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LISA POV (PASADO)

Recuerdo muy poco sobre los días siguientes. Sé que solo vi a Jennie un par de veces, y que en ambas ocasiones las dos estuvimos muy tensas y silenciosas, como si hubieran vuelto a levantarse todos los miedos y las barreras entre nosotras.

El sobre blanco y alargado llegó el sábado, cuando Bambam y yo veíamos un partido de los Mets en casa. Bambam bajó a por el correo durante los anuncios. Yo me quedé sentada mientras me preguntaba si alguna vez cambiarían esos estúpidos anuncios de cerveza que veía por millonésima vez; entonces escuché la llave en la cerradura y la voz de Bambam que decía:

-Lisa, creo que ya está aquí.

Me ofreció el sobre de la Foster y prometo que estaba más asustado que yo. No hablaba mucho sobre cómo le había ido en clase las últimas dos semanas que yo no había asistido, pero yo no creía que hubieran sido nada fáciles. Mencionó de pasada que Nayeon ya no le hablaba. Aunque ella estaba en último curso y él no, siempre se saludaban como mínimo por los pasillos y cosas así.

¡Mi pobre Bambam! Un día que llegó tarde a casa, sangraba por la nariz y también tenía sangre en el pelo rizado. Fue directo a por mi padre; no quiso hablar conmigo. Ni él ni mi padre me contaron nunca lo que había ocurrido, pero me lo puedo imaginar bastante bien y todavía me dan náuseas de pensarlo.

-¿No lo vas a abrir? ¿Quieres que me vaya? Volveré a mirar el partido -dijo, y se giró hacia la televisión.

Es curioso: al mirar el sobre antes de abrirlo, yo no sentía gran cosa. Puede que fuera porque a aquellas alturas ya no quería volver a la Foster, aunque me lo permitieran (así que, en cierto modo, temía tanto la expulsión permanente como que no me expulsaran). Lo único que me preocupaba conscientemente era el MIT, y si los administradores les notificarían de mi expulsión y del motivo.

Me llegó un rugido desde la televisión: los Mets habían conseguido una carrera. Bambam no se unió al rugido, aunque normalmente se le suele escuchar desde antes de entrar al piso.

Metí el dedo bajo la solapa del sobre y se abrió tan rápido que tuve miedo de que se hubiera despegado por el camino y la carta se hubiera caído delante de todo el mundo en la oficina de correos.

Estimada señorita Manoban:

La junta de administradores de la Academia Foster tiene el placer de comunicarle que...

-Bambam, no me expulsan -dije.

Bambam me abrazó y exclamó:

-¡Hurra!

Después se apartó, y supongo que yo estaba algo pálida, porque me ayudó a sentarme en el sillón de mi padre y me dijo:

-Oye, Lisa, ¿quieres agua, una aspirina o algo?

Yo negué con la cabeza, pero me trajo un vaso de agua igualmente y, tras dar un sorbo, me dijo:

-¿No vas a leer el resto de la carta?

-Hazlo tú -dije.

-¿Seguro?

Asentí. Bambam leyó en voz alta:

Estimada señorita Manoban: La junta de administración de la Academia Foster tiene el placer de comunicarle que, tras las deliberaciones relativas a la vista disciplinaria del 27 de abril de este año, no tenemos motivos para tomar medidas de ningún tipo con respecto a su caso, disciplinarias o no. La señora Irene ha accedido a restituirla en su puesto de presidenta del consejo estudiantil. No habrá registro alguno de la vista de su expediente y no se enviará ninguna información al respecto a ninguna de las universidades cuyo acceso haya solicitado o en la que haya sido admitida. Le deseamos lo mejor para el futuro. Reciba un cordial saludo, John Turner, portavoz.

La chica en mis pensamientos. (Jenlisa)Where stories live. Discover now