Capítulo Dos.

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—Oye. —Habló Jaekyung intentando llamar la atención de su fisioterapeuta. —¿Tú ves a un niño flotando ahí? —Le preguntó cuando el llamado se giró en su dirección.

—¡Ya te dije que solo tú puedes verme! —El ángel comenzó a patalear en el aire, ya cansado de que se lo preguntase a cada persona con la que se cruzan.

—No Señor, ¿se encuentra bien? —Cuestionó Kim Dan, algo preocupado por esa repentina y absurda pregunta.

Como es obvio, Jaekyung no iba a explicarle a nadie la situación que estaba viviendo, aún ni él mismo se la creía, así que decidió ignorarle por completo.

—¡No le ignores! Regresa y dile algo bonito. —Le ordenó su ángel, sería un muy buen comienzo empezar el primer día haciéndole un cumplido a alguien que nunca ha tratado bien. —Que su chaqueta es linda, le favorece. —Puso un ejemplo de un comentario que diría alguien amable.

—Pero si es horrible, además siempre lleva la misma, seguro la lava una vez al mes con el agua que recoge de la lluvia. —Comentó Jaekyung mirando con desprecio a la susodicha chaqueta.

—¡Tienes que ser bueno! —Lo regañó el pobre ángel golpeándolo ligeramente en el brazo.

—Oye. —Volvió a llamar a Dan de la misma forma que había hecho hace escasos minutos.

—¿Si, Señor? —Contestó él, también de la misma forma.

—Tu chaqueta... —Pensó durante unos largos segundos como continuar la frase, en los que se quedó en completo silencio, pero no se le ocurría nada. —Es gris. —Acabó la frase finalmente.

El ángel golpeó su frente con su mano, en señal de agotamiento. Esto va a ser más difícil de lo que pensaba.

—Sí, lo es. —Respondió Dan, seguía algo preocupado y confuso, por el extraño comportamiento que tenía hoy su jefe.

—El gris no te queda horrible. —Añadió Jaekyung a su intento de cambiar y ser alguien bueno.

La respuesta de Kim Dan fue un leve sonrojo en sus mejillas acompañado de una tímida sonrisa, para él eso si que había sido un cumplido.

Su ángel lo miraba con los ojos entre cerrados, los brazos cruzados y los mofletes hinchados, llenos de aire. Ante el primer fracaso de hacer de Joo Jaekyung un buen hombre tuvo la misma que tendría un niño cuando su madre no le compra un juguete en la tienda.

—¿Qué? Fui amable. —Se excusó él entrando en los vestuarios para cambiarse de atuendo y comenzar su entrenamiento.

 —Se excusó él entrando en los vestuarios para cambiarse de atuendo y comenzar su entrenamiento

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Ángel De La Guarda | JinxWhere stories live. Discover now