40: Red Heart y Psyche; Dama de rojo y Bruja dorada - Tercera parte

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El corazón y aliento de Red se habían quedado sin continuación por un momento, sorprendida y con la expresión comprimida no supo si levantarse o quedarse ahí mismo, pues su cuerpo quería ascender y a su vez era incapaz de mover algún músculo.

Psyche por su parte, terminó por acomodarse entre sus almohadas mantas polares, teniendo los dedos nerviosos y moviéndose casa tanto, ella extendió una mano hacia la de Red, entrelazando dedos sonrió con clara incomodidad.

— uh, uh, uh. Rot, no estoy molesta.

No se trata de que estés molesta o no, ahora sabes demasiado. Opinó Eli con seriedad.

Red inclinó su cabeza hacia delante y entonces impulsada por algún motivo se levantó y caminó con dirección a las puertas que daban con el balcón.

Sin embargo, dos brazos fueron tras ella y un rostro se hundió en la curva entre su cuello y hombro. Dejándola petrificada y estupefacta brevemente, intentó ir hacia delante, pero la persona tras suyo hacía el esfuerzo por mantenerla quieta.

Psyche reclamó con el tono quebrado: — ¿Cuál es la necesidad de huir? ¿Me vas a dejar? ¿No volverás?

Un peso de cuentos de toneladas quedó en los hombros de Red, Eli podía percibir el frío en sus pulmones y la carga sobre él. Reconocía ese sentimiento, era el peso de conciencia generado por un deja vu.

Como si quiera decir algo que siempre quiso, las palabras se filtraron entre los incoloros labios de Red: — no, no lo haré.

— entonces, hablemos... No voy a decir nada, pero hablemos de eso. —como de costumbre, Psyche fue rápida al hablar, su rostro se frotó contra la columna de la otra joven.

Los dedos helados de Red se enroscaron contra su palma y tomando fuerza de voluntad junto al frío aire se dió media vuelta dejando que la otra muchacha le abrazara y hundiera su rostro en el cuello. La piel fría y cálida se fundieron en una agradable temperatura.

Ante la carencia de respeto al espacio personal, Red tuvo que hablar de manera discreta: —iré por algo para beber, esto será largo.

Psyche tardó en dejarla ir hasta que pasados unos segundos de duda Red salió y poco después regresó con una bandeja que tenía un aroma peculiar.

Siendo Hierbas de Pimpinela (1) las que fueron puestas en el filtrante de la tetera, el lugar más cómodo era la mesa de té en donde las vajillas fueron puestas y Red se aseguró de servir una buena cantidad de infusión algo condensada para la taza de la morena.

Y a medida que la infusión era consumida, los labios de Red se movían entre pausas y susurros, cerrando su único ojo para agudizar sus sentidos y asegurarse de que nadie más estuviera ahí además de ellas dos.

Fue simple, Red le relató el estado actual de las Cavernas del Sur, los peligros que se habían levantado y por supuesto, los responsables de esto.

Las cálidas manos de Psyche temblaban, así que Red tuvo que juntar su asiento al otro de manera rápida. Gimiendo bajo y sollozando Psyche no tuvo más alternativa que dejar su taza en la mesa y hundirse en el pecho de Red.

Llorando ella cuestionó: —¿No ayudan a nadie?

— no.

— ¿Ni siquiera dejan en paz a los pobres?

— no.

Buscando esperanza siguió insistiendo:— al menos dime que... No capturan muchas babosas.

— la población de babosas ha disminuido por tus padres.

El llanto de Psyche en un inicio era mínimamente irritante, ahora era aún más irritante aunque Red no le reclamó por esto y se mantuvo en silencio dejando que la otra muchacha llorara durante largos minutos.

Un Pensamiento De Todas Las Vidas || BajoterraWhere stories live. Discover now