La madrastra | Ross Lynch

»Cinco.

Mi padre había salido por comida china. A un restaurant que era lejos de la casa. Y para mi suerte, me había dejado con __________. Ya que "supuestamente" nos odiamos, por lo que damos a entender con nuestras actitudes frente a mi padre.

Bufé estresado y toqué la puerta del baño.

-En cualquier momento saldra y vos no haz terminado de bañarte.

¿Por que las mujeres demoran 2 horas para bañarse?

Volví a sentarme en mi cama, frente a la puerta, y me recosté, cerré los ojos.

Sentí que la puerta se abría.

Sonreí de lado sin abrir los ojos.

Puse sentir como ella se ponía a ahorcadas en mis piernas.

-Ya podés abrir los ojos, nene.

Susurró ella haciendo que mi erección crecierá.

Abrí los ojos.

-Mierda.- Mordí mi labio inferior.- ¡Te ves fenomenal! 

Exclamé haciendo que ella riera.

Ella no se había bañado, se había puesto un sexy conjunto de lencería color negro. Tenía unas orejas de conejo en su cabeza y pude notar que sus braguitas por la parte de atrás tenian un pequeño rabo.

Mi erección me latía fuertemente...

La muy cabrona no podia resistir.

-¿Te gusta?

Preguntó ella mordiendose el labio inferior.

Sonreí.

Me senté un poco más en la cama. Tomé su cintura y la empuje contra mi dura y larga polla.

-Creo que esto dice mucho más ¿No crees?

Necesitaba follar algo ahora mismo.

Exactamente hace 1 semana no veía a __________. Ya que ella estaba en exámenes y yo igual, estaba muy ocupada. Lo que se me hizo raro es que... durante esa semana sentía que... no lo se, ¿La extrañaba?

__________ iba a decir algo pero la besé. Comiendome sus labios. Un delicioso manjar que no dejaría de probar, jamás.

__________ Stevens.

Le seguí el beso de inmediato, me restregué contra su erección.

Sentí como agarraba mi trasero y lo apretaba fuertemente.

Gemí contra sus labios, lo obligué a soltarme para poder cojer aire.

-¿Te eh dicho que podias ser PlayBoy?

Di una carcajada.

Voltee para mirar el reloj que estaba en su mesita de luz.

Mark llegaría en 30 minutos.

-Tranquila.- Mordió mi cuello y paso sus manos por mi cintura.- Tenemos tiempo.

Sonreí sin mostrar los dientes, besé sus labios una vez más y empujé a Ross para atrás.

Toqué todo su pecho, mientras que con mi mano izquierta torturaba un poco su gran paquete. 

Mordí el lóbulo de su oreja.

Sus manos fueron a mi sujetador, sentí como lo desabrochaba.

Reí al momento que lo sacaba.

Luego de sacarmelo miró mi sujetador.

-¿Por que es tan suavecito?

Reí tiernamente.

-¿Crees que los fabrico?

Ross frunció el ceño y lo siguió mirando.

Lo frotó en su mejilla.

-Es re suave.

Puse los ojos en blanco.

Estaba impaciente y este idiota acariciando mi sostén.

-¡¡Es push-up!! ¡¿Podemos seguir?!

Ross rió, dejó por fin mi sujetador y besó mi abdomen.

Me estremecí.

Sus manos recorrieron mis curvas, me dio una fuerte nalgada en el trasero.

-¡Ah!

Grité ahora si de dolor.

Ross rió y besó mi cuello, dejando un chupetón.

Luego otro, y en unos segundos otro más.

Me separé.

-Ross, la otra noche me dejaste 3 chupetones, ¿Cuántos piensas dejarme ahora?

Rió y acarició mi trasero con la palma de su mano.

-Eres mía.

Susurró.

Mi piel se erizó por completo.

Entreabrí los labios y solté un suspiró al sentir que Ross encontró uno de mis pezones, lo lamió y mordió, al igual que al restante. 

-Sabe realmente bien.

Susurró haciendo que volviera a gemir.

Depositó un beso en medio de estos dos. Llevé mis manos al boxer de Ross.

Fruncí el ceño.

Ross miraba a la puerta con los ojos abiertos como platos.

-¿Estás...

Iba a continuar pero voltee mi mirada.

Ross Lynch.

-¿¡Ross estás en...

Abrí los ojos como platos al ver que la cerradura giraba.

-¡JODER, LYNCH!

Gritó mi padre.

Abrí mis ojos como platos. 

¡Maldita sea!