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Sintió su mirada un par de veces.

Lo sintió como un juego, no queria jactarse de él mismo. Pero le gustaba.

Era la primera vez que la veia con alguien más en aquel lugar. Y ahora que lo pensaba ¿porque no le pareció extraño mucho mas antes que ella estuviese siempre sola? Quizas a ella le gustaba aquella soledad y silencio.

Silencio que él odiaba al aparecer la noche, pero ella parecía estar extrañamente cómoda.
Este dia en particular estando acompañada, notaba a lo lejos algo de distracción mientras solo escuchaba en momentos la voz de la nueva persona que tenía ella en frente.

Sebastian paso la mano por la cara para luego pasarla por su pelo despeinandolo por un segundo. Se sentia cansado pero pese a todo se encontraba bien, mejor de lo que estuvo en mucho tiempo.
Tan solo al siguiente segundo noto un pequeño alboroto en la mesa de al lado. Ambas chicas, comandando por su extraña conocida tomo la iniciativa con fuertes pasos hacia la salida, seguida de ella la acompañaba de una manera un poco torpe su amiga a quien había visto por primera vez ese dia, moviendo la boca murmurando algo que no llegaria a los oídos de su amiga ni tampoco a los de él.

Suspiró, negando con la cabeza con una pequeña y juguetona sonrisa. Era como presenciar una escena de telenovela para él. Volvió al presente cuando un mensaje de trabajo cruzó su pantalla. Tendría mas trabajo desde la siguiente semana, quizas hasta significaria no pasar por ese lugar durante un buen tiempo... Eso le molestaba pero de ser asi, tendria que soportarlo.
Después de pagar la cuenta se levanto junto a su amigo para disponerse a salir. Tres nuevas personas comenzaban a ocupar con calma la mesa junto a él, acomodándose entre ellos y moviendo una silla para estar todos en una sola mesa. Un libro rodó de manera brusca hacia el pequeño pasillo casi a sus pies.

Solo fue un segundo pero fue suficiente como para darse cuenta a quien pertenecía.

—oh... Lo siento —murmuró la mujer que levanto la silla, dando unos pasos esperando tomar el libro.

Agachándose antes que cualquiera Sebastian tomo él libro entre sus manos de manera rápida.

—¿Es suyo? —preguntó. Sebastian negó con un movimiento de cabeza, sin quitarle la vista a la cubierta. Contemplando el nombre que relucia en el Wuthering Heights. Inclinó la cabeza con una leve sonrisa en el rostro.

—No, pero... Es de alguien a quien conozco.

Con solo tocar la portada cuando salieron de la cafetería sintió un aroma, no era ningun olor conocido, ni siquiera era el típico olor a libro nuevo. Era su aroma, el de ella.
¿cuento tiempo habria pasado con ella, a su lado, en sus manos para impregnarse de su aroma?

—Solo tómale una foto.

Su voz y sus palabras lo hicieron sobresaltar frunciendo el ceño al mirar a su amigo. Éste alargo la mano dandole un pequeño toque con su dedo a la portada.

—Después lo buscas en alguna tienda.

«Oh, se refería al libro»

Lo guardo entonces asegurándose de no extraviarlo en todo el agitado dia que tendría por delante.
Se lo devolvería el dia siguiente, esperando que ella no notara la ausencia de quien parecía ser su compañero de habitación y vida.

(********)

Dejó caer el libro sobre el sofa, a un lado de él, con una profunda respiración y después de mover el cuello tomo un sorbo de agua. Acababa de darse un baño se sentia mejor que en todas las horas de ese dia. Era ya casi media noche y todavia no abrió el libro, desde la mañana en que lo recogió en la cafetería, sentia curiosidad, el título todavia brillaba ante sus ojos. Cada vez que lo miró en todo el dia el rostro de ella aparecía en su campo de visión le recordaba de alguna manera a ella: podia sentir un toque de oscuridad y delicadeza inclusive sin haber pasado las páginas en el.

𝑺𝑬𝑴𝑷𝑰𝑻𝑬𝑹𝑵𝑶 || 𝑉𝑒𝑟𝑠𝑖𝑜́𝑛2 𝑺𝒆𝒃𝒂𝒔𝒕𝒊𝒂𝒏Where stories live. Discover now