3.- Conversaciones nocturnas

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Habían pasado dos días desde que me encargaba de Inosuke y no daba tanto trabajo como podría haber esperado, ya que dormía casi todo el tiempo. Era extraño, pero al parecer así sanaba más rápido, por lo que me dio tiempo para hacer mis quehaceres en la finca.

- ¿Como esta Inosuke? – me pregunto Tanjiro entrando a la cocina donde yo terminaba la cena.

- Aun me tiene preocupada que su fiebre no baje, pero dudo que empeore.

- ¿Como puede ser que sea inmune al veneno, pero que se contagiara de varicela? – pregunto de forma irónica y esa en realidad era la duda de todos.

- La teoría de Shinobu-san es que quizás es porque nunca había estado con tanto contacto con humanos y esta es una enfermedad contagiosa entre personas.

- Bueno, tiene sentido – respondió con sencillez mientras me miraba nervioso para luego mirar sus manos - Siento que tengas que hacerte cargo de él, me gustaría ayudarte, pero sé que será peor.

- No te preocupes, es mi trabajo – respondí seria, aunque en realidad su cuidado no me había dado ningún problema, para mi sorpresa.

- Sé que a veces puede ser un poco agresivo, pero, es un buen chico en realidad.

- Eso lo sé – recordé como se había dormido mientras lavaba sus heridas y no pude evitar sonrojarme.

- Por favor cuida de él – me dijo haciendo una reverencia rápida.

- Lo haré... no te preocupes.

Desde que me había hecho cargo del cuidado de Inosuke dormía con él en la habitación, en una de las tantas camas que ahí había. Durante la noche me despertaba varias veces para cambiar los paños de su frente y controlar que su fiebre no subiera a niveles peligrosos, pero él jamás lo noto, dormía tan quieto durante toda la noche y parte de la mañana que a veces me preocupaba que hubiese muerto. Para cuando él despertaba yo ya estaba trabajando.

Durante la tarde su fiebre había bajado hasta casi desaparecer, pero en mitad de la noche me despertó con sus quejidos, se movía inquieto y no paraba de darse vueltas tratando de acomodarse.

- ¿Inosuke? – lo llame acercándome, revise la temperatura de su frente y la fiebre había vuelto levemente.

- ¿Quién eres? – me pregunto con los ojos entrecerrados. Ignoré la pregunta ¿acaso quedo ciego? Encendí la luz y asustada busqué la medicina que había dejado servida y se la di rápidamente.

- Volvió a subirte la fiebre... bebe esto – puse el vaso en sus labios esperando a que tragara. Entonces me miró asombrado como si volviera a verme después de años.

- Tu cabello esta diferente – tomo uno de los mechones que caían sueltos por mis hombros y lo dejo caer.

- ¿No me reconociste?

- Claro que sí – mintió, era obvio, pero se me quedó mirando - Tus ojos azules no se olvidan.

- Bueno tú también tienes unos ojos difíciles de olvidar – dije luego de aclarar mi garganta un poco avergonzada - ¿Cómo te sientes?

- Me duele la cabeza, pero creo que ya estoy mejor – le abrí la camisa de paciente mientras él no dejaba de mirarme y revisé sus ronchas.

- La pomada hizo efecto, las ampollas ya van cicatrizando, es increíble a la velocidad que sanas – le comenté acomodando su ropa, sintiéndome tímida.

- Yo te dije... soy inmortal.

- ¿Alguien inmortal duerme todo el día por fiebre? – le pregunte tratando de molestarlo, se notaba que ya estaba mucho mejor.

Tensión || InoAoiWhere stories live. Discover now