Te odio

37 7 33
                                    

Inspirada en la canción I Hate You de el musical If/Then.

AU dónde Cass no roba la Piedra Lunar y el destino de Rapunzel se cumple.

Advertencia de insultos algo fuertes, drogación sin concentimiento y torturas leves.

------------------------------

Estaba furiosa.

Pensó que esto acabaría cuándo lo derrotaron en Vieja Corona, tarde se dieron cuenta que lo subestimaron, bueno, ella sabía que esto tenía muchas posibilidades de pasar. La cárcel tenía muchos puntos débiles que casi nadie -exepto los guardias- conocía pero él, cómo el genio que era, los había visto y no perdió el tiempo en sacarles provecho para escapar. «Eso sería algo impresionante si no fuera para usarlo en nuestra contra»

Ahora, estaba en una celda de la cárcel, no era la primera vez que estaba allí, ya lo había estado cuándo a Rapz se le ocurrió la "brillante" idea de encerrarla con Fitzherber, no acabó bien y ahora no parece que vaya a acabar mejor.

Sentada la cama apoyada en la pared atrás suyo esperaba, no sabía qué exactamente pero sentía que hoy iba a ser algo diferente, la actitud de sus carceleros hacía ella había sido diferente ayer y hoy. Normalmente disfrutaban torturandola con palabras hirientes o despertandola cada 5 minutos por la noche, pero ayer por fin pudo dormir tranquila, sin ninguna molestia, algo que le resultó ciertamente sospechoso.

No tenía ni idea de lo que esperar, ellos abrieron la puerta de su celda, les hubiera noqueado de no ser por las cadenas en sus manos que le impedían el movimiento a más de un metro y medio de su cama. El "guardia" ,por así decirlo, traía una máscara que le tapaba la nariz y la boca, se preguntó el porque de esto hasta que él lanzó una pelota con un líquido de color amarillo, que al entrar en contacto con el suelo liberó un gas que llenó el entorno rápidamente.

La chica cayó desmayada poco después, por más que lo intentara no se podía hacer nada contra esas armas químicas que él usaba. Una vez cumplida la primera parte de las órdenes que le habían dado, el guardia, sin quitarse la máscara, liberó las cadenas y cargó a la joven en sus brazos, llevándola fuera de los corredores de la cárcel.

Cassandra abrió los ojos lentamente, recuperando su estado conciente de a pocos, después de esto intentó moverse, pero algo se lo impedía. Miró hacía abajo para ver qué sus brazos, piernas y torso estaban atadas a la silla en la que se encontraba sentada, volvió su cabeza para inspeccionar su entorno, lo que vió le fué muy familiar, sabía exactamente en qué lugar estaba y no era bueno.

La sala de interrogatorio.

Lo primero que se le vino a la mente es que esa era la razón por la que la habían dejado en paz, para interrogar a alguien necesitas que esté en sus cuerdas, por eso el extraño comportamiento. Lo segundo era que la iban a interrogar, pero ¿No era suficientemente obvio que ella no iba a decir nada? ¡Era una guerrera experimentada! Algo había aquí que estaba pasando por alto, solo no sabía lo que era. La puerta que daba el único acceso a la habitación en la que se encontraba se abrió, por ella entró un joven que reconoció al instante.

-Varian. -no trató de disimular su enojo, él era el que había causado todo esto.

El chico al que un vez pudo llamar su amigo sonrió de lado con descaro y la ignoró mientras ella lo miraba de manera fulminante.

-Cuanto tiempo, Cassie. - susurró mientras se sentaba en su asiento, justo al frente de la azabache.

-No me llames así. -interrumpió con tono de advertencia, él había perdido ese derecho hace mucho tiempo.

Varian simplemente rodó los ojos, agradarle lo era lo que quería en este momento, ella era la hija del capitán, por lo tanto debía tener información valiosa del castillo, eso es lo que venía a buscar. No importa si ella colaborara o no, obtendría respuestas de igual manera.

-Como decía, a pasado tiempo ¿Me extrañaste?

Ella quería decir que no, que había disfrutado cada maldito segundo que estaba lejos de él, pero lo que dijo fué una cosa completamente diferente y por más que se esforzara no podía evitarlo.

-S-si... -susurró con mucho esfuerzo después de un tiempo, de verdad no había querido admitirlo, pero sintió que algo la obligó.

