Lleva una semana sin verlo, una semana sin saber si está bien, una semana en completo silencio.
No dormía, comía poco, no tenía ganas de hablar con nadie que no fuera él y la sensación que lo acompañaba todo el día era una preocupación ácida y pesad...
Advertencia: Es infantil, viene en partes y es laaaaargo.
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Un pesado suspiro salió de los labios de Kakashi antes de que se dejara caer de espaldas sobre su cama completamente agotado.
—Vaya día —se quejó sin molestarse siquiera en bajar su máscara o quitar su banda ninja de su cabeza estirando sus brazos a su costado.
Apenas eran las tres con cinco de la tarde y sus pequeños alumnos ya lo habían arrastrado a cinco misiones de rango D por toda la aldea y habían perseguido tres veces sin descanso al gato Tora por la torre Hokage con las discusiones de Sakura y Naruto de fondo sobre si era sano o no vivir solo comiendo ramen.
Pobre Kakashi sensei, merecía al menos una pestañita ahora que logró perder a sus alumnos y aprovechar que Iruka sigue trabajando en la escuela, lejos para que no lo regañe por ni siquiera haberse dignado a quitarse las sandalias.
—Solo media hora —murmuró para sí mismo comenzando a cerrar su único ojo descubierto.
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—¡Kakashi sensei!
—¡Rayos! ¿Dónde se metió ahora? Es tu culpa Naruto, si no te hubieras distraído robándole papas a Chouji no lo hubiéramos perdido de vista —reclamó la genin de cabellos rosados cruzándose de brazos mientras barría a Naruto con la mirada quien se crispó de pies a cabeza.
—¡Pues si tú no hubieras perdido el tiempo peleando con Ino, Kakashi sensei ni siquiera hubiera tenido oportunidad de escapar! —chilló haciendo puños sus manos antes de comenzar un intenso duelo de miradas con su antiguo interés amoroso.
Azul cielo contra verde jade se miraban intensamente ambos siendo apoyados por sus versiones chibis en sus mentes hasta que voltearon bruscamente a ver al más callado del equipo.
—¡Sasuke-kun/Teme! ¡¿De quién fue la culpa?! —interrogaron al mismo tiempo antes de volver a verse enojados por sentirse arremedados por el otro.
—No lo sé y no me importa, encontremos a Kakashi-sensei —fue la única respuesta que obtuvieron del azabache antes de que este siguiera con su camino tomando la mano de Naruto al pasar a su lado para tirar de él—. Vamos, ya perdimos bastante tiempo en su pelea.
—¡No me dejen atrás! —chilló Sakura corriendo detrás de los dos chicos hacia cualquier lugar donde pudiera estar Kakashi— ¿Creen que esté con Iruka sensei?
—No lo creo, Iruka sensei no dudaría en correrlo por interrumpir sus clases —comentó Sasuke sintiendo como Naruto comenzaba a balancear sus manos ociosamente mientras paseaba su mirada por cada calle buscando la cabellera platinada de su maestro.
