La Vida del Joven

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Ahí estaba yo un joven que aparentemente tenía la vida echa, cualquiera que mirase desde fuera diría eso. Pero ni un escritor hubiera podido inventar algo mejor. Había pasado por mucho para poder hacer que la constructora creciera. Mi deseo era construir y construir podría decir que es una enfermedad comparable al alcoholismo. A diario estaba presente en las obras, en cualquiera, pero hoy llegue a mi casa y recibí la carta de mi hermana la cuál me decía que estaba en Francia rumbo a París todo para celebrar el cumpleaños de nuestro padre. No sabía si ir, no sabía si llegaría a tiempo, llevaba años sin regresar a París, ni siquiera a Francia e echo de Rusia mi hogar. Lo pense mucho y decidí ir aunque no llegue a tiempo para el cumpleaños. Pero antes tengo mucho que hacer. Ya no era solo yo, tenía en más que pensar, tenía una familia, tenía un joven hijo, un sobrino para Drina y una bella mujer. Amo a mi familia pero también amo a mi trabajo. Ahí estaba yo pensando y pensando en mí oficina. Y de pronto la puerta es abierta bruscamente una mala noticia llegaba y le pregunté al mensajero Carls:

-Qué sucede?

-Señor problemas en las obras.

-Qué sucedió en ellas?

-Sera mejor que lo vea usted, es urgente

Salí de la casa a toda prisa monte en carruaje, temía incluso preguntar que rayos había sucedido en las obras. Estábamos cerca y mi cara de asombro describía la situación, mi nueva obra y quizás la más ambiciosa era prácticamente una nueva ciudad dentro de la ciudad. Un nuevo barrio uno que fuese único, canales, fuentes y plazas además de bellos parques, iluminación en cada avenida y viviendas de hasta 3 pisos, tenía en mente mejor la calidad de vida, estás obras no se me avían encargado, eran mi propia idea, eran algo nuevo, eran la oportunidad de la ciudad para recuperar su esplendor. El problema era en uno de los tantos canales, decidí hacer un dique, creí que esto bastaría para mantener el agua del río Neva fuera de los canales secos pero ya veo que no resultó. Todos los canales estaban inundados y el nivel de agua subía rápidamente. Problemas una palabra que ya me resultaba familiar. Ordene sellar el canal, el problema era que habían vidas en riesgo, personas habían quedado atrapadas en algunos de los nuevos distritos. Usábamos los canales secos para cruzar, ahora con los canales rápidamente inundadas y sin puentes no había manera de crusar la corriente arrastraba todo lo que caía al agua y tenía que salvar a mis trabajadores. Los problemas me venían en montones. Tenía que ir a Francia en, mi familia en casa preocupada y las obras inundadas. Ahora la prioridad eran las obras. Pero tenía que pensar como cruzar los canales con la corriente del agua tan agresiva. Un señor de una edad ya bastante avanzada se acerca los guardias lo retienen pero este señor vestido de marinero era un antiguo oficial de la Marina alguien que sabía del tema o más bien sabía de mi problema. Este hombre de larga barba ojos negros y gran altura me llama la atención y grita " te puedo alludar" sin más remedio asepto. El me propone algo arriesgado, llevar una pequeña embarcación en dos días cuando el agua se estabilizara ya que los canales estarían llegando a su mayor capacidad. Aprobé esto y dejé que el señor se encargará de reparar todo, tardaría semanas pero yo no podía estar presente. Tenía que ir a París, Drina ya estaba allí. Fui hasta mi casa ya Elsa y Robert me esperaban.

-Nos enteramos de lo que pasó en las obras.

-Si es terrible, por suerte no hubo muertes.

-Pero amor eso ya está controlado, deje a alguien al frente de ello.

-Siempre te as encargado de estas cosa tú.

-Y así será. Sólo que desde París.

-¿París?

-Sí

-Pero cuando partimos.

-Mañana mismo.

Tenía que ir a Francia ya quería regresar a mi hogar, esa carta de Drina removió mis sentimientos. Pedí que se prepara el nuevo medio de transporte de la familia, un dirigible, era increíble un nuevo medio de transporte que nos permita cortar camino. Al día siguiente todos abordamos este barco de los cielos, una nave del aire una vez allí fueron dos días, dos largos días pero todo fue sencillo, más de lo normal parece que la suerte nos sonríe. Una vez en París jamás había visto visto la ciudad desde el aire, las mejores vistas de mi ciudad natal las estaba teniendo después de más de dos décadas de vida, una experiencia única. También era una sorpresa mi llegada.

La Hermanos Kanfrank: El Pasado Where stories live. Discover now