Interludio.

3.7K 499 137
                                    

-inserte risa nerviosa- autor tiene cinco anuncios que dar en la notas finales, ¡por favor pido leer!

❗Este fic toca temas sensibles como el suicidio, bullying, problemas de confianza y temas similares en este capítulo hay una descripción gráfica de un ataque de ansiedad y referencias a un intento de suicidio, si crees que puede dañar tu salud mental abandona esto inmediatamente.

---

Interludio: las primeras veces.

Hay algunos recuerdos que son mejores que otros, tu primer beso, tu primer amigo, tu primera vez sintiendo orgullo de ti; para Bakugo Katsuki e Izuku Midoriya las primeras veces son recuerdos borrosos y eventos desagradables.

O así fue hasta que iniciaron sus estudios en UA... algo así como una nueva vida.

La primera vez que Bakugo tiene un ataque de ansiedad no se da cuenta, es normal que no lo sepa cuando nunca había tenido antecedentes de ser una persona ansiosa (diferente a cierto chico de cabello verde que conoce), sin embargo eso no evita que suceda.

Fue cuando cumplió el tercer día sin saber de Izuku, era normal que pasaran un día sin comunicación, pero nunca fueron más de dos y el blondo comenzó a preocuparse. Estaba sentado sobre su cama, su teléfono en mano justo en la aplicación de contactos marcando el nombre "Deku".

Inicia con un malestar en el pecho, una sensación de vacío, ¿o era opresión? Sí, era opresión, el sentimiento vacío era muy diferente a lo que estaba sintiendo en ese momento, entonces, la opresión en su pecho se va haciendo cada vez más grande, más y más pesada, sigue con un extraño hormigueo por todo el cuerpo y constantes pensamientos de "¿y si...?". Llegando a situaciones que sobrepasan la ridiculez de creer que su amigo se vio envuelto en un enfrentamiento entre villanos hasta lo más probable como un intento de...

Entonces se le dificulta respirar, cree que comienza a alterarse, como si hubiera corrido desde su salón de clases hasta la azotea para salvar la vida de Izuku. Inspira con fuerza, siente el aire entrando a sus pulmones, pero cree que no es suficiente oxígeno, inhala y exhala cada vez más rápido, con más fuerza, una y otra vez. Es aterrador como el blondo cree que se va a ahogar por la falta de aire. Como con cada respiración siente que el oxígeno es menos. Mueve y jala su camisa, como si ese fuera el problema, como si esta fuera lo suficientemente apretada para presionar sus pulmones impidiendo una correcta respiración, pero no funciona.

Y después empieza a temblar, son sus brazos, se mueven incontrolables, es un extraño pensar que no tiene el control en ellos, lo siente incómodo, doloroso. No importa con cuánta fuerza intenté detenerlos, no para, no lo hace.

Entonces Katsuki, estando sentado sobre su cama, coloca sus rodillas cerca de su pecho, sube sus brazos sobre su cabeza y tiembla con fuerza, se deja llevar.

No sabe que está sucediendo con él, así que cierra los ojos y deja escapar unas cuantas lágrimas, no fueron muchas, solo un par que se encontraron corriendo sobre sus mejillas. Se siente extraño, es doloroso, da miedo. Nunca había pasado por algo como esto.

Y, de pronto, Masarou entra a la habitación.

Lo llama con voz suave, no se acerca ni lo toca, conociendo a su hijo sabe que posiblemente solo lo haga peor, incluso cuando su propio corazón le grita por abrazar y consolar al niño asustado que está justo frente a él, teme de la reacción que pueda suscitar su imprudencia. Así que decide hacer lo único que sabe, podría ayudar al rubio: una distracción.

—Él estará bien —dice con calma, pero sabe que sus palabras entran en oídos sordos—. Katsuki, ¿de qué color es tu camisa? —No hay respuesta— ¿Qué desayunaste hoy? —Es ignorado de nuevo—. ¿Cuál es el nombre de ese movimiento nuevo? El que dices que has estado practicando últimamente —aún no hay respuesta. Masarou está preocupado, ver a su hijo en ese estado es doloroso y lo es aún más que no pueda ayudarle—. ¿Por qué quieres ser un héroe? —Hace un último intento.

Algunas veces es mejor no saber [Katsudeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora