CAPITULO 5

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PABLO

Un fuerte golpe parecido a un disparo hizo que me despertara y aún aturdido agudicé el oído. Varios pasos y sonidos extraños se escuchaban en la planta de arriba, pero solo un fuerte grito logro atemorizarme.

¿Qué estaba pasando?

Intenté moverme como pude mientras hacia fuerza con mis muñecas para desatar esas esposas que tanto odiaba.

Otro fuerte golpe sonó en el piso de arriba y escuché el pomo de la puerta. Me quedé quieto cuando la luz hizo que entornara mis ojos algo molesto por la falta de costumbre.

Unos grandes pies no humanos comenzaron a bajar las escaleras, y me quedé paralizado cuando una criatura de unos dos metros, piel blanquecina y huesuda fijó su mirada en mi.

Su aspecto algo parecido al humano pero con unas pequeñas alas hizo que me sintiera aún más confuso.

La criatura soltó un fuerte gruñido enseñándome su enorme dentadura afilada y termino de bajar las escaleras. Sus pasos firmes y aterradores hicieron que gritara asustado intentando moverme de cualquier modo para escapar de esa bestia.

¿Qué era esa criatura que me recordaba a un murciélago pero con aspecto algo humano? ¿iba a alimentarse de mi?

Grité con fuerza cuando sus pies se posicionaron a mi lado y antes de que llegara a tocarme se desplomó con fuerza a mi lado.

Y con mi corazón apunto de entrar en parada cardíaca miré a la chica de pelo corto y mirada felina, que me había encerrado el primer día en aquel horrible zulo.

-¡Vamos!, solo tenemos unos minutos – se agachó a mi lado y me despojo de las esposas que casi se aferraban a mi piel.

Me ayudó a ponerme de pie y tiró de mi mientras yo aún atónito miraba aquella criatura extraña que yacía en el suelo.

Subí las escaleras siguiéndola y frené en seco cuando arriba me encontré con cuerpos descuartizados y sangre por todas las paredes.

-¡Vamos! -gritó ella tirando de nuevo de mi mientras intentaba pasar sin pisar el cuerpo de nadie.

Pero yo no podía moverme, estaba paralizado, sin fuerzas para seguir a nadie. ¿Qué era lo que había pasado?

-Esas criaturas..

-Nos acabaran matando a nosotros también si no nos vamos ya – escuché la voz de Erick detrás de mi y antes de poder mirarle, él me propino un empujón para que avanzara.

Esquivé el cuerpo mutilado de una chica que aún permanecía con los ojos abiertos y solo entonces me acordé de 895.

Otro empujón de Erick hizo que siguiera avanzando, pero esquivé el tercero y corrí gritando el nombre de la única persona que se había preocupado por mi en aquel lugar, la única persona que me había tratado con algo de compasión.

-¡¿Qué coño hace?! -Erick miró a su compañera y los dos corrieron detrás de mi, algo que hizo que mis pasos fueran más rápidos aún.

Abrí la primera puerta sin encontrar nada en su interior y seguí corriendo con desesperación.

-¡895! -grité agotado.

Un fuerte gruñido hizo que frenara en seco dando un paso hacia atrás.

-Están todos muertos.. -la voz de la chica sonaba algo emocionada cuando se posicionó a mi lado -vámonos.

Miré su rostro cansado y negué con la cabeza.

-Ella tiene que seguir viva.. -intenté convencerme alejándome de ella y abriendo otra de las puertas.

Y ahí la vi, 895 en una esquina de la pared con gesto paralizado observando a una de esas criaturas que estaba a escasos centímetros de ella.

-¡Haced algo! - grité cuando me fijé en como miraban a la chica sin intención de hacer nada.

Erick tiró de mi brazo con fuerza pero me solté con rapidez entrando en aquella habitación.

Miré a mi alrededor en aquella horrible habitación y cogí uno de los jarrones blancos que adornaban la habitación con intención de llamar la atención de aquella criatura. No pensaba por ninguna razón dejar que acabaran con su vida.

-Ni se te ocurr..

Antes de que Erick acabara la frase lancé el jarrón que acabó rompiéndose en la cabeza de la bestia.

La criatura giro su cuerpo apartándose de 895 y aproximándose peligrosamente a mi.

-Joder.. - la chica de pelo corto se posiciono rápidamente delante de mi y alzo la mano para frenar a la criatura haciéndola retorcerse de dolor hasta caer en el suelo.

Sin perder tiempo corrí hacia 895.

-Vamos, ya estás a salvo – sujeté su mano y tiré de ella, pero su cuerpo no se movió de la posición en la que estaba.

-¡Ya nos has hecho perder demasiado tiempo! -grito enfurecido Erick empujándome con tanta fuerza que mi cuerpo acabo fuera de la habitación y tuve que mantener el equilibrio para no caer al suelo.

Rápidamente corrí de nuevo dentro de la habitación y Erick me hizo frenar de golpe cuando sujeto a 895 con fuerza de la cabeza.

Abrí los ojos como si de platos se tratasen cuando él sin una pizca de piedad comenzó a golpear su cabeza contra la pared hasta que los ojos de ella se volvieron blancos.

-¡Para! - grité lleno de rabia corriendo hacia él.

Le pegué un puñetazo con fuerza haciendo que así soltara a 895 que calló al suelo dejando un rastro de cables a su alrededor y un fuerte olor a quemado.

-Es. -las palabras no salían de mi boca, me había quedado mudo.

La chica de pelo corto me sujetó del brazo y tiró de mi cuando otro rugido se escuchó fuera de la habitación.

-Es solo un robot por el que no merece la pena jugarse la vida -dijo ella cuando mis ojos la miraron necesitando algún tipo de explicación.

Giré mi cabeza para mirarla por última vez mientras salía de la habitación y desvié la mirada hacia Erick que había comenzado a hablar con una ligera sonrisa sin importarle apenas nada de lo que estaba pasando a su alrededor.

-Llevas aquí tres días y ya lloras por un robot que.. -no terminó la frase, me devolvió la mirada con desprecio y apartó a patadas el cuerpo del anciano que yacía en la entrada.

Dejé de mirarle mientras intentaba controlar mis nervios y gire de nuevo la cabeza hacia la puerta donde estaba 895.

Siempre iba a recordar lo increíble que sonaba su voz en mi cabeza.

GAZOKS  (parte 1)Where stories live. Discover now