Seungmin y Minho han sido vecinos por seis años, solo han cruzado palabra dos veces.
La primera vez fue cuando Minho se mudo y la familia de este fue a presentarse con sus ahora nuevos vecinos. La familia Bang.
La segunda fue cuando Minho dejo caer...
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De estos tres lugares cuál es el mejor para huir.
Japón, Hawaii o bajo las sábanas de su cama.
Correcto, las sabanas son las elegidas, específicamente elegidas por Minho.
Ya pasaron horas desde que estuvo em el baño de su vecino, al cual se le había confesado de una manera muy, muy típica.
En una hora tiene que pasar por el para llevarlo al instituto, no sabe ni com que cara verlo como si nada hubiera pasado.
Quito las sabanas de su cabeza y miro la luz proviente de su ventana, el día, por el cual habia pedido que no llegara, se asomaba poco a poco.
Debía comenzar alistarse ya.
¿Porque la tierra no me traga y me expulsa en otro país?
Sin más se levanto comenzando a buscar que ponerse, no lo penso tanto, solo agarro lo primero que se encontro.
Lo único que pensaba con claridad es que tendría que decirle a Seungmin.
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Tardo cinco minutos en decidir si arrancar el auto, en un momento se dio cuenta de lo patético que es.
No podia huir, lo hubiera intentando escondiendose donde su tío Jackson pero tenia que quedarse en casa.
Al final decidio arrancar el auto, no tardo nada en estar frente a la casa de Seungmin, pero este no estaba ahi.
¿Será que me evitará?¿No le gusto y por eso no quiere verme?¿Lo habré asustado? Todas esas preguntas se borraron de su mente cuando escucho la puerta del copiloto siendo abierta y vio a un Seungmin, sonriente como siempre, entrando al auto y acomodándose en el asiento.
¿No me odia?
—Bueno días hyung—. Lo saludó el menor, dándole de paso un pequeño besito en los labios a Minho.
Minho por varios segundos dejo de respirar, estaba seguro que su corazón no podía ir más rápido, además de que su mente no ayudaba a su boca a pronunciar palabras con coherencia.
—Me.ee.. Mee.. Tu..ú..
Seungmin ladeó la cabeza intentando comprender lo que el mayor intenta decir.
—¿Te sientes bien hyung?
—Yo... Bien... Sentirme—. Minho comenzaba a sentirse como retrasado.
—Muy bien hyung, deberiamos irnos, se nos hará tarde.
—Si... Ya... Ir nos...
¡Cerebro, funciona por favor!
Minho se concentró todo lo que podía en conducir, no hablo en todo el camino. Sentía que si lo hacia no podría concentrarse en conducir bien.
