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Cuando es tiempo de regresar no tiene el mismo semblante feliz como con el que se fue, ahora su rostro parece una mezcla entre molestia y tristeza. A pesar de que Yizhuo no sabe que es lo que ocurre ella es tan linda que abraza con fuerza a Sunghoon cada que puede, ella lo consuela aunque nadie sepa de que, y Sunghoon debería estar bien con eso, debería comprender que su novia es una buena persona y es por eso que la quiere, pero en su mente solo ronda en que ella hace más daño del que cree.

Cuando llega a casa saluda a su madre y ella abraza a su novia como si la extrañara a pesar de solo conocerse poco tiempo, su padre ni siquiera vive con ellos por lo que no debería ni de conocer a su pequeño hermano quien está aprendiendo a caminar. Su hogar como siempre es frio a pesar de que Yizhuo está ahí para alegrarlo.

-Yizhuo, eres tan bonita.- Canturrea Lin por teléfono. Ella no ha regresado y el año está acabando, quizás le ha gustado pasar los días en la casa de sus abuelos. -Debieron de haberse divertido mucho. Sunoo me regaló un libro ¡es de arte! ¿Pueden creer que me regalo un libro de arte? La verdad es que lo adoro.

Yizhuo sonríe y la plática entre ellas sigue, pero por alguna razón Sunghoon no puede hacer aterrizar su mente, está en alguna parte del espacio donde no puede alcanzarla, donde se pierde y se encuentra con el muérdago que tanto lo ha seguido, el muérdago que le regalo Sunoo.

Esa noche no llama a Yizhuo ni se queda en casa, se escapa un momento y hace el recorrido que una vez hizo todos los días en su infancia. Observa los mismos lugares que vio de niño, el mismo árbol, las mismas calles, hasta que llega a su destino y se detiene en el pórtico. Desea tocar la puerta pero sus manos están congeladas, quiere llamarlo pero su garganta se anuda de inmediato, el dolor en su pecho es claro a pesar de que finge no saber porque. El muérdago esta entre sus manos y observa con atención el anillo que tanto quiere, se pregunta si ahora tiene el mismo valor que antes, si lo sigue amando o lo dejara ir. Desliza de su dedo aquel aro de metal y lo observa con atención sin saber qué hacer, porque si ya no le importa no debería tenerlo, y si le importa debería dejar de olvidar que está en su mano.

Una gota cae sobre el muérdago, pero curiosamente no hay ningún rastro de lluvia donde se encuentra.



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❛ Life Love « ✇ ุ๋ ⸱ sunsunWhere stories live. Discover now