𝙿𝚎𝚚𝚞𝚎ñ𝚘 𝚗𝚎𝚛𝚍 [RETOMANDO CORRECCIÓN]

Capítulo 3: Tú eres...

"― Realmente tienes unos hermosos ojos".

Narra Nathaniel:

¿Acaso está jugando conmigo?

Nunca nadie me ha hablado antes de esa manera, y aunque fuera verdadera su declaración, preferí no aceptarlo. Mi cuerpo no solo estaba actuando raro con su presencia, sino que mi mente apenas lograba razonar.

― No sé que estas intentando, pero basta ya... ― Respondí, ¿acaso este chico cree que soy estúpido? 

― ¿Basta? Ni siquiera estoy haciendo algo. ― Se cruzó de brazos, su mirada no decía lo mismo y los nervios me ganaron cuando le miré acercarse de nuevo. Algo dentro de mí se retorció pidiendo por más, el aroma amaderado me estaba embriagando y no negaré que era delicioso. Trague con dificultad.

― Mientes, sabes perfectamente lo que estas haciendo. Tu olor... Está cada vez más fuerte... ― Su sonrisa creció, un escalofrió recorrió mi columna y ahogue mi propia voz.

"― ¿Por qué no solo te dejas consumir?". Ronroneo la voz en mi mente, la ignoré nuevamente. "― Chico rudo, me hieres". Resonó nuevamente una risa.

― Bien, me tienes. ― Lejos de lo que imagine, él retrocedió. Controle la decepción que recorrió de forma involuntaria mi cuerpo. ― Tampoco quiero verme como un acosador, vaya, aún no sabes ni mi nombre. ― Él me extendió su mano a manera de saludo. ― Piacere di conoscerti {Encantado de conocerte/Gusto en conocerte}, me llamo Leandro Tadeo D'Angelo Leone. 

Aunque me sorprendí un poco, después de mirarlo nuevamente, supe que era claramente un extranjero. Y eso de alguna manera me resulto reconfortante, ya que ambos somos semejantes. La misma sensación recorrió mi cuerpo cuando acepté tomar su mano, seguido de una calidez indescriptible y algo más que no logré interpretar.

― Nathaniel Faure. Puedes llamarme Nath, si así lo prefieres. ― Leandro sonrió y sentí su mano más firme.

― Entonces, puedes llamarme Lean. ― Una sonrisa escapo de mi control, me pregunté si solo había exagerado al pensar que todos los alfas eran como rumoreaban.

Y por un momento, me permití una conversación normal. Lean resultó ser muy agradable, incluso con su fría expresión podía reconocer una paz como con ninguna otra persona. Él me compartió su historia, me hablo de como tuvo que abandonar Italia para mejorar sus habilidades. 

 ― Tampoco pareces ser estadounidense.

― No, hace relativamente poco que llegue con mi hermana de Francia. Y aunque fue algo difícil al principio, debo decir que no me molesta el cambio. En cambio, tú pareces mucho más adaptado que yo. ― Reí de forma baja.

― ¿Lo crees así?

― Por supuesto. ¿Sabes? Parecen amarte aquí, los demás te comen con la mirada. Aunque no es extraño, q... Quiero decir, eres bastante "italiano". ― Me avergoncé, en mi mente sonaba mucho mejor y la cara seguramente se me puso aún más roja cuando escuché su risa. 

― ¿Soy bastante "italiano"? No comprendo. ― No paraba de reír, maldije en mi mente y sentí el calor en mi cara como si de fuego se tratase.

― ¡Por favor, olvida lo que dije! ― Negué apartando la mirada, pero su mano sobre la mía me hizo mirarle de nuevo.

― Por supuesto que no, eso realmente me encanto. ― Su mirada se suavizo, tenía una sonrisa en sus labios que me hacía querer mirarla hasta el fin de los tiempos, él en verdad es muy atractivo. ― ¿Sabes? Contrario a lo que crees, esta es la primera vez en meses desde que llegue... Que me siento feliz de haber venido a Estados unidos. Me agradas, Nath.

Por primera vez, desde la muerte de mis padres sonreí. Y sentí una lágrima recorrer mi mejilla, nadie me había tratado así en los últimos meses, nadie me reconoció jamás... Y ahora este chico, llega y me da todo lo que nunca me permití tener.

¿Debería darle una oportunidad a lo que tanto miedo le tengo?

¿Dejaré que el miré mi verdadero yo?

¿Por qué?

¿Por qué eres amable conmigo, Leandro?

Continuará...

(26/agosto/2021)