminosa estantería a sus espaldas y con el olor de la medicina fría y sobria en su cuerpo.

A He Yu le resultaba difícil creer que Xie Qingcheng amaba a alguien, y aún más difícil de creer que alguien amaba a Xie Qingcheng.

Pero el doctor Xie se casó.

Todavía recordaba que el día de la boda fue a pagar su parte del dinero, como le había pedido su madre, fue tan despreocupado que ni siquiera se había cambiado el uniforme del colegio.

***

Cuando el chófer lo llevó al hotel, entró con su mochila en el hombro, sus zapatillas blancas puestas y las manos en los bolsillos de su pantalón deportivo del uniforme escolar.

Xie Qingcheng estaba allí dando la bienvenida a los invitados.

El equipo de la boda le había puesto algo de maquillaje, estaba de pie en medio de la multitud, con el cuerpo recto y digno, sus cejas oscuras parecían caer como las estrellas. El maestro de ceremonias le estaba diciendo algo, pero el entorno era demasiado ruidoso y Xie Qingcheng era demasiado alto para oírle, así que se inclinó para que el maestro de ceremonias pudiera hablarle cerca de su oído, su cara era de un blanco escandalosamente translúcido contra la multitud, como una fina porcelana iluminada por un foco, que incluso el más mínimo toque la rompería, sus labios eran de un color ligeramente más claro, como si la sangre se congelara bajo el hielo.

Su piel era como un paisaje glaseado y sus labios como ciruelas rojas en la nieve helada.

Aunque a He Yu no le gustaban los hombres, él era un hombre estéticamente hermoso.

En ese momento, tuvo la sensación de que, aunque la mujer llamada Li Ruoqiu también era muy guapa, para ser justos, He Yu pensó que, si ella y Xie Qingcheng estaban juntos, la imagen de la propuesta debió ser algo así...

Xie Qingcheng debió estar vestido de blanco, con sus habituales bolígrafo y pluma estilográfica en su chaqueta, de pie con las manos en los bolsillos como una flor en una colina alta, y entonces, en un tono exasperado, debió decirle a la chica:　　

‘Me voy a casar contigo, arrodíllate y da las gracias.’

Por supuesto, él es muy bueno disfrazándose, así que no revelaría sus pensamientos.

He Yu, que llevaba una mochila al hombro, sonrió y se acercó. Se puso delante del apuesto novio y la hermosa novia, y dijo— Doctor Xie, cuñada.

Li Ruoqiu— Él es...

Xie Qingcheng lo presentó a su esposa— El hijo de la familia de un amigo.

Tenía un acuerdo con la familia He de que no diría que He Yu era un paciente externo.