#53

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Robin miro detrás de ella maldijo mirando como la perseguían, sus pulmones ardían y sentía sus pies torpes por los tacones, mismos que no podía retirar de su cuerpo todavía, pues si se detenía la atraparian.

Una rama que no alcanzo a ver a tiempo fue su verdugo, su tobillo se torció y cayó al suelo, en donde no pudo ni reaccionar cuando ya tenía una red sobre su cuerpo, misma que la hacía sentir débil y anulaba los poderes de la fruta del diablo, Robin miro con terror al grupo de hombres y mujeres que la miraban con ansia.

-La hemos conseguido, comandante.- uno de ellos murmuró por una radio, Robin miro como la levantaban del suelo y la llevaban cargando como costal de papas, sintió su cuerpo muy pesado y tras varios golpes contra el suelo, se desmayo.

***

Los ojos de Robin se abrieron, se encontraba sobre una fría mesa de metal, busco con que cubrirse pero no había nada, una de sus manos se encontraba atada a la mesa, lo que la obligaba a permanecer ahí, miró a su alrededor y se percató de que se encontraba totalmente desnuda y solamente llevaba los molestos tacones.

Observo su piel magullada y luego noto cierta incomodidad entre sus piernas, ¿que había pasado? El dolor de cabeza comenzó a hacer acto de presencia y el mareo se le unió, cerró los ojos y se recostó nuevamente, sobre la fría mesa se podía sentir agua y su cuerpo estaba húmedo, por lo que supuso que su cuerpo había sido lavado.

Escucho pasos y maldijo intentando idear un plan para liberarse, pero dos hombres entraron y la vieron con enormes sonrisas, Robin frunció el ceño.

-¿Por fin has despertado?- preguntó uno de ellos y el otro rodó los ojos.

-¡La estas viendo despierta! ¡Es obvio!- le dio un ligero golpe y luego se giro hacia Robin.- Es bueno que estés entre nuestro mundo otra vez, ¿ansiosa? ¿Que recuerdas?- preguntó repasandola con la mirada, Robin intento cubrirse con su mano libre y en hombre sonrió con burla.- No es necesario que te cubras, todo eso ya lo he lamido y mordido.

Robin abrió mucho los ojos y sintió su cuerpo sucio al momento, su respiración comenzó a faltar y se dio cuenta de que no debía entrar en pánico, dio un largo suspiro y frunció aún más el ceño, el hombre le guiño un ojo y luego dio un paso hacia ella.

-Realmente me ha molestado que hayas estado dormida, me hubiera encantado escucharte.- Robin miro con cautela al hombre  acercarse a ella.- Pero bueno, realmente me he quitado el gustito de tu cuerpo y ahora no me apeteces mucho, así que te vamos a mandar a la jaula.

Robin se mantuvo en silencio mientras la esposa era retirada de la mesa y colocaban unos grilletes en sus tobillos, la obligaron a caminar con los molestos tacones y completamente desnuda por largos pasillos en donde los hombres la observaban como si fuese un pedazo de carne en exhibición.

Entraron a lo que parecían celdas, y caminaron hasta el fondo, en donde en cada celda había mínimo tres personas, comenzó a entrar en pánico al verlos a todos tan emocionados por ella y anciosos, pidiendola para sus celdas.

-Todas están llenas, solamente hay una con una persona, y es el moribundo.- hablo uno de los guardias del lugar.- ¿La ponemos ahí?

-Ponla ahí, no creo que el moribundo haga algo.- le resto importancia el hombre y luego volvió a observar a robin de pies a cabeza.

La desnudez no la hacía sentirse menos, había pasado por tantas cosas en su pasado que eso no la afectaba en lo más mínimo, lo único que hacía ruido en su cabeza era el hecho de que hubiese despertado con dolor en cierta área de su cuerpo, un dolor que ya conocía con anterioridad y no le gustaba lo que pasaba por su mente, odiaba la idea de haber sido el objeto de diversión de cualquier hombre.

one shorts de ZoroxRobin.Where stories live. Discover now