Tal vez será el destino lo que hacía qué Nanami siempre se cruzara con un miembro de la Tokyo Manji.
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Nanami llegó al hospital qué Draken le había dicho. Aquí estaba la chica a la que Moebius había atacado.
Junto a él estaba Mikey qué preguntó quien era la chica en la camilla.
Para Nanami ya era normal ver a ese dúo juntos, parecia qué eran inseparables.
—Gracias por decirme donde estaba, Dragón-kun. —Nanami miró por la ventana a la chica.
Esta estaba conectada a una máquina y tenía muchos cables a su alrededor, desde la ventana podían ver el ojo morado qué tenía, le daba un coraje tremendo ver la situación de una joven qué ni siquiera tenía nada que ver tenía.
—Lleva 5 días en coma...—Dijo Draken a ambos.
Mikey observó por la ventana a la joven.
—¡¿Qué diablos hacen aquí?! ¡¿Cómo se atreve a venir aquí?! ¡Largo! —Un señor les gritó, tan pronto voltearon Draken hizo una reverencia.
Nanami frunció el ceño por los gritos del señor, pero pronto comprendió qué eran los papás de la chica.
—Mi hija casi muere por escoria como ustedes.—Nanami entonces también bajo la cabeza, esto solo les ahorraría tiempo.
—No bajes la cabeza Kenchin, Nami, nosotros no hicimos nada.—Dijo Mickey mirando al adulto.
—¡Son una alimañas! ¡Basura! —Les gritó el señor. —¡Sólo causan problemas!
Nanami odiaba escuchar esta clase de comentarios, pero esto también era el pan de cada día de un delincuente.
Draken entonces forzó qué Mickey bajara la cabeza.—¿Qué estas haciendo?—Este se quejó e intentó resistir al de trenza.
—Nos diculpamos. —Dijo Nanami con la cabeza baja.
—Mi hija...-Sollozó el hombre. —¿Qué les hizo mi hija? Ella es tan buena, y ahora esta llena de golpes...Váyanse no quiero volver a verlos por aquí.
El señor se fue junto a su esposa aún llorando, y el pensamiento de ella estando en la misma situación y su padre así, le estrujaba el corazón, no quería que nadie pasara por esta clase de dolor.
—Nosotros pelearemos contra Moebius, nuestros asuntos se resolverán en nuestro propio mundo, todos nuestros compañeros tienen familia y seres queridos, no podemos involucrarlos, no tienes que bajar la cabeza si quieres, pero debes comprender. —Le dijo Draken a Mickey.
—Eres un buen tipo Kenchin, me alegro de tenerte a mi lado.—El rubio sonrió y finalmente los tres levantaron la cabeza.
—Dragón-kun. —Chilló Nanami limpiandose las lágrimas de la cara.