Su carcelero soltó una risa suave.

-Veo que el suero de la verdad todavía funciona. -sonrió victorioso, esa nueva fórmula sería más eficaz y duradera que la anterior.

Algo hizo clip en su cabeza, ahora entendía el porque de esa sensación obligada a decir la verdad, si bien ella nunca había probado el suero, sabía que no se podía negar su poder. Le dió una mirada de muerte, la drogó para poder sacar información fácilmente, ese era el detalle que no había notado, tuvo que morderse la lengua para no perder los estribos allí mismo, tal vez eran enemigos pero él seguía siendo un niño.

Él solo sonrió satisfecho al ver su cara de ira pura.

-Bien, dejémonos de juegos -sentenció sentandose en una silla en frente de la guerrera iracunda. - ¿Que es lo que sabes?

Cassandra levantó una ceja.

-¿De qué?

-De todo, dime todo lo que sabes, todo lo que guardas... -hizo una pausa, suficiente para dejar que ella pensara en todo lo que ocultaba, todos los secretos que escondía en su interior. - ¿Que sabes de los otros reinos?

La chica hizo una mueca por el esfuerzo, un esfuerzo por no hablar, por dejar todo en secreto cómo debería ser, pero el suero era más fuerte y ella no sabía, sabía que no podría resistir por mucho, y así fué. Poco a poco y con interrupciones fué contando todo, empezando por las estrategias militares de otros reinos, sus puntos débiles, sus armas, sus secretos y alianzas. Cuándo terminó de hablar una sensación de culpa y decepción de si misma la envolvió, prácticamente había traicionado a su reino al contar todo...

-¿P-por qué? -susurró con la voz rota- ¿Por qué haces ésto? Nosotros fuimos tus amigos, te apoyamos...

Varian solo se rió sin gracia y sonrió con desdén, recordando todo, cada pequeño detalle a la perfección.

- ¿Mis amigos? Ja ¿Lo dices en serio? -exclamó con ironía y enojo. - Si lo eran ¿Dónde estaban el día de la tormenta? ¿Dónde quedó muestra amistad entonces? Y después de eso, -agregó viendo que la interrogada iba a decir algo. - ¿Dónde estaban los días siguientes? Pudieron haberme visitado, estaba solo, asustado ¿Y ustedes? En el castillo, haciendo cómo si nada ¡Me ignoraron y olvidaron completamente! ¡¿Dónde estaba su estúpido apoyo entonces?!

Ella solo calló, todo lo que había dicho era cierto, tenían una excusa para en cuánto la tormenta, pero ¿Y después?

No había excusa para ello.

Estaba tan concentrada en sus pensamientos, diciendo cosas en su mente que se le olvidó el suero por completo, y él al hacer una pregunta...

—¡No estabamos! ¡Lo acepto! —gritó, aún sin darse cuenta de lo que hacía, había llegado el momento de descargar la culpa que sentía.— ¡No te brindamos apoyo! ¡No fuimos buenos amigos contigo! ¡No fuí una buena amiga! ¡¿Ya estás feliz?! ¡¿Estás feliz con destruir tu hogar?! Yo nunca pensé que llegarías tan lejos, nunca pensé que lo harías. Pero ¿Adivina? Lo hiciste ¡y te odio por eso!

Ahora fué el turno del joven en poner cara de pregunta, bufando de la ironía y algo de gracia.

— ¿Me odias?

—¡Si! ¡Yo te odio! ¡TE ODIO! ¡Odio lo que haces! ¡Odio el porque lo haces! ¡Odio odiarte coño! —soltó, sorprendiendo al aludido con eso último—. Odio odiarte, odio odio amarte, porque yo... —suspiró con la voz quebrada, con lágrimas asomando de sus ojos avellana grisáceo. — Y-yo te a-amaba... Yo te amaba —habló mirándolo por fin a los ojos, con tristeza impregnada. —. Yo te perdí en la tormenta... ¿Por qué mierdas lo hiciste? ¡¿Dime por qué mierdas pinche sabandija?!

Este era el fin, se cansó de ocultarlo, lo dijo y no se arrepiente de eso, al fin lo liberó, aunque duela, sabe que es lo correcto.

—Yo te amaba Varian...

Historias CortasWhere stories live. Discover now