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Amaya se encontraba brincando en los charcos de agua, le divertía hacer eso mientras la lluvia la empapaba, últimamente la cazadora no le llamaba, suponía que se debía al trabajo que tenía en la finca, se sentía un poco abandonada por la contraria, pero trataba de ignorar ese sentimiento buscando actividades que realizar.

Al estar distraída con sus pensamientos llego a un pequeño pueblo humano, al percatarse decidió caminar camuflándose con los humanos, los demás la veían extrañados, estaba toda empapada y solo había dejado de llover unos minutos atrás, Amaya por su parte se detuvo al ver a alguien que se le parecía familiar, siguió aquella persona hasta que la contraria se detuvo en el que parecía ser su hogar.

-¡O bachan!

Aquel grito por parte de la demonio hizo que la señora de ya avanzada edad se asustara y buscara a la causante de ese grito, la demonio se acercó rápidamente a la mujer abrazándola cuando estuvo enfrente de ella.

-O bachan, hace once años que no te veo-dijo con entusiasmo la demonio.

El entusiasmo de la demonio se fue al ser golpeada con el bolso de la señora.

-¡Tonta! ¿No te han enseñado que no debes espantar así a los ancianos como yo?

-Ay O bachan no nos vemos en once años y lo primero que haces es golpearme, siempre tan cruel-lloriqueo

-Deja esas lagrimas falsas y entremos.

La demonio asintió rápidamente, tomo el bolso y siguió a la anciana, al ya estar dentro de la casa, Amaya inmediatamente comenzó a curiosear el lugar.

-O bachan, recordaba que vivías unos dos kilómetros hacia el noroeste.

-Me mude cuando mi marido falleció, pensaba que ya estabas en el infierno.

-Por ahí dicen que hierva mala nunca muere.

-Hare algo de comer, ¿me quieres ayudar?

Amaya asintió, aquella anciana era la que le había enseñado lo poco que sabia sobre cocinar, adoraba aquella anciana se sentía segura con ella después de todo aquella anciana se había preocupado por ella e intento curar sus heridas, claro que después vio como la demonio se regeneraba.

-Bien, corta esos vegetales y esta vez no te cortes los dedos.

-O bachan no tengo cuarenta y siete años como para que me digas que no debo hacer.

La anciana negó con gracia observando como la demonio se concentraba en cortar los vegetales sonriendo cuando los cortaba bien y sin cortarse los dedos.

-¿Y qué ha sido de ti en estos once años?

-Um no paso algo muy interesante, ya sabes, me prohibiste robar la comida humana y seguí comiendo humanos, sobreviviendo de cazadores, y em conocí a una cazadora.

-Así que una cazadora, ¿y no te la has comido?

-No, de hecho, por ella deje de alimentarme de humanos, pero ella me da su sangre para que no pierda el control.

-Así que ya no comes humanos, entonces esa cazadora hizo un gran impacto en ti.

-Algo así, creo, no lo sé, al principio era como "es solo humana más", pero ahora no sé qué pensar.

La demonio agrego los vegetales a la olla que se encontraba hirviendo para después sentarse en el piso observando como la contraria terminaba de cocinar.

-Déjame adivinar, no sabes que es lo que sientes por la cazadora

-O bachan adivinando como siempre, se puede decir que tengo sentimientos encontrados, parecen un torbellino y no sé cómo identificarlos.

Bajo la lluvia (Kanzaki Aoi x Lectora)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora